SEIS

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Capítulo 6: Un Día Increíble.

—Joel— sintió como alguien sacudía su cuerpo y a lo lejos podía oír su nombre ser llamado —Joey, arriba— con poco fuerza, obligó a sus ojos abrirse y adaptarse a la luz del día con fuerza —Buenos días dormilón.

Al abrir bien los ojos, Joel se encontró con el cuerpo de su madre sentado al borde de su cama —Ma— le dijo —¿que pasó?

—Dijiste que ibas a acompañar a Zabdiel al aeropuerto a recoger a tu hermano, ya te está esperando abajo.

Joel subió su cabeza de golpe y miró el reloj que había sobre su mesa de noche que maraca un poco más de medio día —Ay, se me olvidó poner el despertador— se paró rápidamente, apoyándose sobre su mano herida sin darse cuenta y quejándose un poco del dolor que sintió.

—Tranquilo, aún hay tiempo, le voy a ofrecer algo de comer mientras te alistas.

Joel asintió y esperó a que su madre saliera de su habitación para cambiarse de ropa, podría bañarse más tarde, antes de salir a cenar con Zabdiel. Se puso unos pantalones de buzo para estar cómodo, una simple camisa y el abrigo que Zabdiel le había prestado hace unos días. También se puso un gorro para cubrir el desorden que eran sus rulos en ese momento.

Al bajar, Zabdiel estaba en la barra de la cocina mientras su conversaba con su madre. Volteó hacia Joel cuando lo sintió bajando las escaleras y le sonrió —Buenos días Bella durmiente.

Joel lo empujó en el hombro cuando llegó hacia el y rodó los ojos —Cállate.

Patricia se rió mientras veía entre los dos chicos y Zabdiel volvió a hablar —¿como sigue tu brazo?

Joel tomó asiento a su lado y recibió el plato de waffles que le dio su mamá —Mejor, ya no me duele tanto como ayer.

Zabdiel arrugó su nariz al oírlo —Enserio siento lo qué pasó.

Joel tomó el primer mordisco de sus waffles y negó su cabeza, Zabdiel no se cansaría de disculparse nunca —Ya te dije que no fue tu culpa, no tienes porque disculparte.

Zabdiel asintió y le sonrió —Esta bien, no hablo más del tema— aseguró —Mejor come rápido para ir saliendo, escuche en las noticias qué hay tráfico en la entrada a la ciudad— Joel asintió, dándole varios mordiscos a sus waffles a la vez —Tampoco te atragantes.

Patricia le dio a su hijo una mirada seria para que se comportara con modales en la mesa. Este solo le dio una sonrisa inocente y se aseguró de pasar todo lo que tenía en la boca antes de darle otro mordisco a su comida. La mujer negó su cabeza y volteó hacia Zabdiel —Entonces Zabdi, me decías que iban a salir hoy en la noche.

Joel frunció el ceño, al parecer a Zabdiel le gustaba hablar con todo el mundo.

Zabdiel asintió —Frakie's cafe— le dijo —Es un restaurante que queda justo en el pueblo. Tienen música en vivo y sirven comida típica de Tennessee— Zabdiel volteó hacia Joel —Dijiste que querías conocer más de Lebanon así que supuse que sería el mejor lugar para hacerlo.

—Por mi suena bien— Joel volteó hacia su madre —¿mami?

Patricia asintió mientras seguía preparando los desayunos de sus otros dos hijos —Puedes ir— alzó su dedo índice y apuntó entre los dos chicos —Pero nada de estar volviendo después de media noche.

Joel asintió y dio el último mordisco de la comida que le quedaba en el plato —Listo vamos.

Zabdiel asintió y ambos se pararon de la mesa para salir de la casa. Al cerrar la puerta, Joel recordó algo —¿está muy mal que no me lave los dientes?

Uno en un Millón - JobdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora