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Capítulo 1.

El sonido del despertador es lo peor que puedo escuchar, lo odio con todo mi corazón, y sé que el me odia a mi por golpearlo con fuerza para que se detenga.
Me niego abrir los ojos, solo pensar que tengo que ir a trabajar me dan ganas de desaparecer. Odio mi trabajo también, tanto como al despertador.

Los primeros mensajes que veo en mi teléfono son de mi madre, los envío anoche.

Mamá: ¿Estás comiendo bien?¿Tienes dinero suficiente para pagar las cuentas? Connie, te he estado llamando ¿Porqué no contestas el teléfono? Que tengas veinticuatro años y estés viviendo sola, no significa que ignores a tu madre, háblame apenas leas este mensaje ¿o acaso has vuelto con Thomas que no tienes tiempo para responder un mensaje?

No puedo creer que lo primero que lea sea un sermón de ella, la amo con todo mi corazón, pero hay momentos como este que quisiera desaparecer para no tener que leer esto.

Connie: Hola mamá, buenos días, perdón por no responder tus mensajes, ayer mi turno en el restaurante fue de noche, ya sabes que todos los meses lo cambian. Con respecto a las deudas, no te preocupes, están al día, y mi nevera esta abastecida. No tienes que recordarme la edad que tengo, todos los días mi cuerpo me lo recuerda al terminar exhausta de tanto estar de pie atendiendo mesas en mi trabajo. Te amo, te llamaré durante la tarde.

Connie: Y por cierto, con Thomas no estamos juntos de hace meses, no lo nombres más, ya te dije que no deseo estar con nadie, prefiero estar sola, que mal acompañada.

¿Porqué ella sigue insistiendo en hablar de él? Detesto su nombre, no lo soporto, fue una relación de dos años que no terminó bien, punto.
Malhumorada me levanto directo al baño, verme en el espejo es penoso, mi cabello es un desastre y mi rostro está más pálido de lo normal. Es entendible, anoche mi jefe se comporto como un ogro, se quejó un montón sobre lo poco ineficiente que fuimos con mis compañeras de trabajo, así que nuestros pies volaban a través de las mesas para tener los pedidos de nuestros clientes lo más rápido posible.

Lamentablemente no puedo cambiarme de trabajo, llevo más de un año siendo mesera, y si me voy, perderé mi antigüedad, además que aquí en Londres no hay muchas opciones de trabajo, muchos están cesantes por la falta de éste, es por eso que no puedo dejarlo, quedar en la calle es lo peor que podría pasarme.
Yo no quiero volver a casa, le dije a mamá y papá que quería ser una mujer independiente, que no importaba cuanto me costaría, que lo haría porque necesitaba un aire nuevo.

Aire nuevo. Sí, este es mi aire nuevo, apenas puedo pagar las cuentas, mi nevera apenas se llena una vez al mes y cada día me siento más vieja.
Todas mis horas extras y gran parte de mi sueldo se van a mi cuenta bancaria, estoy pagando la mensualidad de la universidad.

Pensar en eso me deprime, porque tuve que abandonar mis clases de diseño, por falta de dinero. Aún debo pagar algunos meses antes de poder retomar, si no tengo al día la mensualidad, no puedo continuar.

-De pensamientos no vivirás, así que a trabajar se ha dicho.—me digo dándome ánimos antes de que caiga en depresión.

Después de todo, no todo es tan malo, hoy solo tengo un turno por la mañana y después seré libre del ogro de mi jefe hasta mañana. Eso me pone contenta, necesito dormir, y es justo lo que haré apenas salga del trabajo.

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-Connie.—Me llama Alexandra,mi compañera de trabajo.—Reservaron la mesa siete.

-Está bien.—Le digo y busco detrás del mostrador nuestras tarjetas de reservados.

Gracias al cielo el lugar no está lleno, solo unas cuantas personas están tomando el desayuno antes de ir a trabajar. Es por eso que me quedo en mi esquina habitual para esperar la llegada de nuevos clientes.
Los pies ya comienzan a dolerme, pero no puedo mostrar cara de dolor o incomodidad, así que solo puedo poner mi típica sonrisa falsa de todos los días.
Después de unos cuantos minutos donde no ha pasado nada extraordinario, dos hombres entran en el lugar. Miro Alexandra, porque yo tomé a la última pareja que entró, por ende, estos serían sus clientes, pero al verla noto que está atascada en una mesa.

UNA GRAN MENTIRA - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora