Tierra, Sol y Luna.

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"- ¿Esposo de la señora Lucia Sandoval? - Grito un doctor al salir de la sala de urgencias. 

Observe a mi padre levantarse rápidamente.

- Si, soy yo- grito mi padre levantando la mano. – Espérame aquí dante. - Dijo poniendo una mano sobre mi hombro. 

No pude escuchar nada de lo que hablaban. Por la cara de mi padre deduje que no sería nada bueno y aun así era peor de lo que imagine. "

La madrugada del 5 de julio del año 2018 acudimos a emergencias por un fuerte dolor que mi madre presento en el pecho, además de dificultad para respirar. Después de un par de horas en la sala de espera el doctor salió para hablar con mi padre, al parecer no era nada grave, sin embargo, el episodio sufrido no era lo que preocupaba a los doctores, había algo más. 

Su sangre no tenía los niveles correctos de oxígeno y no entendían que era lo que estaba causando esta anomalía. El dolor en el pecho de mi madre y su dificultad para respirar fue ocasionado por un fallo espontaneo en los pulmones, lo cual desemboco en una fuerte presión en su pecho. Procedieron a realizar exámenes para descubrir el motivo del fallo. 

Sus pulmones no estaban dañados se encontraban en muy buen estado, es decir mecánicamente no fallaban, sin embargo, los alvéolos presentaban una dificultad para captar el oxígeno del aire. Al analizar una muestra de sangre obtuvieron resultados de un agente extraño en la misma; nunca había visto algo parecido. Dedujeron que el comportamiento extraño de sus pulmones era debido a esta "toxina" o lo que sea que fuere y temían que existiera riesgo de daño permanente, ya que esta se alojaba directamente en los alvéolos reduciendo drásticamente la capacidad de absorción de los mismos. 

Así comenzó una de las etapas más difíciles de nuestras vidas. 

Durante casi más de 4 meses mi madre estuvo acudiendo frecuentemente al hospital, ya que debía estar en constante revisión para determinar el avance de la toxina en su organismo. 

Mi madre comenzaba a perder su luz poco a poco y yo temía con todas mis fuerzas que algún día dejara de brillar. Aun así, ella afronto esto con la mejor actitud posible, siempre se le veía con una sonrisa a luces de todos, pero era una máscara, la vi llorar, la vi sufrir y después aparentar que todo estaba bien. Intente discutir sobre su actitud más de una vez y su respuesta siempre fue la misma: 

"- Quiero que me recuerdes sonriendo y no sufriendo hijo, porque a pesar del dolor que siento, estoy más que feliz y complacida de lo que he logrado en mi vida, de la familia que tengo, y por eso sonrió, porque estoy feliz de tenerte mi sol, mientras tu sigas brillando siempre habrá razón para despertar. -" 

Poco tiempo después todo empeoro, sus pulmones y riñones habían sufrido daños irreparables, su enfermedad desemboco en el déficit del funcionamiento general de los demás órganos incluyendo el corazón. 

Los doctores no sabían que más hacer, seguían los análisis y las visitas al hospital, pero no había avance ni mejoría alguna, parecía puro trámite, pues no sabían que hacer con mi madre. 

Durante poco más de un año mi madre estuvo luchando contra una rara enfermedad de la cual nadie sabía nada, todos los doctores daban un diagnostico diferente. Mi padre y yo estábamos frustrados, no sabíamos que hacer y estábamos perdiendo la paciencia, pero mi madre no, ella nunca dejo de vernos con ojos de amor, se preocupaba más por nosotros que por ella misma, incluso en su situación nos cuidaba de sobremanera, atenta, calmada y amorosa. Siempre fue así incluso en el final. 

Justo cuando caímos en la más profunda desesperación un compañero de trabajo de mi padre le dio una pequeña tarjeta de un doctor mexicano y lo animo a visitarlo. 

SUPERIORES.Where stories live. Discover now