Julieta.
-Deja esas cosas por ahí, después las acomodo.
Le ordené a Tomás, quien hizo lo que le dije y otra vez fue a llenar de besos a su hija quien hoy cumplía tres años.
-¡Mamá!- gritó esta y corrió a mis brazos con alegría. -Te amo.
Sonreí con felicidad. -Yo te amo también, mi amor.- la abracé fuerte, y en ese abrazo, se nos unió Tomás.
Decidimos dejar las diferencias de lado, al menos hoy. En sí no podríamos ignorarnos, ambos éramos parte de todo el festejo. Una hora después, la gente empezó a llegar. Todos los amigos de Tomás estaban abrazando a Alexia, mientras le daban sus regalos.
-Hola Julieta.- me saludó Mauro y me dió un beso en la mejilla.
-Hola Mau ¿Todo bien?- él asintió y fue a hablar con el peliverde.
Yo no conocía a nadie. Solo a su mamá, que tampoco digamos que me habló tanto en el cumpleaños, así que me quedé sentada observando a Alexia jugar y reír.
-¿Cómo la estás pasando?- preguntó Tomás sentándose al lado mío.
-Bien, me encanta ver a Alexia tan contenta.- confesé mirándolo, él asintió con una sonrisa.
La incomodidad del silencio iba apareciendo, así que me excusé diciendo que iría a buscar gaseosa, tendría que alejarme de él si eso es lo que quería.
¤•¤•¤
-Acostala en su cama.- me susurró Tomi y eso hice. La acosté y la tapé. Tres horas de festejo sin parar la habían dejado agotada. -¿Querés una cerveza?
Asentí y salimos de la habitación, buscó una botella chica y me la dió ya destapada. -Gracias.
Él lo hizo lo mismo y nos sentamos, una vez más, en el balcón. -Gracias por querer tanto a Alexia, ninguna de las niñeras se había involucrado como vos.
-¿Cómo no involucrarme? Si es un amor.
-Ella cree que sos su mamá.- comentó con una sonrisa. -Y nunca me había pasado, en realidad.
-Siempre hay una primera vez para todo.- asintió de acuerdo, terminamos nuestras cervezas y cada uno se fue por su parte.
¤•¤•¤
Abrí mis ojos desorientada, sentía mi cuerpo exhausto, pero de todas formas me levanté de la cama y me vestí. Caminé hasta el cuarto de Alexia quien estaba restregando sus ojos porque claramente, recién se despertaba. -Buen día...- dije con ternura, su carita se iluminó al instante pidió que la alzara.
-¡Mamá!- exclamó cuando la agarré y me abrazó. -¿Papá?-
-Durmiendo todavía, creo.
Salimos de la habitación, aunque mi idea fue errónea porque él ya estaba ahí, desayunando. A la tarde me retiré por unas horas para ir al shopping con mi amiga Tamara.
-¿Pero no hay onda, nada?- preguntó mientras tomaba un sorbo de Coca Cola.
-No. Y no creo que la haya.- respondí segura. -A él le encantan otro tipo de mujeres, no como yo.
Nos vimos interrumpidas porque casualmente el nombrado estaba en el shopping acompañado de Alexia, supuestamente él solo querían salir a "dispersarse" justamente en el mismo lugar que estaba yo, aunque no me molestaba. -Julieta...- llamó mi atención Tomi.
-¿Qué pasó?
-Quería decirte si...- suspiró. -Si venís a vivir con nosotros...