Me encontraba corriendo Con desesperación cuando ocurrió, estaba lleno de miedo, ¿como podía estar esto pasando? No te vayas por favor... déjame arreglarlo, yo puedo hacerlo, sí? No me odies
En mi pecho sentía una hendidura y el escalofrío de mi sangre que brotaba de mí, mis piernas ya casi no podían moverse, solo se que debía ser más rápido para llegar, mis labios temblaban y mis ojos cristalizados, las gotas en mi cara no eran lágrimas, sino aquellas de la suave lluvia que caía ese día
- But hold her down... with soggy clothes and... breezeblocks...
La voz se me iba y el sol comenzaba a dañar mis ojos, esa luz radiante que me atormentaba, ¿pero... sol en medio del cielo nublado? El sonido de una bocina me hizo girar mi cabeza donde las luces del auto eran el sol, se podía llegar a escuchar la risa de la muerte en ese momento.
Aquella risa que me envolvió en negrura, donde solo sentí como el objeto con su golpe me empujaba con fuerza, el tiempo pasaba en cámara lenta, vidrios rotos volaban igual que mi cuerpo, el tiempo se detuvo, mi respiración se detuvo y la melodía se detuvo, pero mi vida terminaba.
Abrí mis ojos estirando mi brazo con fuerza esperando frenar el objeto imaginario de mi sueño, di un grito con el corazón a mil, mi respiración agitada y sudor en mi frente, Lo único que tenía en frente eran las paredes blancas de mi habitación, donde se podía ver la marca de la repisa ya retirada dejando el cuarto más vacío de lo que ya estaba, vacío igual que aquel que sentía cada mañana, aquel cráter que sentía me habían quitado.
Mi mano estirada mostraba estar dañada con varios rasguños y un parche, flexioné lentamente mis dedos liberando la tensión que traía, giré lado a lado mi cabeza, luego en circulos sonando el crujir de mi huesos y un mayor alivio, el cuerpo estaba algo adolorido, como si hubiera hecho una rutina de ejercicios después de haber estado en reposo total todo un mes, tomé mis tapas y las aparté dándome paso a sentarme a la orilla de mi cama.
Tenía un gran cansancio mental, quizás si me arroyó una camioneta, me refregué los ojos, cubrí mi cara con mis manos, mi respiración se iba calmando, el pecho ya no dolía tanto, pero mi mandíbula la apretaba con fuerza, estaba furioso... y con muchas confusiones.
Unos sonidos periódicos de pequeños golpes perturbaron mis pensamientos, pequeños golpes contra la ventana, similares al tic tac de un reloj, giré mi cabeza de a poco observando la mascara de gas fuera de mi ventana, alguien tocando mi ventana, quizás queriendo llamar mi atención, su delgadez extrema me daba escalofríos, una bata de hospital color celeste era lo único que llevaba encima, me acerqué de a poco hacia la ventana.
Por cada paso que daba más detalles iba notando, su cabello revuelto y descuidado iba en todas direcciones, el moño a punto de desarmarse no ayudaba en lo absoluto, en sus manos faltaban uñas, y aquellos dedos que si tenían parecía como si con un martillo le hubieran golpeado; por la mascara su rostro no se veía pero podría jurar que su mirada era fija, no me miraba ni a mi ni a algo, solo a la nada, en su espalda tenía una jeringa clavada, esta aún tenía liquido y parecía estar muy clavada sino no le encontraría lógica a que no se cayera.
Mi mano la fui acercando de a poco a la ventana, la persona detrás de ella dejó de dar golpecitos a la ventana y se quedó inmóvil, antes de tocar la ventana mi mano la cerré sacándole el dedo de en medio, no pensaba simpatizar en estos momentos. Me di la vuelta y fui al baño a alistarme, apenas cerré la puerta le presioné el seguro, a estos se les ocurre aparecer por cualquier lado, aunque nunca han llegado a entrar a mi casa. Tampoco planeo confiarme, no es como si cuando una sombra me esté persiguiendo, voy a llegar corriendo a mi casa esperando que esta me salve sabiendo que logró destruir una pared de concreto.

ESTÁS LEYENDO
El Mal De Ojo
SpiritualUn mundo donde los miedos toman forma de sombras, los ojos la culpa, criaturas que dan a tus mentiras, te siguen, te acechan y desean atraparte. Nuestro protagonista observa, no es como si fueran cosas de otro mundo, con ayuda de su compañero, busc...