Capítulo 3

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—¡Nunca! —negó con la cabeza—. ¡Vas a hacer la película, te guste o no, aunque protestes! Lo harás bien, a tiempo y serás extremadamente amable con todas las personas involucradas en el proyecto, porque si no lo haces tu padre ni siquiera podrá ver la película y, en el momento en el que se encuentra su carrera, eso podría significar que nunca vuelva a tener la oportunidad de hacer otra obra de calidad. ¿Está claro?

—Perfectamente —contestó Hermione, concisa y con frialdad—. Haré tu maldita película, me guste o no. Lo haré con escrupulosa cortesía y eficiencia, porque tengo que cuidar mi reputación y soy una profesional, no porque tú me lo ordenes ni porque me supliques. Y seré extremadamente amable con todos los que me rodeen, excepto contigo. Sonreiré y seré encantadora y educada, y cooperaré con todos, excepto contigo.

—Me parece perfecto —aseguró con desprecio.

—Quedas advertido —dijo ella con lentitud.

—Quedo advertido —Hermione alzó la barbilla y Harry soltó una carcajada llena de amargura—. Que Dios nos ayude a los dos.

—¿Vas a huir, amigo mío? —Hermione preguntó con fingida amabilidad al ver que se retiraba.

Harry puso la mano en el picaporte y se volvió para mirarla.

—Tú y yo nunca seremos amigos, Hermione —dijo con voz dulce— Eso te lo aseguro. Y también quiero que sepas que nunca huyo de un reto o de una pelea. Pero tu padre y yo tenemos un negocio pendiente, y yo estoy interesado en saber qué tiene que decir.

Harry salió y cerró la puerta.

Agradeciendo en silencio la recién conquistada soledad, Hermione cambió de

posición, se sentó y se abrazó las piernas para quedar en posición fetal.

Apoyó la cara sobre las rodillas. Había vuelto a meterse en un buen lío, y en

contra de su voluntad.

—Maldito estúpido —exclamó. —Te odio, te odio...


Harry estaba por subir el ascensor cuando Draco lo alcanzó, estaba más o menos disfrazado. Riendo por dentro porque no lo reconocería se dio con la sorpresa que lo reconoció perfectamente.

—¿Cómo supiste que era yo?

—Los zapatos, fue tan obvio así que deja de jugar y ponte a arreglar los asuntos con esa actriz.

Al llegar a su oficina Draco le dijo acerca de la llamada del doctor Nim

—El doctor Nim llamó, para confirmar la cita de mañana a las 10:00 a.m

—Gracias Draco. Le dijo Harry. —No te quedaras a ver si acierto con el nombre de todos los peces.

—No creo que sea necesario, porque tengo que atender otros asuntos que mi jefe me ha encargado. —Respondió algo divertido

—Yo soy tu jefe.


Cuando la castaña estuvo de nuevo en su casa Ginny le reprochó todo lo que habia hecho.

—Descuida lo tengo todo controlado, no te preocupes Ginny.

Ron llegaba atravesando el vestíbulo, vio a la castaña sentada en el sofá viendo su película debut.

—No estas harta de ver tu debut en el cine.

—Tu no estas harto de respirar

—empiezas una batalla que ni siquiera puedes ganar le dice Ginny a Ron.

BELLEZA INTERIORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora