Prólogo

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Espero que las aclaraciones no sean confusas, en este primer prologo, tomé como base los mitos chinos (Ver vídeo), básicamente es lo mismo, pero con unas variaciones.

Créditos del vídeo a Historias y relatos, en YouTube

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Prólogo

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"Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua." [1]

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Lan An, caminaba entre las rocas del desierto de Gobi [2], en su espalda, un sombrero de bambú, con su mano, cubrió su rostro, y subió la cabeza hacia el cielo, este, era de un azul perfecto, sin siquiera una nube por kilómetros, llevaba días caminando, era una suerte, si en su camino se encontraba con un cactus, con su espada, los cortaba, y bebía de la poca agua que estos almacenaban.

Si no fuera por su alto nivel de cultivo, había muerto ya varios días atrás, sigue su camino, por horas, a lo lejos ve, un grupo de personas, todas están sedientas, ofrendando panes frutas, y más, mientras quemaban el incienso, pedían y rogaban al emperador de jade [3] por agua.

No había llovido por días, los pastos se estaban secando, Lan An, al subir su cara, creyó ver algo que serpenteaba entre los cielos, se talló los ojos, asegurándose que no era su imaginación, al ver nuevamente al cielo, como siempre, solo se extendía el azul.

Siguió su camino, durante diez días, con sus noches, no cayó ni una gota de agua, y Lan An tuvo que inclinarse ante el sol abrazador, y comer de entre la tierra raíces o arcilla, parte de su camino, voló con su espada, kilómetros y kilómetros de tierra reseca, y a lo lejos, solo el gran mar del este.

Pronto, cayó estrepitosamente, ahora, estaba justo al borde del mar, extensiones de agua, que no podía tomar, Lan An cerró sus ojos, e hizo el padmasana [4], curvo sus dedos índices y anulares, canalizando su fuerza espiritual, para poder seguir su camino.

De repente, los cielos comenzaron a tronar, miles de nubes empezaron a aparecer, y, sintió como una gota de agua, cayó en su frente, sorprendido, Lan An subió su cabeza al cielo, y una tras otra, las gotas fueron cayendo, las espigas de arroz, crecían, una gran tormenta se formó.

Lan An, subió su rostro y sacó su lengua, tomando así de la lluvia que mojaba su cuerpo, de repente, en donde estaba sentado, comenzó a temblar, el suelo, comenzó a elevarse, y, sorprendido observó a cuatro grandes dragones en el cielo. La montaña en donde él estaba sentado, cayó sobre el dragón amarillo.

Ese dragón, solo sonrió, aceptando su destino, Lan An abrió sus ojos, cuando el dragón, lo observo con sus grandes ojos, abrió sus fauces y escupió una pequeña esfera hacia él, y sin abrir su boca, le dijo en agonía ꟷCómeloꟷ el dragón cerro sus ojos, su gran cuerpo amarillo, se fue convirtiendo en agua, y despareció.

Contra las fuerzas del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora