Apreciar la claridad del cielo es algo que no me puedo permitir ahora, me resulta aún más triste pensar que tiempo atrás lo hice tranquilamente. Muchas personas en este mundo olvidaron el firmamento que los observaba gracias a sus ocupadas vidas, es una lástima. Lo único que podremos ver desde ahora será el recuerdo de cuando pudimos disfrutarlo y sentimiento de nostalgia nos arrebatará aún más la esperanza.
—¡Ciérrala! -grité a mi padre.
—¡No puedo! ¡Son demasiados!
Su peso no ayudaba a cerrar la puerta que era empujada desde el otro lado por tres o quizá, cinco pares de manos desesperadas por obtener algo de carne. Ordené a mamá y a mi hermanito subir las escaleras de ese cuarto de servicio hacia la azotea y pedir acceso a los supervivientes al otro lado, mientras tanto yo ayudaría a mi padre con su problema. Empujé el carrito de limpieza desde el fondo del pasillo y chocó contra el costado por donde ellos querían entrar, en seguida, papá tomó el hacha que se le había resbalado y cortó, como un carnicero, cada mano que se colaba. Recargué mi peso en la madera y ambos terminamos empapados de fluidos rojos, casi vomito. Después de un momento de lucha logramos cerrarla.
Al subir las escaleras nos dimos cuenta que mamá golpeaba el acceso metálico de la azotea con desesperación, por un momento creí que no había nadie detrás de ella, hasta que papá insistió de manera un tanto violenta. "No estamos infectados", dijo. "¡Tenemos a dos menores de edad, ¡carajo!". Es decir, mi hermano, de ocho y yo, de diecisiete. Aún no entiendo por qué tanta exageración llamándome menor de edad si próximamente llegaría a los dieciocho, al menos si seguía viva.
—Rápido, adelante, rápido. Usted, ayúdeme a bloquear -dijo el hombre que abrió la reja y obligó a mi padre a ayudarlo a cerrar el acceso.
Miré a mi alrededor.
La azotea, rodeada por una malla de seguridad colocada para evitar accidentes laborales y probables suicidios, se convirtió en un refugio adecuado. Alrededor de diecisiete personas esperaban ansiosos su rescate, era lamentable, me acostumbré a ver más gente en sitios así, cada vez somos menos los que logramos llegar. Contaban con suficiente agua, comida, botiquines y herramientas que les ayudaron a sobrevivir. Nos sentamos cerca del limbo, un poco alejados del resto, pronto nos proporcionaron agua. Me pregunté entonces cuál había sido el desenlace de esta pequeña población, seguramente la mayoría fueron huéspedes del hotel, gente que venía por un simple viaje de negocios o de vacaciones, como nosotros.
Sí, las peores vacaciones de mi vida en pleno mes de julio. Planeamos esto desde enero, somos del sur de San Antonio y teníamos curiosidad por conocer el lado oeste del país, mis padres pagaron un tour familiar, de esos que te llevan a las pequeñas ciudades, algunas capitales y tienen como atractivo principal a la ciudad del pecado. No le veo exclusividad si vemos que este país es Sodoma y Gomorra desde tiempos inmemorables y es por ello que el mismísimo Lucifer reposó en estas tierras para sembrar una pandemia de muertos vivientes. Así es, mientras nosotros, envueltos con la ilusión del turismo, conocíamos museos, plazas comerciales y centros de entretenimiento; la población contemplaba aterrorizada el aviso que culminó con la paz de todos. No fue un mensaje del noticiero, tampoco de la policía sino una transmisión a nivel nacional. El informe de gobierno que anunciaba un desastre biológico fuera de control. Un día bastó para que el contagio fuera visible violentando a cada ser humano que portara el virus y dotándolo de un hambre insaciable por carne humana. Quien era mordido moría por la fiebre y resucitaba en un par de horas para continuar propagando la enfermedad. Algo que fue conocido como un fenómeno popular en el cine de terror, ahora era una cruel realidad.
Era la tercera semana después del brote y ya ni siquiera el ejército quiso meter sus narices en las calles.
—Señor -mi padre llamó al hombre más cercano-. Deben ser mis nervios que me producen inseguridad. Este es el sitio donde se hará el rescate, ¿correcto?

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EL FIN DE LOS DÍAS
Fanfiction||- FAN FICTION -|| ¿Te has preguntado cómo sería la fusión de tu videojuego de zombies favorito y tu crush de la cuadra conspirando a tu favor dentro de una apocalipsis de muertos vivientes? Pues este fanfiction inspirado en la segunda entrega del...