3-Una noche larga

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Amy volvió a releer aquella carta que nerviosas sostenían sus manos. ¿ Sería una broma de mal gusto? No podía creerselo. 


-Yo no.... no se que decir, David. ¿ Estás seguro que esta carta es para mi? No se tratará de una tremenda confusión...


- No se tu, pero yo no conozco mas " Amy Hudson ", y te puedo asegurar que otra cosa no pero si se trata de conocer a chicas... raro es que no lo tenga controlado.


-Oh si, tu y tus romances empedernidos. ¿Cuando aprenderás que las tias somos más que dos tetas y un culo? Aunque a tu edad ya no tienes posibilidad de arreglo, me imagino .- le contestó con una risa maligna entre los labios.


- Mi edad es una mas de mis armas para conquistar verdaderas bellezas, y no, no creo que valla a cambiar precisamente  ahora, que la cosa se pone interesante. - Le soltó; tal vez las copas de vino le estaban haciendo efecto. Debia de ser eso... ¿no?.


- Interesante va a ser la cara que ponga mi padre al ver esta carta, espero que tus "encantos" sirvan también con el.- le espetó,  no podía creerse que David intentara hacerse el interesante con ella, no de esa forma.


- Se lo que hago, e incluso tu padre sabe que soy un hombre de palabra. Solo te he ayudado esta vez porque en la comisaría te van a pagar un buen sueldo, y sé que aunque al principio no le guste la idea verá como su hijita se convierte en toda una mujer responsable, que se querrá hacer independiente y un día los dejará para irse a vivir ella sola... y ese día me lo agradecerán. 


- Me sorprende lo gracioso que eres a veces. De verdad, para tus 30 conservas tu inmadurez como un niño de 6 años- Por supuesto, Amy no iba a callarse solo porque el estuviera teniendo ese aspecto tan sensual. ...aquella noche.


-Siempre es un placer meterse contigo, Amy¿Otra copa? Invitan tus padres, asi que...-dijo mientras esbozaba una sonrisilla en su cara que Ami no lograba entender. Aquella noche iba a ser larga. Muuy larga.


-Porqué no. La bronca ya la tango asegurada, asi que...


-También es verdad, ya puestos a enfadar a tus padres, nos esforzaremos al máximo. - contestó con una expresión divertida.


-Se supone que eres tu debes de dar ejemplo, David...-Pero antes de que acabara, el chico rubio la cogio de la cintura y comenzó a acercarla a él lentamente. Su camisa se le ajustaba a sus músculos a la perfección,  y el cuello desabrochado le daba ese toque informal que a Amy tanto le gustaba. Pequeños detalles de los que no te percatas hasta que los tienes a una cuarta de distancia, pensó. 


-No hace falta que me cojas tan fuerte, no me voy a perder entre la multitud. 


-Shh, mira que canción estan tocando.


"Wake Me Up When September Ends". De Green Day. A Amy le encantaba esa canción, siempre fue de sus preferidas. Solo alguien como  David podía conocerla tan bien como para saberlo.


-Se me debe de haber colado en la lista de reproducción, sin querer, claro.


-¿Le concedes este baile al chico mas insoportable y a la vez mas encantador de la noche?- preguntó, con esa sonrisa pícara otra vez en los labios.


-¿Encantador? Dejemoslo en "insoportable ", y está hecho.- dijo Amy mientras le guiaba un ojo. ¿Era aquello real, de verdad? Su modelito de chica madura debía estar cumpliendo su trabajo a la perfección; tendría que ponerlo mas a menudo. Estaba siendo una noche perfecta, después de todo, nunca se había imaginado que iba a estar bailando su canción preferida con su chico preferido. Al menos, para ella era asi, de siempre. Aunque David le llevara 8 años, siempre habia sabido como sacarle una sonrisa y como rescatarla de situaciones embarazosas  con sus padres o cualquier momento que le resultara incomodo para ella, como esa misma noche había vuelto a hacer. Sin duda, era una de las personas que no podían faltar en su vida. Aunque el solo la viera como la niñita rebelde que un día le había escondido las llaves del coche o la pequeñaja que su hermano le enjaretaba cada vez que quería salir de fiesta con sus amigos. Después de todo, esa velada no parecía que el la estuviera mirando de la misma forma, tal vez se empezaba a dar cuenta de que ya no era la misma inocente  de antes... si no una mujer responsable e independiente que sabía lo que hacía. 

La nueva en la comisaríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora