Capítulo 1 •Habitación 212•

26 5 0
                                    

-Los odio hijos de puta!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Los odio hijos de puta!...

Así fue como empezó mí día de mierda ya que mis padres me estaban informando que iría a un internado (por no decir prisión para chicos)... Claramente yo no podía hacer nada, es decir, ya estaba en el auto camino al lugar, mis opciones se habían reducido a arrojarme del auto y yo no estaba tan loca para hacerlo, así que me puse mis audífonos y solo dejé que el momento pasara y a ver las gotas de agua caer sobre la ventanilla.

Una vez llegado al lugar, éste parecía una especie de lugar atrapado en el tiempo, todo era gris y se veían las paredes desgastadas, era un enorme lugar propicio para la depresión, allí nos recibió un hombre alto y delgado de piel blanca que parecía ser asiático y decía ser el director del lugar, tenía una voz amable pero quizás un poco forzada para mí gusto, él nos llevo adentro y mientras caminábamos nos explicaba el funcionamiento de todo, parecía perfecto, casi como un paraíso sin mis putos padres aunque había demasiados horario, hasta para ducharse... Una vez que todos los parámetros fueron explicados mis padres se fueron como si escaparan de mí jaja pobres, seguro los traumé, en fin, el pervertido me dijo mí número de habitación, la 212, así que yo me dispuse a llevar mis cosas.

La habitación tenía una sola ventana por la cual no entraba mucha luz, y la peor parte es que tenía otras dos camas y solo pude pensar "por dios, voy a tener que lidiar con otras dos estúpidas"... Y así fué, las dos pasaron por la puerta entre risas como si su vida fuera perfecta y estuviéramos en el shopping pero se detuvieron en cuanto me vieron, me saludaron un poco tímidas y se acomodaron en sus respectivas camas, una de ellas era blanca, tan blanca que sus cachetes se volvían rosa, un pelo rubio con dos coletas mal echas, casi parecía que no le gustaba peinarse.

-soy Rosie.

Me dijo mientras me miraba con sus ojos azules y brillantes como si quisiera mí aprobación... La otra por el contrario tenía facciones asiáticas pero no del todo, como si la hubieran mezclado con otra nación, de echo era perfecta, piel de porcelana, ojos negros y pelo del mismo color que apenas le llegaba a los hombros con bucles muy bien peinados.

-yo soy Lenna.

Dijo pero ésta con algo de desinterés... Dios yo me sentía horrenda entre las dos, es decir, mí piel era mestiza con pelo lacio y negro, no tenía ojos claros ni nada que me hiciese resaltar.

-soy Anna.

Les respondí.

-Y por qué te trajeron?

me preguntó Rosie.

-Cosas con mis padres, son unos maricas.

-Que tipo de cosas?

Insistió

-Rosie!

¿Qué le pasó a Selena? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora