Mental Asylum [Adaptación Jenlisa]

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A la mañana siguiente, cuando llegaba al trabajo, vi autos de la policía y una cinta amarilla alrededor del área. Furgonetas de medios y reporteros de televisión llenaron la premisa.

"¿Qué demonios pasó aquí?"

El sol irradiaba con demasiada dureza.

Busqué mis gafas de sol y me las puse, de esa manera nadie descubriría a quién estaba mirando. Levanté la vista hacia la ventana del problema, Lalisa estaba mirándome fijamente, sonriendo, mientras me saludaba con la mano. No me molesté en devolverle el saludo, al parecer estaba de vuelta en su antigua habitación.

Me acerque lentamente hacia la entrada. Roseanne parecía estar estresada y hablando con un policía que estaba escribiendo algo en una libreta, mientras su compañero tomaba un café con leche.

Entré en el edificio del hospital para encontrar a todas las enfermeras siendo interrogadas. Un grupo de personas ya habían abarrotado el ascensor, así que decidí tomar las escaleras.

Subí, dos a la vez cuando Matthew casi se estrella contra mí en el tercer nivel. Agarró mis dos hombros como si me impidiera caminar más.

Su rostro se veía como si hubiera visto un fantasma.

— Creo que es mejor que des la vuelta y salgas.

— ¿Qué pasó? — pregunté.

Matthew me soltó mientras caminaba más lejos. Había fotógrafos, sus flashes parpadeaban con intensidad.

Vi a Jisoo hablando con los oficiales. Su frente se arrugó en una línea de preocupación. Me sentí mal por ella, parecía que apenas podía descansar y esa era una de las razones por las que nunca salía normalmente como otras personas.

Justo en ese momento sus ojos se estrecharon sobre mí y una línea de alivio cruzó su rostro. Caminé más hacia ellos y puse mi mano en el hombro de Jisoo — ¿Qué está pasando?

Ella no respondió, solo siguió mirando fijamente a las personas que nos rodeaban. Era raro de Jisoo estar tan molesta.

— ¿Esa habitación? ¿Qué hay ahí? ¿Por qué está la policía aquí? — le pregunté.

— Jennie, no lo hagas — me llamó pero ya era demasiado tarde.

Me aparté, caminando hacia la habitación y supe que la escena que tenía ante mis ojos me perseguiría desde este día en adelante.

Era un cuerpo guindando en el techo por una cuerda. Las manos del cuerpo permanecían a los lados, colgando en el aire. Los ojos se sacaron por completo, haciéndole dos agujeros negros. Incluso sin los ojos, todavía podía reconocer esa cara.

Suho.

No había sangre en el suelo ni en la alfombra. Ni una gota, y eso es lo que hizo difícil para los forenses recopilar pruebas.

Recordé a Junmyeon, con el ceño fruncido como siempre andaba por ahí. Y ahora se ha ido.

La habitación comenzó a girar ante mis ojos. El equipo forense estaba haciendo su trabajo, tomando muestras, escribiendo notas y charlando casualmente como si no estuvieran de pie junto a una escena horrible.

Supongo que esto era como cualquier otro trabajo normal para ellos.

Mis ojos luego aterrizaron en la pared detrás de él que estaba manchada de sangre. Cuando miré detenidamente, me di cuenta de que no era solo sangre pringada al azar.

Había letras que decían algo.

— Señorita, hágase a un lado. Esta es una escena del crimen.

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— Aquí está tu café — Jisoo me dio una taza humeante con una dona de chocolate.

No me molesté en decirle que había perdido el apetito después de lo que había visto en la habitación antes. Jisoo podía ver una escena peor que la anterior y estar comiendo en pollo en menos de diez minutos.

Así es como trabajaban la mayoría de los médicos.

— ¿Cómo sucedió esto? — le pregunté mientras tomaba un sorbo del café — Vi a Suho justo ayer en la sala de recreación con Lay.

