Mi "introducción" al nuevo mundo

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Si no has leído, Demian de Herrmann​ Hesse, lo recomiendo un montón, pero, si ya sabes más o menos de lo que va, entonces continuemos.

Con mi identificación siempre había tenido problemas, sobre todo cuando era una niña; no era la típica pequeña que le gustaba jugar con Barbies, a la casita, o ser mami o cualquier cosa que me implicará a mi, y un sistema de juegos femeninos. Yo prefería los súper héroes y ver mucha, mucha televisión.

Mi gran paso a mi nueva vida comenzó cuando cumplí diez años y me sentía fuera de lugar. Me mudé a un nuevo sitio. Me aleje de los pocos que yo consideraba amigos y mis padres se olvidaron de lo que yo sentía para entonces. No me mal interpreten, amo a mis padres, ellos jamás estuvieron en contra de mis decisiones y eso lo agradezco, sólo que ahora que viví plenamente lo que es el lado "oscuro y mortífero" de ser alguien en esta sociedad, me dejaron de lado sin preguntarme nada.

Siempre me a gustado mucho l anime, y me encantaba como los personajes completamente andrógino pasaban desapercibidos ante cualquier situación. Era divertido. A mis once años, navegaba mucho por Internet —no bromeó, incluso me lleve un par de traumas—, descubrí las tendencias de moda asiáticas y me enamoré completamente.

Había una modelo, que aclaraba firmemente que nosotras las mujeres, debemos dejar de basarnos en estándares que nos imponen desde chiquitas.

Las niñas de rosa y con vestidos. Los niños de azul y orgullosos.

Me introduje, por así decirlo, a este mundo y me sentía bastante bien.

Tomboy, más que una moda es un estilo de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora