Hippo Abadejo Haddock, hijo del jefe de una tribu cazadora apodada Berk, su tribu es una aldea amigable con las personas pero en extremo cruel con los animales salvajes.
Verán, a lo largo de la historia de esta tribu sus pobladores han explotado de...
Todos los aldeanos estaban impactados, porque el fantasma de Astrid estaban con sus ex mayores enemigos?, debían admitir que habían cambiado mucho, Astrid se había vuelto una hermosa mujer, su pelo lacio y rubio, sus ojos azules como dos zafiros, su tez blanca y su cuerpo perfecto, era la mujer soñada por todo vikingo
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Manthos por otro lado estaba casi igual, a excepción de que se había cortado el pelo y había obtenido un poco más de musculatura
(Lamentablemente no encontré a nadie con la descripción de Manthos ;-; si alguien me lo podría dibujar ya que soy pésima dibujando se los agradecería mucho ^^")
luego vieron a Hippo con los ojos desorbitados, era el ese flacucho que no podía levantar ni una espada? Cuando había cambiado tanto?
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Estoico estaba sorprendido, como es que su hijo, el pequeño niño que debía proteger, se convirtió en eso. Muchas chicas de la aldea estaban babeando por el, y no era por nada, el castaño había cambiado drásticamente. Sus ojos verdes esmeraldas habían adquirido un brillo inusualmente encantador e hipnotizador, su tez blanca adquirió un poco más de color y sus pecas hacían ver su cara realmente encantadora, su cuerpo a pesar de no ser la más musculosa, se podía ver qué era fuerte, o al menos más que antes. Por otro lado, Astrid tenía unas ganas inmensas de matar a todas esas chicas babeandose por SU castaño, por lo que abrazo el brazo del castaño y miró asesinamente a sus ahora "admiradoras" mientras que el castaño la veía totalmente confundido y Manthos estaba conteniendo la risa mientras posaba su mano en el hombro del castaño. Los lobos en cambio se encontraban incómodos por ver a esa aldea humana verlos con sorpresa, muchos querían irse pero la orden de su alpha decía que se quedarán ahí. El silencio era sepulcral, Estoico intentaba decidir entre liberar a la loba y su cría o intentar amenazarlos.
Estoico: les propongo un trato - dijo hablando con su voz mas firme que pudo salir en ese momento
Astrid: con su debido respeto no creo que esté en condiciones para intentar hacer un trató - dijo cortantemente la pelirubia mientras acariciaba a su loba - además no pedimos mucho, solo que devuelvan a la loba marrón y sus dos crías - dijo seriamente, de verdad tenía ganas de matar a Estoico pero se contenía únicamente por qué era el padre de su enamorado.
Hippo: hey, tranquila, escuchemos que quiere - dijo tranquilizando a la rubia mientras acariciaba su cabeza, la ira de Astrid se esfumó en un momento y asíntio roja como un tomate - p-puedes prosegur pa-d-digo Estoico... - dijo entrecortadamente mientras evitaba el contacto visual con su padre
Estoico: m-mi trato es este, tu y yo hablamos en privado y yo libero a la loba - dijo mientras encendía la furia de Astrid, el nerviosismo de Hippo y la sorpresa de Manthos.
Hippo: ammm n-no lo sé - dijo desviando la mirada al suelo
Astrid: mire, si quiere hablar con el será con nosotros dos - dijo señalándose a si misma para luego a Manthos quien asintió en señal de apoyo - tómelo o déjelo, pero de todas formas recuperaremos el lobo, le recomiendo que lo haga por las buenas - dijo seriamente mirando a Estoico
Estoico: bien, liberen a la loba marrón y a sus crías - dijo dando un respingo resignado. Luego de unos minutos salió la loba marrón con sus crías, todas sanas. - ustedes tres, al gran salón, ahora - dijo haciendo que Astrid, Manthos e Hippo tratarán saliva