A veces pienso que, hubiera sido mejor que yo muriera en vez que Hannah.
No tendría que guardar tantos secretos, tanto de Bryce como los míos.
Pienso, si hubiera muerto, no me estaría pasando esto. No estaría sufriendo en este momento. No estaría mu...
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Gruño en el momento que el sonido de mi teléfono taladra mis oídos, maldigo antes de estirar mi mano hasta la mesa justo al lado de la cama. La habitación apenas estaba iluminada por la poca luz que entraba de la calle anunciando que era de noche, supongo que llevo dormida un par de horas.
El suave cuerpo de Thomas entre mis brazos me hace mas difícil mi movimiento, lo apartó con suavidad, de mis piernas caer por el borde de la cama, sentándome. La luz que emite el teléfono me obliga a cerrar los ojos en un par de rendijas.
Llamada de voz perdida
¿Donde mierda estas Tessa? Me dejaste esperando como un idiota en el aparcamiento. Contestan de una puta vez.
Realmente estaba molesto, su voz reflejaba más que molestia, estaba rabioso. Hago una mueca, soltando el teléfono.
—Maldita sea — exhalo mientras me dejo caer de espaldas de vuelta a la cama. Un cuerpo debajo de mi se sobresalta y yo junto a él, me levantó rápidamente para que pueda salir de mi peso, se aleja de la cama cayendo en el suelo moviendo su pelaje como si quisiera quitarse algo de encima, camina a la puerta y antes de cruzarla me mira, un par de segundo, como si me recriminara y se pierde por las escaleras.
Vuelvo la mirada al techo. Ahora el perro también estaba en mi contra, solo eso faltaba para hacer mi día más feliz. El teléfono vibra una vez más en mis manos.
—Hey, Bryce en serio lo siento pero...
—No me llames Bryce — Frunzo el ceño confundida.
—¿Shery? — apartó el teléfono de mi cara para ver el remitente y si, es ella —. eh, ¿Qué pasa?
Mi teléfono estaba hasta el tope de las llamadas de Bryce, como no confundirme.
—Abreme, estoy abajo.
Antes de poder contestar algo cuelga, lanzó el teléfono de vuelta a la cama antes de salir corriendo escaleras abajo, me apresuro a tomar el pomo entre mis manos y jalar la puerta.
