capítulo 3 •El sótano•

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-Por favor retirense a sus habitaciones! No hay nada que ver aquí! Y no se molesten en presentarse a las clases hoy!

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-Por favor retirense a sus habitaciones! No hay nada que ver aquí! Y no se molesten en presentarse a las clases hoy!

Exclamaba el director de manera desesperada mientras la aberrante situación estaba siendo fotografíada por un detective que a mí parecer se veía de poca monta, de seguro tal situación sería olvidada ya que no veía capaz a ese hombre de resolver nada, es decir, ESTABA TOCANDO EL CUCHILLO CON SUS PROPIAS MANOS... SIN GUANTES! como se supone que tome huellas de...  De.. un minuto, aquel cuchillo se veía muy similar a aquel que yo había robado de la cocina.
En ese instante solo pude correr hacia mí habitación, podía escuchar mi propia respiración agitada y sentía que me iba a dar un infarto, había revisado la almohada, una y otra vez pero el cuchillo no estaba ahí, era obvio, estaba en el pecho de esa cerda, alguien me había robado mí cuchillo para incriminarme.

-Dios Anna, no corras tan rápido, no soy una atleta.

Dijo Rosie de manera quejosa al mismo tiempo que entraba a la habitación.

-¿Qué te sucede?

Preguntó Lenna confundida.

-No está! El cuchillo no está! Que voy a hacer ahora?!

Dije de manera tan nerviosa que las chicas se asustaron, cuando noté como me estaba portando me disculpé y traté de pensar con la mente en frío y fue entonces cuando recordé que Luna sabía todo sobre todos y sobre cada rincón, quizás ella había visto algo, tenía que hablar con ella urgente así que les dije a las chicas lo que haría y les pedí que me cubrieran mientras yo la buscaba.
Y así fue, comencé a caminar por los pasillos de manera sigilosa para que el director no me viera, no me gustaría que me pusiera un castigo o peor, que me interrogara, no sabría cómo explicarle todo lo que estaba pasando y estaba muy estresada como para crear una mentira.
Lo único que no estaba saliendo como me gustaría es que no encontraba a Luna, fui a su habitación y y no estaba, sus compañeras dijeron que no la habían visto desde anoche.

-¿A qué hora se fué?
Les pregunté.

-No sabemos, más o menos las 2:14am.

Genial, en ese momento estaba indagando entre las cosas de la psicóloga.

-Dijo que había escuchado un ruido y quería saber que era.

Informaron y en ese momento supe que definitivamente sabía algo así que tenía que encontrarla cuánto antes, con todos en sus respectivas habitaciones podría pasarle cualquier cosa, nadie se enteraría.

Me dispuse a caminar entre los pasillos buscando alguna señal, algún indicio y parecía que no encontraría nada hasta el momento en que miré hacia el suelo y lo que vi me sorprendió, eran marcas de rasguños, fue muy fácil distinguirlas porque el suelo estaba perfectamente encerado pero aquellas marcas hacían un borroso camino en aquél suelo, probablemente la habían arrastrado y tenía que seguir el camino; el cual me llevó por las escaleras hasta la puerta que daba al sótano, la misma estaba cerrada con candado y me era imposible romperla o siquiera hacerle una mella, supe de inmediato que si no abría esa puerta sea quien sea que esté ahí adentro moriría en unos días o quizás en unas horas, tenía que hacer algo rápido.

¿Qué le pasó a Selena? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora