wedding 1/2

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Jungkook: traje azul-Marino.
Jimin: traje blanco-negro.



💒💒


Llené de aire mis pulmones al ver el salón donde se celebraría la boda con aquella hermosa e impresionante decoración. Hermosas rosas blancas decoraban el lugar, dándole un aspecto de un lugar puro, con algunas enredaderas que caían del techo tomando un toque parecido a un bosque. La iluminación justa para que cada tono verde de las flores resaltaran.

Mire a los lados, notando como los invitados comenzaban a llegar. Trajes ridículamente costosos, vestidos de diseñadores más importantes de Corea, zapatos con diamantes, incluso la joyería brillaba más de lo normal.

Pero en mi cabeza solo podía imaginarte a ti entrando por aquellas puertas, con tu sonrisa adornando tu hermoso rostro. Con tu cuerpo bien formado luciendo el traje blanco con detalles en negro que habías elegido para la ocasión, tu voz sonando suave y nerviosa al pronunciar los votos sería como un canto perfecto en el salón. Imaginaba el mismo brillo que tenían tus ojos cundo veías a la persona que había cambiado nuestras vidas, por que incluso sabiendo que no era la culpa de nadie, mi necio y testarudo corazón quería encontrar un culpable para tanto dolor que cargaba.

Y volviendo a la realidad que me envolvía, notaba mi corazón latir a mil por hora y unas inmensas ganas de llorar, mi estómago se revolvía por los nervios y mis manos comenzaban a sudar.

Solo faltaban unos minutos para que la música empezara a sonar anunciando tu entrada por aquellas puertas de madera.

Y no pude evitar recordar cuando tenías diecisiete. Nos encontrábamos en tu habitación y era tarde en la madrugada, habíamos hecho nuestras típicas pijamadas y entre tantas risas me dijiste que me amabas.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas al traer aquellos días a mi cabeza en que éramos unos simples adolescentes descubriendo lo que era el amor. Aún recordando cómo fue nuestro primer beso, o la primera vez que nos tomamos de las manos como una pareja oficial. También nuestra primera discusión, solo por que una chica comenzó a coquetear conmigo. O la primera vez que tuve que rogar tu perdón por haber golpeado a tu primo pensando que era ese ex novio que tanto te molestaba. Cuando una de las peores tormentas dejó a la mitad de la ciudad sin energía eléctrica y usamos las únicas velas que tenía mi madre para iluminar la habitación. Bajo esa poca pero perfecta iluminación fue la primera vez que nos vimos desnudos, explorando nuestros cuerpos y besando cada centímetro de piel hicimos el amor.

Nunca pude explicar con palabras lo feliz que me sentí aquella noche.

Y ahora viendo cómo caminas a paso lento hacia el altar, con ese hermoso traje blanco digno de un ángel y la sonrisa de la cual me enamoré, no pude evitar que las lágrimas que tanto guarde salieran una tras de otra. No quise limpiarlas, deje que siguieran saliendo después de tanto tiempo. Deje que barrieran todo el dolor que llevaba en mi durante estos años, también deje que se llevaran el recuerdo de nuestra última discusión y con ella la que sería la ruptura de nuestra relación.

Fue un día de verano, llevábamos 3 años de noviazgo y tenías veinte años. Habías enviado la solicitud de ingreso para una universidad en Estados Unidos, obviamente estaba feliz por ti. Pero también enojado.

Me enojó que lo hicieras a escondidas, ¿acaso creíste que no te apoyaría?.

Me enojó que todos supieran de tus planes, pero no yo.

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