Capítulo 1:

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      Era una noche estrellada cuando una sombra desconocida se movía rápidamente  por todo el pueblo de Karmaland. Era bastante ágil, fuerte y veloz, entraba en casas ajenas, abría los cofres y tomaba todas las pertenencias de estos, fueran valiosas o no. 

      Ya ha habido casos de algunos aldeanos que denunciaban a un hombre por las noches con ojos morados que robaba todas sus pertenencias y, tan pronto como cantaba el gallo, se iba corriendo para no ser descubierto ante la luz del tan brillante sol. Pero, como esa era la única pista que tenían, no podían hacer nada más que esperar a que, un día, ocurriese algún suceso que acabara con la secreta identidad de ese joven.

      En esta ocasión, se encontraba de nuevo robando a una chica, la cual se encontraba durmiendo. Este sujeto, aprovechó esto y comenzó a revisar su baúl. Estaba tranquilo como siempre, aunque, en esta noche, lo dejaría de estar muy pronto.

     De repente, sonó un gran grito que inundó todo el pueblo, fue un joven que gritó a sus dos compañeros que avanzaban adelante, y, para la mala suerte del ladrón, este joven se encontraba cerca de la casa de la chica, haciendo que se despertara en mitad de la noche. Abrió los ojos y se reincorporó, cuando el ladrón seguía buscando y robándole, la mujer al darse cuenta de lo que estaba pasando gritó pronunciando las palabras de ladrón. Esto no pasó desapercibido por los vecinos, e incluido el joven que se encontraba cerca de allí.

      El saqueador alertado de la situación saltó rápidamente por la ventana, aterrizando en el suelo de rodillas. Cuando levantó la cabeza, vio a algunos aldeanos saliendo de sus casas con antorchas. Era hora de correr.

      Este, huyó rápidamente hacia la derecha, y, más adelante, para despistar a aquellos que le seguían, escaló rápidamente a un tejado, sin siquiera darse cuenta de que había una persona que le había visto. Esa persona dejó de continuar su camino cuando escuchó aquel grito y comenzó a ver como la gente encendía las luces, sin saber qué estaba pasando. De hecho, cuando pudo darse cuenta, había un chico huyendo por los tejados mientras una muchedumbre corría en su dirección gritando que se quedara ahí. De un momento para otro, comenzó a darse cuenta de que iba entero vestido de negro, y que tenía una máscara, llegando a poder confundir a él como el ladrón.

      Comenzó a correr, no le quedaba otra. Él no era tan rápido y ágil como aquel chico de ojos morados a quien alcanzó a ver, de hecho era más bien todo lo contrario, era bastante torpe y se perdía en el pueblo bastante fácil. Este únicamente pasaba por allí de noche cuando tenía que realizar una misión y únicamente sería de paso. 

      Su corazón se agitaba con gran rapidez, su respiración era irregular y entrecortada, respiraba por la boca como podía, intentando huir de la gente y perderles de vista, pero él no era tan rápido como para eso, y no podía irse hasta que ellos no le siguieran, sino sabrían quién es, o revelaría algún que otro secreto mayor.

      Repentinamente, mientras corría a pesar de no poder más, una persona tiró de él desde el traje que tenía con gran fuerza. En seguida se asustó e hizo contacto visual con quien le había tirado. Era aquel chico de ojos morados, el cual tenía colocado su dedo índice en sus labios, rogando silencio con impasividad, tanto, que hasta a el chico despistado le intimidó y le creó una gran inseguridad dentro, aunque aún así, continuó mirando fijamente a ese joven agarrando la mano que sujetaba su traje con gran fuerza, había una gran tensión en el ambiente debido al estrés que este tenía en su interior.

      Los aldeanos acabaron pasando de largo por un camino contrario al que estaban, confundidos por no entender cómo lo habían perdido. En ese momento, aquel hombre de ojos morado soltó al patoso joven que seguía con una gran tensión, intentando calmarse como fuera. Este se subió a un contenedor de basura y posteriormente al tejado. Y sin saber qué hacer, el joven intentó seguirlo, a lo que el saqueador rechazó con una mirada bastante agresiva. Este le había salvado únicamente porque el chaval le daba pena y, a pesar de que normalmente no le importaba mucho la gente, sentía que este necesitaba salir de ahí. Además, este sujeto no tenía culpa de que hubiera estado robando y encima, ser culpado de una acción que no había realizado, el saqueador, en cierto modo, solía ser bastante justo.

      Como avistó que este joven no le iba a dejar de seguir hasta que alcanzaran una tierra segura, avanzó velozmente hacia una explanada fuera de peligro, lejos del pueblo, y de su respectiva casa también.

      Una vez allí, este se reincorporó, levantando todo su cuerpo para estar de pie, comenzando a mirar distraído el cielo junto con todas sus estrellas y la luna

      Un poco más tarde, el enmascarado consiguió llegar exhausto, era la primera vez que corría tanto en muchos años. Se tiró al césped boca abajo tan solo para descansar. Y después de unos pequeños segundos de tranquilidad, aunque suficientes para recuperar un poco el aliento, miró hacia arriba para contemplar la figura de ese ladrón de espaldas y, volvió a sentir su corazón acelerarse de nuevo, podía ver su pelo al movimiento del aire, y como su silueta tapaba la iluminación de la gran luna, que poco a poco iba dejando de brillar. Se quedó imnotizado.

      - Gracias...- suspiró exhausto, todavía no había recuperado del todo el aliento, y a pesar de la tranquilidad del ambiente, su corazón seguía bombeando bastante rápido, haciendo que se sintiera un poco confundido y, diferente.

      El hombre no respondió, tan solo siguió ahí, de pie, sin moverse lo más mínimo.

      - Quién er-. El desconocido giró la cara, volvió a poner su dedo indice en sus labios, la luz de la luna le permitió admirar las facciones de su rostro de perfil, aunque, el enmascarado únicamente se fijó en sus ojos, los cuales le transmitieron una gran profundidad, pero tan solo por otros pequeños segundos más. Cuando quiso despertar y hacer más preguntas, el joven se volvió a curvar para comenzar a correr con las piernas y las manos. Era una manera bastante extraña, pero aún así le daba una gran velocidad, la cual le convirtió casi imperceptible para el chico que se encontró tumbado, a punto de echar a correr para perseguirle.

      Este al final solo se quedó de pie, y el campo comenzó a tener más luz, se giró para ver de dónde provenía, estaba amaneciendo.

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Buenaaas, mi primera historia Rubegetta. Todo esto nació porque no había una historia de estas (que yo sepa) y como me gustaba pensar en lobo nocturno y el hermano oscuro... una personita me animó a hacer mi propia historia, que vergü, espero que os guste, y si tenéis alguna crítica (siempre q sea constructiva) estaré encantada de escucharla, (si es lenta, rápida...) DECIDMELO.


También, dejo por aquí mi playlist para inspirarme a escribir y a realizar historias. Algunas más alegres y otras más tristes, pero la mayoría sin duda me han ayudado a completar esta historia.


https://open.spotify.com/playlist/4OxywYwA3UQhghMbBvKdJ9?si=T6sN_q03SQKWWJrOaQFTUg












El desconocido de aquella máscara. -RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora