Cada vez que haya una amenaza, una nuevo generación de Power Rangers surgirán para detenerla.
Acompaña a Hyoudou Issei en su travesía para superar el legado que sus antecesores le dejaron, y poder convertirse así en el nuevo ranger legendario.
Al abrir los ojos, el castaño se dio cuenta ya no estaba acostado en su reconfortante cama, si no que ahora se hallaba en lo que parecía ser las ruinas de una civilización antigua.
¿Donde estoy?.-se pregunto muy confundido el actual sekiryuutei mientras se levantaba.
Comenzó a observar el paisaje a su alrededor, con el fin de encontrar una pista que lo ayudará a determinar mejor su ubicación actual.
A simple vista, nada de esto le resultaba familiar, pero por alguna extraña razón, el entorno lo hacía sentir muy nostálgico.
Confundido, y en busca de algunas respuestas, trató de comunicarse con su compañero Ddraig, pero por desgracia no logró establecer comunicación alguna con el.
Cuando se disponía a realizar un segundo intento, apareció de la nada frente a él un enorme tigre blanco.
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Ambos se miraron fijamente por un tiempo, hasta que una voz dominante resonó por todo el lugar.
Aún no es tiempo de que estésaquí.-dijo la imponente voz- Por favor, deshaztemomentáneamente de nuestroinvitado, guardián de la White Light.
En respuesta a esa orden, el tigre blanco se abalanzó sobre Issei.
El castaño se levanto de golpe, asustado, realmente pensó que moriría. A decir verdad, nunca espero volver a tener un sueño tan real después de su primer encuentro con Ddraig,pero se había equivocó. Después de unos segundos se logró tranquilizar, estaba planeando volver a dormir cuando alguien le habló a su costado.
¿Que sucede Issei?.-pregunto una recién despertada Rias.
Issei: No es nada, buchou. Solo tuve una pesadilla.
Rias: Oh, pobrecito Issei. Seguro debió ser muy aterrador. Pero no te preocupes, ahora estoy yo aquí para confortarte.
Luego la heredera Gremory atrajo a Issei hacia ella, y enterró el rostro del castaños en sus voluminosos pechos.
Esta acción hizo que el actual sekiryuutei formara una sonrisa boba en su cara. Quizás había dejado de realizar actos pervertidos en público, pero eso no implicaba que haya dejado por completo a un lado su lasciva naturales. Esta "resurgia", por así decirlo, en ciertas ocasiones, y el estar frente las oppais de su ama era una de esas; o como a él le gustaba llamarlas, "las gemelas".
Por desgracia para él, ese momento de extrema satisfacción no duraría mucho, ya qué tuvo que volver a la realidad cuando sintió como otra persona le estaba tocando el hombro izquierdo.
¿Ya es hora de levantarse Ise-san.?-pregunto una somnolienta Asia.
Issei: todavía no, Asia. Puedes dormir un poco más.-respondió mientras le acariciaba la cabeza.
