No se cuanto tiempo estuve así, pero desperté en el la camilla de una ambulancia, me dolía todo, pero al menos seguía viva, logré incorporarme y al hacerlo me mareé, y sentí una punzada intensa en el costado izquierdo de mi cabeza, solté un alarido de dolor, y un paramédico se acercó, no me había dado cuenta de su presencia.
—Por favor, manténgase recostada— dijo.
—¿Atraparon a los que entraron a mi casa?—pregunté.
—Llamaré al encargado, por favor quédese recostada hasta que yo termine de diagnosticarla.
—Esta bien—no me quedo más remedio que hacer lo que dijo.—
A los pocos segundos un oficial se acercó a la camilla y se sentó a un costado.
—Buenas tardes señorita, tengo unas preguntas que hacerle, y quisiera que las responda lo más conciso posible—Me miró un segundo—Si está en la capacidad—finalmente dijo y miró al paramédico.—
¿Por qué decía eso? Solo tuve un golpe muy fuerte en la cabeza y en el pómulo, seguro el derrame había sido interno.
—Termino de hacerle el diagnóstico de verificación y pueden hablar, le pediría que la espere afuera, por favor—dijo el hombre.
El oficial salió, y me quede con el paramédico, terminó de chequear mi cabeza, mi presión y mi ritmo cardíaco y finalmente dijo:
—Tuviste suerte con esos golpes, ahora ve a limpiarte toda esa sangre y puedes irte.
Me dió unas medicinas, y me dió un paño para limpiarme.
¿Sangre? Me vi en el reflejo del extintor de mi derecha y me asusté al ver mi estado, al parecer había sangrado mi pómulo y mi nariz, seguro por el impacto de la cabeza.
—¿No tengo alguna lesión a nivel nervioso por el golpe en mi cabeza?— pregunté, no era una experta, pero creo que sabia lo suficiente para pensar que los golpes fuertes en la cabeza causaban lesiones.
—No se preocupe señorita, por eso dije que tubo mucha suerte, hubo un pequeño derrame en su cerebro, pero en vez de causarle algo más grave, encontró la forma de salir por su nariz, liberando presión.
Asentí con mi cabeza, y me limpié la sangre, al parecer no fue "Un pequeño derrame" porque necesité 3 pañitos para limpiarme bien.
Me dirigí donde el oficial, en la entrada del departamento estaban dos policías, los vecinos se habían asomado a sus ventanas, sin bajar, y los del rededor de la calle, habían salido a sus puertas.
—Señorita, tengo entendido que usted llamó a emergencias porque aseguró que unos hombres trataban de entrar a su casa.
—Si—respondí.
—Puede decirme ¿Cómo es que paso eso?
Le conté todo lo ocurrido, pero su expresión seguía impasible.
—Hacer llamadas falsas a las autoridades y causarse daño a si mismo es un delito.
—¿Disculpe? Estoy diciendo la verdad— dije al borde del enojo.—
—Señorita, su casa esta en perfecto estado, si hubieran entrado se notaria el forcejeo al entrar, y no hay ninguno. Y si lograron entrar sin forcejear, se vería rastros de destrozo en su casa.
Cambie totalmente mi expresión, claro que había muestras de destrozo, ni siquiera sabía como explicaría esto a mi familia. Me asusté más, me había olvidado de ese detalle.
—¿Mi familia lo sabe?—dije tratando de mantener la calma.
—No aún, pero están en camino se les informo de una emergencia.
—Oficial, ¿Usted cree que me haría semejante daño a mi misma?
Me miró un buen rato y se alejó, otro de los oficiales le llamo, avisando que una vagoneta blanca había llegado.
Era mi familia, así que corrí, debía explicarles primero lo que paso, antes de que crean al oficial. Pero paré en seco, necesitaba pruebas, al menos para defenderme, me acordé del pasamontañas y volteé a correr hacia la casa.
Al entrar sofoqué un grito, estaba todo a la perfección en su respectivo lugar, no lo podía creer, empecé a buscar el pasamontañas, pero no había por ningún lado, ¿Ahora que diría?.
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Sangre letal
Teen Fiction"Pero, quien decidió ser, era algo que ella misma no comprendía, sabía que algún día todo lo que había hecho o haría la definirían. Con un susurro le harían saber que había hecho lo correcto." Olivia, una chica de 17 años que tiene una vida normal...