DEJARTE IR

13

Ruka le dedico una mirada llena de odio y el peliplata lo noto al instante.

-Hola Zero-fue lo único que pudo responder el castaño-Veo que se la estan pasando bien-dijo con un tono sarcástico-Así que los voy a acompañar-la vampiresa tocio ligeramente para captar la atención-No necesitamos de tu mugrosa existencia gracias-

Estas palabras enfurecieron a Kaname quien comenzó a fulminar a Ruka con su mirada incitandole a disculparse con el cazador, pero ello solo lo ignoro.

-Bueno, pero solo esta mugrosa existencia se dió cuenta de que tu acompañante no esta disfrutando su velada así  que me lo llevare para comodidad de todos-dijo Zero fingiendo una sonrisa-

Rápidamente el peliplata agarró de un brazo al vampiro y se lo llevo lejos de ese lugar. Obviamente Kaname estaba agradecido porque ya no podía  soportar estar mas tiempo con Ruka.

De la nada el peliplata paro en seco y solto el brazo del contrario.

-¿Quién  era esa chica?-preguntó fríamente-Ella es solo una compañera de clase que me invito a salir-el ojiamatista lo miro seriamente-Y ¿por qué  aceptaste la invitación? Ya que por lo que vi no estabas nada a gusto-

El castaño se rasco la cabeza con nerviosismo sin saber que responder exactamente.

-Oye me digiste que te gustaba un chico; no creo que le agrade saber que sales con una chica tan estúpida  como esa-el sangrepura se puso tenso-La verdad es que no creo tener una oportunidad con él-

Zero se puso a analizar lo que Kaname acababa de decir, si era cierto talvez podría  de algún  modo consolarlo con su amor.

-Oye sé que te dije que esperaría pero necesito saber quien es la persona que te gusta-dijo sin vacilar el menor-Ehh, bueno es que...-

El sangrepura se sentía incapaz de decir esa simple frase que podía arruinar toda su amistad con aquel ángel de cabello plata que tenía  enfrente de él.

En sus adentros habían demasiadas dudas y temores, pero más  que nada lo que sentía  era cobardía de no poder expresar esos sentimientos que lo consumían  por dentro.

-Zero si te lo digo no tengo idea de como reaccionaras-el peliplata le toco el hombro y dijo-Creeme jamás te juzgaria por tus gustos-

Al mirarlo Kaname recordó que fue ese mismo rostro lleno de sinceridad el que le devolvio la calidez a su corazón y la felicidad a su vana vida eterna. Y ahora tenía claro que quería  que esa persona supiera de sus sentimientos porque tenía  la certeza de que esa vida tan noble no lo abandonaría.

Lentamente pero con seguridad Kaname acaricio la mejilla de Zero, después le dio un apasionada beso y a pesar de que no fue tan largo se podía  notar el amor y el deseo dentro de esa acción tan íntima.

-A quien amo eres tú-el cazador se quedo anonadado-Claro entiendo que necesitas tu tiempo y yo...-el peliplata le dio otro beso-Por supuesto que quiero estar contigo, después  de todo ya me has enamorado-

El sangrepura estaba tan sorprendido como feliz en este momento; ahora su más  grande sueño se cumplía.

3 meses después:

-¡Zero te me apuras, no quiero que llegues tarde a tu graduación!-el menor salió inmediatamente de su cuarto-¡Mierda, Cross ¿por qué  no me despertaste?!-

El ojiamatista se apuro lo más que pudo y gracias al cielo logro llegar con un minuto de anticipación; de algo había servido el entrenamiento de Yagari.

-Llegas tarde-dijo Kaname-Lo siento si  hice preocupar al vampiro más guapo de todos-hablo Zero mientras se acercaba a besarlo-Oye no trates de usar mi amor por tí en esta situación, amor-el peliplata se rió  un poco-Ok, entremos entonces-

La ceremonia fue corta pero, innegablemente, aburrida; gracias al cielo que se apresuraron en entregar las diplomas pues Zero se moría por salir de ahí.

-Felicidades-le dijo el castaño-Gracias gracias...vámonos-el vampiro esbozo una sonrisa-Claro lo que diga su alteza-

Los dos se fueron juntos a un restaurante que Kaname había  reservado para pasarla en privado.

-¿Ya decidiste en que  universidad entraras?-el menor le esquivo los ojos-Mmm, la verdad aún no me decido si entrar a la universidad para cazadores o de verdad escoger una carrera-

Kaname puso una mirada fría, él le había dejado a Zero bien claro que quería que dejara de ser un cazador pero obviamente este no le iba a hacer caso.

-Pero tranquilo no importa que opción elija al fin y al cabo me volveré  un cazador-el castaño frunció el ceño-No te preocupes, estare bien además  te visitaré todas las semanas y podremos...-

Zero se sento en el regazo de su pareja y empezó a besarlo mientras que el castaño le abrió la hebilla del pantalón y comenzó a masajearle el miembro.

Rápidamente la ropa desapareció y, entre jadeos y gemidos, el vampiro estaba dilatando la entrada del cazador mientras este le masajaeba su intimidad y le daba muchos besos.

En cuanto su entrada estuvo dilatada Zero se auto penetró en Kaname, de inmedito el castaño sintió como se inundaba de esa estrecha pero complaciente cavidad que cada vez lo enloquecia más.

-Ya ahg mue-vete-le ordenó el peliplata a su amante-

Kaname sin esperar más empezó a moverse lentamente y luego más salvajemente dejando escapar hermosos gemidos de los labios de Zero quien, al igual que él, estaba a punto de llegar al éxtasis. Después de poco tiempo ambos se corrieron y cayeron exhaustos.

-Sabes Zero, no importa que decisión elijas porque te amo y eso no va a cambiar-el ojiamatista al escuchar eso lo abrazo con fuerza-Me alegra escuchar eso-de imediato el sangrepura puso una cara malévola-Pero me tendrás que compensar con otras 2 rondas-

El peliplata trató de poner su cara de inocencia más pura para safarse de esa pero la verdad tampoco es que le molestara sino es que temía que su cuerpo no resistiera.

-Tranquilo seré más gentil-el menor lo pensó-Bueno así no me molestaría tener unas rondas más-

Así esos dos amantes tuvieron un largo y agitado día de "celebración"

                              FIN

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Wuuu, por din terminé esta historia :"), espero con toda mi alma que les haya gustado y me disculpo por demorar tanto pero con esta cuarentena no tenía tanta inspiración. Pero no se preocupen haré una segunda parte de esta historia así que esten atentos ;3

Sin más que decirles, adiós.