°¶Inrresolvible ¶°[Varian x Tú ] (CANCELADA)

Pérdida (cap 3)

. . .

Narra Adelaida.
6:30 de la mañana, lo veía en el reloj. Me desperté arquenando mi espalda, brazos y dedos para hacer lo siguiente: lenvantarme de la cama; dirigirme a la cocina; comer lo que sea que haya en la canasta; ir otra vez directo al cuarto; ponerne mi uniforme; y para finalizar despedirme de mi familia.

Fui inmediatamente al cuarto de mis padres, verificando si aún seguían dormidos... Resultó que sí. Entre sigilosa mente al cuarto sin hacer algún tipo de ruido, di unos pasos más hacia la cama donde mis padres dormían para luego despertarlos con mi voz.

—Mamá, papá, ya me tengo que ir, los veo luego.—susurre a ambos.

—Sí yo mhnhñllñm~—balbuceo mamá dándome algo de gracia al escucharla.

—je, je. Ok, adiós.—me fui de ahí llevando una pequeña sonrisa en mi cara. Ahora voy directo al cuarto de Stuart haciendo lo mismo que hice con mis padres sólo que esta vez lo que le dije fue diferente.

—Oye, Stuart... —volví a susurrar.

—Aaaaa, ¿Qué quieres? ¡Déjame dormirrrr!—ordenó soñoliento, dejando ver media cara de él por la almohada .

—Nada sólo quería decirte que eres un llorón y un miedoso, sin embargo ¡te quiero!, pero no te quiero por eso, sino porque eres un niño muy audaz e imperctivo, que está dispuesto a ayudar a quien sea que lo necesite.

—¿Todo bien en casa, Adelaida? —preguntó indiferente al escuchar lo que le había dicho su hermana; su hermana río con algo de gracia sobre su comentario.

— Jeje, no... Descansa Stuart, adiós.

—Sí, sí. Adiós.—se despidió moviendo un poco la mano en señal de despedida.

Salí del cuarto para dirigirme a la puerta de salida, giré la manilla,salí y luego la cerré.

—*inhala y exhala* ok... allá voy.

Caminé hacía las afueras de Hirellvill hasta llegar a la estación de trenes que tenían destino a otras ciudades o países, pero primero me dirigí a la boleteria a presentar mi permiso.

—Buenos días, a donde desea diri–.— la mujer se detuvo en hablar y me miró diferente, de arriba a abajo. Creo que ya se muy bien porque me mira de esa manera. —Disculpa, pero ¿no eres muy joven para ser cartera?-preguntó.

—Emm, tal vez, aunque aquí está mi permiso. Mírelo usted misma.—le entregué el papel de autorización que el jefe me entregó ayer.

—Muy bien, sin embargo sigo sin creer que te hayan dado ese permiso, pero como me da igual, te dejaré pasar.—dijo sin algún interés, ¡cielos! esta mujer parece que tiene la vida acabada, se le notaba por su aspecto amargado.

—Aquí tiene. —dijo entregándome... Se le podría decir otro permiso pero esta vez de viaje.—que tenga un lindo día.—finalizó con cortesía falsa. ¡Que agradable! (sarcasmo).

Fui a al tren donde me habían asignado; pero antes de entrar al tren, me percaté que mi jefe Baltro estaba parado al frente de una farola, de lo que parece ser que estaba esperandome.

—¿Baltro?—al mencionar el nombre de aquel anciano hizo que girará su cabeza de lado, para después dar unos pasos más hacia mí.

—¿Lista?—preguntó.

—Lista. —dije determinada.

—Púes entonces ve.—no dude ni un segundo en abalanzarme a él y darle un fuerte abrazo y decirle...