PROLOGO

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"Toca tres veces consecutivas". Eso es lo que Alejandro escuchó decir a los muchachos en su tienda de licores. Escuchó muchas de las conversaciones últimamente de esos hombres que venían quincenalmente para abastecerse de ginebra y tequila.

Algunos días escucharía la mierda con la que lidiaron en sus trabajos remunerados de seis cifras y otros días hablando de las prostitutas que follaron el fin de semana anterior. Hoy, sin embargo, cuando los hombres entraron a su
tienda, hablaron de un juego de cartas.

Aparentemente, en algún lugar en las profundidades de Miami, se llevan a cabo juegos de póquer.

Uno de los hombres dijo que el buy-in era de quinientos dólares, pero el posible pago es mucho más empinado. El iba escuchando mientras paseaban por los pasillos.

"... Un tipo que conocí se llevó a casa doce mil dólares", dijo uno de los hombres mientras tomaba una botella del estante.

-Eres un maldito mentiroso-. respondió el otro.

Los dos ahora caminaban de regreso al mostrador con botellas en la mano.

-Hablo en serio, hombre. Ricky Leads dirige ese asunto y sabes que no jodo con eso-. explicó el primer hombre.

El empleado siguió oyendo su intercambio de palabras, estaba atónito por la cantidad de dinero de la que hablaban. No era tan privilegiado como estos dos en ningún aspecto.

Él y su hija han estado juntando dinero con sus dos pequeños ingresos solo para pagar su pequeño apartamento. Su hija también estaba tratando de pagar
a través del trabajo patentado de su padre la universidad y sólo le estaba haciendo la vida más difícil.

-Bueno, mierda. ¿Cómo entramos?-. El segundo hombre cuestionó mientras yacían allí con el contenido del alcohol en el mostrador.

-Toca tres veces consecutivas. Uno, dos, tres ... Estás dentro.

Después de haber escuchado el resto de su breve conversación, Alejandro encontró el camino hacia el aliado turbio la noche siguiente. Se acercó a la oxidada puerta de metal con lata y enderezó su postura, luego arregló su ropa, preparándose mentalmente por lo que seguiría. Levantó la vista hacia la parpadeante farola de la calle principal, caminó y se volvió hacia la puerta tragando sus temores.

Y golpeó tres veces, tal como había oído.

Un momento después, la puerta crujió abierta revelando a un hombre corpulento con lentes oscuros. Miró a Alejandro por un segundo, esperando que él hablara.

Alejandro rápidamente se puso nervioso. Los hombres de su tienda no habían mencionado ningún tipo de palabra clave.

-Um ... Estoy aquí para el ... juego de cartas-. Declaró.

El hombre asintió lentamente con la cabeza, abriendo más la puerta para que entrara el empleado.

-La entrada es quinientos. Sin hacer trampa. Sin túnicas. Sin respuestas con plagio ... -. advirtió mientras Alejandro entraba con cautela.

El hombre alto lo condujo por un pasillo oscuro hasta una puerta al final. Hubía una pequeña ventana en la puerta que daba a la habitación contigua y Alejandro ya podía ver la sala llena de jugadores. Estaba oscuro allí pero él rápidamente reconoció a los dos hombres de su tienda sentados en una mesa llena.

El hombre de seguridad apoyó la mano en el pomo de la puerta y miró a Alejandro antes de que ingrese.

-¿Cuánto tienes para perder esta noche?-. Preguntó con curiosidad.

Alejandro se aclaró la garganta pensando en una cifra creible.
- Tres de los grandes-. inventó

El hombre más grande tuvo que contener la risa. Algunos de los hombres en esa sala tratan con cientos de millas de dólares. Estos eran grandes gastadores que esperaban recuperar todo lo que perdieron apostando y algo más.

HITMAN (traducción) Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora