Capitulo II

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Viernes

Saeko caminaba por las calles para llegar al instituto como todos los días, tardaba unos 10 minutos en llegar a su destino. Cuando llegó, abrió la puerta y se encontró con una multitud de personas rodeando unas taquillas, se podían escuchar gritos y sollozos.

¿Qué es lo que pasa aquí?

Pensó la chica. Se acercó hacia el puñado de personas, no veía nada entonces se dispuso a empujar a las personas que se encontraban allí. En las taquillas habían unas letras que parecían estar hechas con sangre, decía:

"Ellos deben morir"

Saeko apretó sus puños con fuerza. No sabía nada de lo que estaba sucediendo o porque, pero sabía que no era nada bueno.
Empezó a mirar entre la multitud a ver si veía a alguien conocido y ahí estaba Yuko que se encontraba sorprendida.
Entonces se acercó.

-¿Quién crees que ha podido hacer esto?

-Nadie lo sabe, normalmente nadie de el instituto hace tales cosas. Y... mucho menos escribir algo con sangre.
Se notaba que estaba nerviosa.

Saeko suspiró.

Una profesora que había llegado calmó a todos diciéndoles que no iba a ocurrir nada y que volviéramos a nuestras clases.

-¡Chicos, calmaos! ¡Nos ocuparemos de esto, ahora vuelvan a sus clases!

A primera hora tocaba Lengua pero el profesor no pudo venir, entonces vino una sustituta. Entró por la puerta y camino hacia la mesa del profesor, empezó a mirar a los alumnos y habló.

-Buenos días, alumnos
-En esta hora toca Lengua pero haréis un ejercicio de relajación que consistirá  en cerrar los ojos- dijo sonriente- Vuestra tutora me ha dicho que haga esto para que os calme de lo sucedido hace unos minutos.

La profesora sacó su móvil y empezó a teclear, al cabo de unos segundos se pudo escuchar una música suave y relajante.
Los alumnos estaban confundidos pero cerraron sus ojos dejándose llevar por la melodía.

Se escuchaban pájaros cantando y gotas de agua cayendo lentamente acompañados por una música clásica.
Después de 10 minutos, la música fue tornándose a una inquietante y se podían oír zumbidos, se oían unas risas que pronto inundaron toda la sala.

Los alumnos empezaron a abrir los ojos asustados y nerviosos. De pronto cayó una gota carmesí que provenía de el techo. Después otra y otra repetidamente. Los adolescentes llevaron sus ojos hacia arriba y se encontraron el cuerpo de la mujer sin vida con un agujero grande en el pecho.
Las luces se apagaron así como la música que dejó de escucharse. Pero las risas y los gritos de los chicos se mezclaban con cada golpe que se escuchaba detrás de la puerta.

Nadie se percató de la sombra que apareció delante de la pizarra pero observaron que poco a poco adoptaba la forma de una chica con cabello recogido en una coleta. Su ropa era un poco atrevida, su piel era de un color claro y sus ojos de un morado intenso al igual que su cabello.

Los ojos de aquella adolescente examinaron la clase y a cada uno de los alumnos, parecía disfrutar de los gritos y de las súplicas que hacían.

-Vaya, vaya, mira que tenemos aquí...
La peli morada hizo aparecer un cetro que cogió con su mano derecha.
Empezó a andar en círculos alrededor de los alumnos.

-¡Dejanos salir, monstruo!
Se escuchó.

La chica clavó su mirada en aquel sujeto y se empezó a acercar.

-Vaya, que valiente eres...
Se mordió el labio inferior.

-Si seguís su ejemplo...
La chica se empezó a alejar de el.

-...Acabareis así...- la adolescente le apuntó con el arma, de esta salió un destello tan fuerte que abrió el pecho de el chico.

Los gritos de los alumnos volvieron a aparecer más fuertes que antes.

-¡Callaos!- grito la chica enseñando sus colmillos.

Ella es la asesina...

Pensó Saeko.

-Tú, tu eres la asesina...
Dijo una alumna de piel mulata, su ojos eran del mismo color que las mechas de su cabello castaño oscuro, verdes.

-¿Ahora os dais cuenta?- se río

Yuko atrajo la atención de Saeko que se encontraba detrás suya.

-Tenemos que salir de aquí- susurró la pelirosa.

Saeko asintió seria.

-Avisare a Akai...- Saeko miraba a la peli morada de reojo porque si se daba cuenta acabarían como su compañero que yacía muerto en el suelo.

Saeko escribió una nota y se la pasó a Akai con ayuda del viento que causaba Yuko con su dedo índice.

Akai recibió la nota y la abrió.

Salgamos de aquí, Yuko tiene un plan.

Akai asintió.

-¿Pasando notas en clase, eh?- dijo la chica que estaba justo delante de ellas.

-No saldréis de aquí- ella se dispuso a apuntarlas con el cetro.

En un abrir y cerrar de ojos una hidra sujetó la mano derecha de la chica haciendo que el destello se dirigiera a una esquina de la sala.

-¡Salid de aquí!- gritó la chica de ojos verdes.

Saeko y Akai se levantaron de sus sillas rápidamente y siguieron a Yuko que lanzó una ráfaga de aire que consiguió romper las ventanas a donde se dirigían.

-¡Saltemos!- gritó Yuko.

La asesina se había enfadado, su piel iba cambiando a una totalmente negra, en su pelo iban apareciendo mechas rojas, pero eso no era nada comparado con los cuernos y alas que le salían. Sus ojos eran rojos, inyectados en sangre. Su fuerza había aumentado, esto hizo que lanzara a la chica de ojos verdes que intentaba salvarla, Amelia.

-Si, mejor saltamos- dijo Akai.

Las chicas saltaron por la ventana, su clase se encontraba en el cuarto piso así qué había muy pocas probabilidades de que sobrevivieran.
Pero, Yuko las elevó con un remolino gigante haciendo que volasen literalmente por el cielo. Bajaron sanas y salvas.

-¿Y ahora qué?- preguntó Saeko.

-Pelear...- dijo Akai que tenía su mirada fija en la chica convertida en demonio, esta ahora podía volar gracias a sus alas. Aterrizo en frente de las chicas.

-¡Akai, sabe perfectamente que nunca he usado mis poderes!- dijo la peli negra desesperada.

-¡Entonces te protegeremos!- se oyó una voz que venía de detrás, era Amelia la que les salvó anteriormente, tenía unos rasguños en su cuerpo pero no parecía importarle.

-¡Creéis qué podéis vencerme a mí, Ryuka, la hija de los demonios!- se río a carcajadas

-Eso da igual, si me venceis tendréis que enfrentaros a alguien más poderoso...- su risa sonó más aterradora que las anteriores.

¡¿Qué está pasando?!

Mutantes DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora