Una satisfacción salvaje brilló en las finas facciones y en los ojos miel de Hermione. Flexionó la muñeca; suficiente por ese día.
Habiendo cumplido con su cometido se disponía a retirarse, ignorando la existencia de Harry con la misma indiferencia con la que había ignorado todo y a todos desde que había vuelto a casa. Pero sólo pudo dar un paso. Harry la cogió de los brazos por la espalda. A Hermione volvió a impresionarla la fuerza con la que le había agarrado por las muñecas. Ella intentó zafarse, pero lo único que consiguió fue hacerse daño en el hombro. Harry la atrajo hacia él con una fuerza inquebrantable.
Hermione vio a sus padres que se acercaban. Naturalmente estaban consternados, pero no sorprendidos, conocían a su hija.
—Hola, mamá, papá —dijo Hermione inútilmente, ya que Harry la obligaba a andar, impidiéndole detenerse delante de su padre—. ¿Cómo estáis? —Necesitamos algo de intimidad —se limitó a decir Harry dirigiéndose al padre de Hermione.—Arriba —el papá de Hermione vaciló un momento.
Cruzaron el pasillo. La castaña observaba con curiosidad las expresiones de asombro que veía a su paso. Al parecer, ese hombre con un semblante tan frió también podía leer los pensamientos, pues le dijo con voz amenazadora: —Trata de gritar. Te lo suplico. Eso me daría una excelente razón para meterte una mordaza en tu adorable boca.
Hermione, intentando disimular su sorpresa, echó la cabeza hacia atrás y rió con fuerza. Pero lo único que consiguió fue que Harry la apretara más y la hiciera subir casi corriendo. Cuando llegaron arriba, Hermione respiraba con dificultad.
Cruzaron el pasillo, sorprendiendo a una o dos personas que se apartaron para facilitarles el paso.
—No —dijo Hermione cuando pararon en la primera puerta. Lo empujó sin pensar en la fuerza que éste ejercía sobre sus hombros. Hermione giró hacia la izquierda y le condujo hasta la última puerta que estaba parcialmente abierta, se apoyó contra el hombre que la mantenía prisionera y de una patada abrió la puerta de su antigua habitación.
Pansy, que estaba deshaciendo su equipaje, dio un brinco y se dio media vuelta. Se quedó con la boca abierta al verlos en la puerta.
Hermione estaba inclinada hacia atrás, un mechón de pelo le tapaba los ojos, tenía los hombros apoyados contra el pecho de Harry.
—Gracias, Pansy —le dijo Hermione—. Puede marcharse.
La muchacha se quedó mirando al hombre que parecía amenazar a Hermione.
—Señorita Granger —tartamudeó la mujer obviamente intimidada, pero manteniéndose a distancia—... ¿está segura de que no quiere que yo... es decir, que me quede? —SÍ yo fuera usted —Harry Potter posó su fría mirada en la asustada doncella—, me iría mientras pudiera.
La joven no tardó ni dos segundos en decidirse. Incluso, cerró la puerta antes de alejarse corriendo. En cuanto se oyó el chasquido del picaporte, Harry empujó a Hermione.
La chica aterrizó con gran precisión, boca abajo, en la cama. Se incorporó rápidamente, intentando dominar el temblor que la dominaba.
Estaba apoyada sobre sus rodillas y manos cuando se encontró, a través del velo que formaba su melena, con los duros y fríos ojos de Harry. Estaba sofocada, encontraba todo aquello muy estimulante, Harry la miró— electrizado. Hermione echaba fuego por los ojos. Se retiró el pelo de la cara y cuando volvió a mirarlo descubrió que éste ya había recuperado su legendario e infalible autocontrol.
Harry Potter se apoyó contra la pared, y cruzó los brazos y las piernas. La observó fijamente.
—Quiero una explicación. Ni en su expresión, ni en su tono de voz, se reflejaba ningún sentimiento. Estaba inmóvil, como una estatua. Hermione se dijo que debía provocarlo más. Su fría actitud era una ofensa.
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BELLEZA INTERIOR
FanfictionHermione Granger es una actriz muy famosa rodeada de rumores, porque desaparecer sin dar explicación ... pero la fama también tiene su lado oscuro ¿no es cierto? Descubrirá Harry Potter su secreto, o será ella quien descubra el suyo.