Las expresiones de Jisoo eran sombrías una vez más, sus ojos se veían cansados ​​y tenía bolsas livianas debajo de ellos. Nos sentamos justo afuera de la cafetería del hospital en sillas de plástico lejos de la sala mental.

— La enfermera Tiffany fue a servir el desayuno a Suho esta mañana y se dio cuenta de que la puerta estaba abierta como si alguien hubiera entrado en su habitación — la voz baja de Jisoo me sacó de mis pensamientos — Cerramos las puertas de cada paciente todas las noches y la enfermera en jefe las revisa, siempre. Así que no estoy segura de cómo pudo haber ocurrido esto.

— ¿Cómo podría alguien hacer algo así? — las imágenes del cuerpo colgante de Suho pasaron por mi mente.

— A menos que sea alguien del hospital. Ella está jugando con nosotros — Jisoo dijo, su voz bajó en un susurro.

— ¿Ella? — pregunté — Lo dices como si supieras quién lo hizo.

— ¿No es obvio? Es Lalisa — susurró — Está escrito en toda la escena del crimen.

— ¿Qué? — le susurré de vuelta — ¿Cómo puedes estar tan segura? Por lo que sé, Lalisa estaba en su habitación.

— Es el mismo patrón en cada escena del crimen. Un cuerpo colgado del techo, ojos arrancados y un mensaje garabateado en la pared, casi desafiando a los oficiales y detectives a tratar de encontrarla. Ese es su estilo.

— Pero, ¿por qué Lalisa...?

— Lalisa se ha ganado una docena de enemigos aquí, y resulta que Suho es el primero en su lista. Ella no se enoja fácilmente, pero si alguien busca su lado malo, lo encuentra...

— No creo que Lalisa pueda llegar a tal punto.

— ¿Estás tratando de defenderla, Jennie? — dio un gran bocado a la dona, mirándome acusadoramente.

— No la estoy defendiendo — expliqué — Simplemente creo que no deberíamos acusarla de algo sin tener una prueba válida.

— Fue mi maldito error dejar que el estado la tuviera en este hospital. Podríamos haberla deportado a una isla remota — comenzó a ver su iPhone — Entonces, una vez más, no hay garantía de que ella no se saldrá de eso también. Es como ese niño problemático que nadie quiere tener.

— Todavía creo que estamos llegando a conclusiones apresuradas.

Antes de que Jisoo pudiera decir algo más, una señora con un elegante traje se nos acercó. Era una dama de mediana edad, probablemente de unos cuarenta años. Su cabello oscuro estaba atado en un moño y tenía una apariencia poderosa a su alrededor, del tipo que decía 'no te metas conmigo'

— Dra. Jisoo Kim, ¿correcto? — levantó la mano hacia ella en un apretón de manos que Jisoo correspondió.

— Esa soy yo, y esta es Jennie Kim. Ella es una de nuestras mejores enfermeras — dijo Jisoo con orgullo.

Siempre me hacía feliz cuando ella me presentaba como una de sus mejores empleadas.

La mujer me estrechó la mano — Soy la detective Lee Chaerin. Pueden llamarme Chaerin — ella nos pasó una sonrisa, una que era cálida y profesional — Enfermera Jennie, escuché que fue sido asignada a Lalisa Manoban desde hace unas semanas, ¿verdad?

— Sí, eso es correcto. He sido su enfermera asignada por un tiempo.

La detective y Jisoo intercambiaron miradas y no estaba segura de qué se trataba.

— Me gustaría preguntarte algunas cosas si está bien.

— Claro, detective.

La detective Chaerin se alejó trotando, sus tacones altos chasqueaban mientras caminaba.

Jisoo puso una mano en mis hombros — Diles la verdad, Jennie. No escondas un solo detalle. Si recuerdas algo, solo habla con ellos.

Sonreí y seguí a regañadientes el camino que la detective había dejado por el pasillo. Quería que Jisoo viniera con nosotras, pero un empleado comenzó a hablar con ella, y los vi correr apresuradamente hacia el lado opuesto.

No podía molestar a Jisoo otra vez, tenía que manejar esto por mi cuenta