⇝cinco.

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Julieta.

-No quiero que me vuelvas loco como lo haces, Julieta.- mi corazón empezó a latir fuerte.

-¿Qué?- miró para el costado.

-Nada.- suspiró, se notaba que el ambiente se había cortado y que quizás nunca volvería.

-Tengo que irme...- dije, tensa. -Espero que estos cambios que tenés no los tengas con tu hija, ella te necesita.

-No, no puedo involucrarme mucho.- salió de arriba mio y se sentó bien.

-Es tu hija, Tomás.-

-No quiero saber mucho de ella...

-No podes ser tan forro.

-¿Vos me vas a decir como ser?- preguntó y soltó una risa irónica.
-Vos, justo. Encargate de cuidarla nada más, que para eso te pago.

Se quedó en silencio y supe que ya si Tomás era bueno por un rato; se había terminado. Entré a mi habitación y cerré la puerta. Era tarde para irme sola ya.

¤•¤•¤

-Juju.- decía Alexia y abrí los ojos confundida, al ver que desperté, sonrió.

-Hola amor.- bostecé. -¿Cómo estás? ¿Y tu papá?- se encogió de hombros y la agarré en brazos.

Caminé por la casa buscándolo hasta que lo encontré, con unas ojeras increíbles y cara de pocos amigos.
-Buen día.- hablé cortante, él no contestó.

-¿Pensaste ya el lugar donde vamos a hacer el cumpleaños?- preguntó.

-Todavía no.- contesté pensante.
-Pero, hay un lugar acá cerca que es lindo, podemos ir a averiguar.

-Sí, vamos a ir hoy.- asentí.

¤•¤•¤

-¿Te gusta este lugar, Alexia?- le preguntó Tomás a su hija, la cual tenía en brazos, ella le plantó un beso en la mejilla. -Lo voy a tomar como un sí.

Inconscientemente sonreí.

-Bueno, chicos. Parece que a su hija le gusta así que ¿Qué dicen? ¿Se los reservo?

"Su hija" ¿Parecíamos una pareja? Eso era absurdo, Tomás era más frío que un iceberg y de pedo me cruzaba la palabra.

-Sí, nos gusta.

Después de que Tomás haga la reserva, nos fuimos a la plaza de ahí cerca. Alexia se había quedado dormida, así que nos quedamos solos. En silencio.

-¿Estás bien?- rompió el hielo y lo miré.

-¿Porqué no lo estaría?

-No sé, pensé que sentiste mal por lo de anoche...-

Suspiré. -No puedo obligarte a que la quieras... Pero ella va a crecer, va a dejar de ser una bebé y ella te necesita.

-Perdón...- soltó un sollozo y supe que estaba llorando. -No puedo, me asusta... Me trae recuerdos, odio esto, odio todo.

Lo agarré de la cara e hice que me mirara. -Hey, nadie te enseña a ser papá. Ni a mi me enseñaron a ser niñera ¿Sabes? Todo se aprende, todo.- sequé las lágrimas que caían por sus mejillas y suspiró.

Mi corazón dolía mucho, él estaba roto, no sabía el porqué pero lo estaba.

-¿Vos me vas a ayudar a sanarme?

-Tomi...

-Fue una estupidez, deja.- miró al costado, pasando su mano por su cara.

-No...

-Vamos a casa.- no me dejó continuar.

¤•¤•¤

-Alexia, dale, dejame el pelo.- le dijo Tomás a su hija mientras soltaba gruñidos de dolor.

Al parecer a la bebé le agradaba su pelo y eso hacía que quisiera casi arrancárselo.

Me reí. -Deja a tu papá, Alexia.-

Solté su agarre del pelo de Tomás con suavidad y ella soltó una risa. Besé repetidas veces sus mejillas.
Parecíamos una familia. Una felíz familia, pero no lo éramos. Solo en esos segundos me gustaba pensar que sí. Que éramos felices, que él lo era. Quería hacerlo felíz, que sonría, que se sienta contento y no tenga ese vacío de existir, pero antes debía saber que era lo que lo atormentaba, que era lo que lo había roto, lo que lo dañaba. Y aunque tenía que esperar a que él me lo quiera decir, sentía una intriga que me consumía toda la cabeza.

Perla | cazzu y c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora