CAPÍTULO 2.
Jueves, 22 de julio, de 2010.
Harry estaba realmente emocionado por participar, ayer había recibido un llamado confirmándole fecha y hora que debía ir al programa.
Le contó a su mejor amigo lo sucedido, éste lo felicitó como nunca, estaba realmente feliz, al fin la vida le sonreía a su querido amigo.
Al parecer no todos estaban felices de la noticia sobre Harry. Un chico realmente odioso. Su nombre es Niall Horan, ese chico era hermoso por fuera, pero por dentro llegaba a irritarte, era rubio, con unos ojos azul profundo como el mar, como típico irlandés. Ese chico detestaba a Harry, ese chico era el único que sacaba al rizado de sus casillas.
El odio que el rubio mantenía por el rizado era tan profundo que a veces dolía. A vista de Niall, el ojiverde era muy afortunado, siempre tuvo todo lo que el irlandés había deseado en toda su vida. Esa simple envidia mezclada con celos y amor, estos sentimientos tan simples habían desatado la ira en el rubio.
Niall Horan sentía celos por Harry Styles, en realidad era una mezcla de celos con amor. El rubio estaba enamorado de Harry, pero claro, el rizado nunca se iba a enterar de eso. El amor que el irlandés sentía no era exactamente ese amor convencional, ese amor con cariño, sino que ese amor que el rubio sentía era celoso de todo y de todos, era enfermizo. Niall nunca le confesaría eso a Harry, nunca.
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-165998-llamó una dulce voz por un micrófono.
-Aquí, soy yo-dijo un desesperado-pero animado-Harry.
-Muy bien niño, nombre, apellido y la canción con la que vas a presentarte, por favor.-
-Harry. Harry Styles. Isn't She Lovely de Stevie Wonder. -Anunció contento el rizado.
-Okey, adelante, mucha suerte!-animó la chica con la dulce voz.
-Gracias-contestó Harry.
Subió al escenario con los nervios hasta la cabeza, estaba tan nervioso que podría orinarse ahí mismo. Se tranquilizó un poco cuando divisó a su madre entre el público, pero ¿dónde mierda estaba Zayn?...cuando más lo necesita ese maldito negro desaparece.
Con sus nervios a punto nieve y la voz temblorosa contestó a la pregunta que le hizo el mismísimo Simon Cowell.
-Me llamo Harry-fue todo lo que su boca le permitió decir. Estaba demasiado nervioso y ansioso.
-Bien, Harry, cuéntanos de dónde vienes, cuántos años tienes, trabajas, estudias?-la dueña de esa pregunta no era nada más ni nada menos que Nicole. Esa mujer era realmente bella, muy intrépida y con una voz muy linda y suave.
-Soy de un pequeño pueblo llamado Homes Chapel. Tengo 16 años. Estoy terminando la escuela y los fines de semana trabajo en una panadería.-Sonrió al terminar la última palabra, mostrando sus hermosos hoyuelos.
-¿Cuáles son los pasteles más famosos?-de repente preguntó Simon. El ojiverde no supo que decir, sus nervios jugaron en contra esta vez, pero no volvería a pasar, claro que no, Harry no lo permitiría.
Al ver que el rizado se quedó mudo, Simon hizo una seña para que Harry comenzara su audición. El joven asintió y comenzó a cantar como nunca antes. Cada nota que salía de su garganta era más que perfecta y afinada. Era maravilloso lo que salía de sus cuerdas vocales.
Desde el otro lado del escenario había un chico hipnotizado por la encantadora y dulce voz que escuchaba. Esa voz. Por un momento se olvidó de donde estaba, se encontraba volando en un mundo de fantasías donde eran sólo él y la preciosa voz. Decidió seguir el sonido de esa voz hasta darse contra el escenario, se dio cuenta de que era un hermoso chico el dueño de esa voz. No podía observar demasiado, ya que sería muy obvio, pero lo que más le llamó la atención fueron sus rizos que te daban ganas de pasar tus dedos enrollando y desenrollando los rulos sin cansarte. Unos ojos verdes adornaban ese encantador rostro y por último, esa sonrisa con hoyuelos que le daba el toque final para que Louis muriera de ternura por ese chico.
