ALGUNA VEZ, EN ALGÚN LUGAR DE ESTE MUNDO ALGUIEN DIJO QUE A VECES LOS ERRORES PUEDEN SER HERMOSOS, Y HE DE DECIRLES QUE MI MEJOR ERROR ME LLEVO A TI.
Lee Felix un chico pelirrojo de 16 años.
Tierno, decidido y muy apuesto, estando borracho envía po...
El chico de lindas pecas descansaba boca abajo sobre la suavidad de su cama, eran las 8 PM y no encontraba algo que hacer, había hecho sus tareas al llegar de la escuela, ordenado su habitación y alimentado a su gatito, ya había tomado la cena junto a su madre así que no tenía nada más que hacer, estiro su mano débilmente para alcanzar su celular y verificar si tenía respuesta de su novio llevándose la decepción de que no había sido ni leído, hizo un puchero y volvió a su antigua posición, apenas habían podido pasar tiempo juntos hoy y sus amigos habían pasado molestos todo el día. Un grito se escuchó desde la casa del vecino sacándolo de sus pensamientos, seguido de una puerta siendo fuertemente cerrada, su mirada se dirigió hacia la ventana de Changbin encontrándolo sentado en la cama con la cabeza entre sus manos y el leve temblor que emitía su cuerpo ¿acaso estaba llorando? Felix se puso de pie, de alguna manera le preocupo ver al chico en ese estado, de un momento a otro el castaño se puso de pie caminando hacia el armario y sacando una sudadera para colocársela de inmediato, se vio al espejo pasando sus manos por los ojos y camino hacia la ventana.
Felix se tensó de inmediato ante la posibilidad de que el chico lo viera y fuera descubierto husmeando en su vida pero no, simplemente salió de su casa bajando por la pared de manera muy ágil, el pecoso pestañeo varias veces para estar seguro que no había visto a su vecino huir en medio de la noche de su casa, pero bueno la imagen de Changbin corriendo a la distancia solo confirmaba que todo era real. Okay ahora había pasado de no tener nada que hacer a preocuparse por la actitud de su vecino y esperar frente a la ventana su regreso ¿Razón? No tenía ni la más mínima idea pero sentía que Changbin no estaba pasando por un buen momento y en el fondo quería ser de ayuda pero ¿Cómo? No eran siquiera amigos, apenas habían hablado unas cuantas veces, tal vez debería acercarse más de todas maneras eran vecinos e iban a la misma escuela.
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La azotea de la escuela era realmente pacifica por las mañanas cuando los estudiantes se reunían a las afueras del edificio para entrar en grupos empujándose unos a otros y riendo efusivamente, todo eso que Changbin quería experimentar por una vez; aunque no se equivoquen, él amaba su rutina, amaba llegar antes que todos con un Americano en mano y su sudadera brindándole calor, amaba subir a la azotea y apoyarse sobre las barandillas mirando la vista y los estudiantes arribar a la escuela, amaba estar en tranquilidad y paz con el frio aire de las mañanas inundando sus pulmones pero también quería saber cómo se siente esa felicidad que todos demostraban cada mañana, porque no era el hecho de estar en la escuela ¿Qué adolescente ama ir a la escuela? Ninguno, así que debía ser algo más, algo que él nunca había sentido ni con Minho o Hyunjin. Dio un largo sorbo a su americano mientras cambiada la atención de estudiante a estudiante quedándose estancada en Felix y su Novio, sus manos estaban entrelazadas mientras Felix le mostraba una enorme sonrisa y se apegaba como un tierno Koala a su brazo y Chenle el simplemente sonreía a los demás estudiantes y mantenía el agarre "Si fuera yo, te cargaría hasta el aula Lee Felix".
La aburrida rutina había por fin terminado, ser uno de los mejores no significaba que le gustará la escuela más bien le aburrían algunas clases, mejor dicho algunos maestros. Su casa estaba cerca solo un par de cuadras más y podría tirarse en el cómodo sofá, mientras su madre no llegará tendría un poco de tranquilidad. Continuo pateando una lata que se encontró hace unos minutos, le dio un fuerte golpe siguiendo con la mirada la trayectoria del objeto el cual aterrizo justo frente a unas zapatillas converse color rojo.
Sus ojos se clavaron en el chico de lindas pecas que le sonreía de lado con uno de sus pies sobre la lata que había venido pateando cuadras atrás, no era la misma sonrisa que ponía cuando estaba con Chenle pero al menos la que tenía enfrente si era dedicada a él y eso le hacía sumamente feliz aunque no lo notará.
- Solía hacer esto antes, cuando me sentía triste ¿Te sientes triste Changbinnie? – El apodo dado por el pelirrojo hizo estremecer el cuerpo de Changbin, nunca nadie le había llamado así.
- ¿Changbinnie? – Cuestiono con el entrecejo fruncido ante el repentino sobrenombre.
- Te queda – Dijo tomando la lata – Tienes cara de Changbinnie, puedo ver tu lado tierno.
Changbin rodo los ojos ¿Quién se creía que era para venir y alborotarle todo los sentimientos?, le quito la lata de las manos rodeándole para seguir con su camino.
- No contestaste Binnie ¿Te sientes triste? – Felix le seguía dando pasitos animados y energéticos, casi como cuando estaba con Chenle.
- No Felix, no me siento...eso – Su voz salió un poco apagada logrando preocupar al pecoso.
- ¡¡¡Mientes!!! – Grito el menor sacándole un susto a Changbin – Tengo una idea. – Dijo luego de unos segundo pensando.
Changbin lo miro extrañado, de un momento a otro los ojos del pelirrojo se iluminaron y tomo el brazo de Changbin jalándolo hacia su casa.
- ¿Q-que haces? – Cuestiono sintiendo como los nervios lo invadían.
- Te quitaré la tristeza, ¿y que puede ser más efectivo que una tarde de videojuegos? – El entusiasmo en la voz de Felix era tan evidente que Changbin no puedo evitar sonreír.
Sin notarlo ya se encontraba dentro de la casa de su vecino sentado en la cama del pecoso con sus manos temblorosas y sin saber que hacer más que observar como Felix conectaba la consola y elegía alguno de sus videojuegos, incluso su mochila seguía en sus hombros y vestía el uniforme escolar, no había tenido tiempo de siquiera poner un pie en su hogar.
- Felix esto realmente es un buen gesto, pero– Comenzó analizando la situación – Ni siquiera me he cambiado de ropa.
Felix le dio un rápido vistazo pues su concentración seguía en encontrar un videojuego que fuera entretenido.
- Bien, puedes ir a tu casa a cambiarte y dejar tu mochila – Lee le dio una dulce sonrisa – Pero debes regresar o el que estará triste seré yo.
Changbin le miro unos segundos, dudaba que se pusiera triste si no aparecía de nuevo y a parte no entendía por qué la actitud del chico cuando en la escuela siempre se notó distante con él, acaso un demonio había tomado su cuerpo sin que se diera cuenta y había forjado una bella amistad con el pelirrojo y apenas se enteraba, bueno eso era muy improbable pero no encontraba explicación lógica ante el comportamiento de su lindo y dulce vecino, ¿acaso era un sueño?, sacudió su cabeza y se puso de pie para dirigirse a su casa, sea lo que sea que le hubiese picado a Felix no iba a ser grosero con él y aceptaría esa tarde de vídeo juegos.
Casi era como si el pelirrojo hubiera leído su mente, enterándose de que su ánimo estaba por los suelos luego de las constantes peleas con su madre y la peor de todas la de la noche anterior donde se vio obligado a huir de casa y dormir en un tonto hotel de la ciudad.
Este es un capítulo corto, pero pueda que actualice más noche o mañana. estoy tratando de actualizar un día sí y un día No, pero ya veré si traigo un nuevo capítulo centrado en Changbin este mismo día.
