Capítulo 21. Desastres Parte II.

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El intento útil por escapar solo resultó en un par de bofetadas sobre la dulce cara de la azabache, sus ojos estaban impregnados de miedo y dolor.

Kouga: Llévensela en mi auto, desde hoy esta chica será solo mía.

Le amarraron los brazos y las piernas y la introdujeron a la fuerza en el asiento trasero del auto, Kouga se sentó al lado de ella mientras le decía cosas espantosas sobre su futuro y el auto se ponía en marcha.

Aome: ¿Dónde me llevas Kouga? ¡Te irá muy mal cuando te descubran!

Kouga: No me descubrirán preciosa, eso tenlo por seguro.

El coche fue conducido por unas cinco horas, Aome se había quedado dormida, casi inconsciente por el maltrato de Kouga, quien después de forzarla a besarlo sosteniendo su mentón con fuerza, le daba bofetadas por la mirada de asco que ella le tenía. Llegaron a una casa abandonada que tenía pocas cosas, Kouga la cargó dormida y la puso en su cama y esperó a que despertara.

Aome: ¿eh? *Confundida* ¿Dónde estoy…?

Kouga: Aquí nadie podrá encontrarte jamás… serás solo mía, no planeo compartirte con esa bestia ni con los medios y los escándalos, yo sé que ya no soportas esa vida… también sé que desde el principio la odiabas, odiabas a Inuyasha y todas las personas famosas… ahora tu eres una de ellos ¿NO?

Aome: ¿Cómo diablos sabes todo eso?... Espera… Tú… *Se le empezó a hacer familiar la mirada de lujuria que él le tenía en ese momento.

Kouga: JAJAJAJAJAJA ¿Por fin me recuerdas “pastelito”?

Aome abrió tremendamente los ojos, “pastelito” así la llamaban en aquella familia rica que la trató como una sirvienta durante siete meses. Y este chico era el mayor de los hijos de la familia, para este momento debía tener unos 26 años.

Aome: ¿Qué quieres hacer conmigo?... *temerosa de la respuesta*

Kouga: ¿Pues qué más? Hacerte mía de una vez… como quise hacerlo tantos años atrás…

Aome: No me digas que desde que tienes 16 años tienes ganas de… ¿Violarme? ¡A penas tenía 10 años! Sabía que tenías problemas mentales, pero nunca pensé que fueran tan graves.

Kouga: Yo empezaba a vivir mi vida sexual… era normal que quisiera… carne fresca para mi *sonriendo*

Aome: ¿Qué diablos sucede contigo? *asustada*

Kouga: Pero mi padre decidió dejarte ir cuando yo ya estaba decidido a hacerlo… no sabes cómo lo detesté en ese momento, y luego te perdí de vista mi querida Aome, cuando me enteré que te volviste famosa gracias a ese perro inútil no dude ni un momento en reencontrarme contigo y busque trabajo de reportero, y ¿Sabes? Sin querer llegué muy lejos allí, realmente me ha ido muy bien… pero ese no era mi objetivo… mi objetivo eras tú desde el principio.

Koga empezó de desatar a Aome –SI TE ATREVES A ESCAPAR TE MATARÉ- le dijo mientras empezaba a desabotonar su camisa. Aome ya había visto el arma de Kouga, pero en la posición que estaba, difícilmente iba a poder tomarla, con un movimiento rápido se escabulló, pero en la puerta había uno de los sujetos que había ayudado en su captura. Kouga la tomó por los hombros agresivamente y luego se echó a reír.

Kouga: No puedes escapar de aquí, todos ellos trabajan para mí. Pero no te preocupes, te daré tiempo para que te acostumbres.

Pasó así un mes completo, pero Aome había encontrado la manera de defenderse, aunque fuera lo más estúpido que hubiera hecho. Cada vez que Kouga trataba de propasarse con ella, ella le daba una patada en sus partes íntimas y así se lo había logrado sacar de encima, pero Kouga ya se estaba hartando.

En la casa de Inuyasha de la playa.

Sango: ¡BANKOTSU! ¿CÓMO ES POSIBLE QUE LUEGO DE TANTO TIEMPO AUN NO LA HAYAN ECONTRADO? *al teléfono*

Bankotsu: Sango… tengo una mala noticia que darte…

Sango: ¡Si me dices que Aome sufrió algún daño te juro que te mataré por no hacer bien tu trabajo! Hace casi un mes encontraron su auto a la deriva y el único testigo es un niño de 14 años que ustedes no dejaron que hablara por cuidar su identidad.

Bankotsu: Ayer tomamos su declaración en secreto… no te va a gustar para nada lo que te voy a decir…

Sango: ¡DIME DE UNA VEZ!

Bankotsu: El pequeño Shippo dijo que se dirigía a la casa de Aome a darle un recado de su abuelita, cuando vio que cuatro carros interceptaron a tu amiga…

Sango: ESO YA LO SABEMOS

Bankotsu: Tienes que aprender a ser un poco más paciente… el chico se escondió entre unos árboles que había cerca y vio como claramente un hombre vestido de negro se acercó al vidrio y lo rompió con una barra de hierro, luego dijo algo que él no alcanzó a escuchar, el hombre se quitó la capucha y vio que tenía el cabello negro sujetado en una coleta alta…

Sango: POR DIOS… ¡KOUGA!

Bankotsu: Verificamos la prisión… Kouga había escapado un par de días antes del incidente con Aome…

Sango: ¡TIENEN QUE ENCONTRAR A ESE MALDITO DE INMEDIATO!

Bankotsu: Nadie sabe de su paradero por ahora, pero estamos haciendo lo posible por encontrarlos.

Sango: ¿Kouga tiene más antecedentes?

Bankotsu: No… Es la primera vez que le presenta un problema a la policía, pero lo hemos investigado.

Sango: ¿Qué información encontraste de él?

Bankotsu: Pues… ha sido reportero casi desde que Aome se volvió famosa, luego del accidente con tu auto cuando conocieron a los muchachos, es un dato estúpido pero creo que tiene alguna relación con ella, creo que desde el principio la quería encontrar…

Sango: ¿Pero para qué? Que yo sepa Aome no lo conocía… ¿Algo más?

Bankotsu: Si… déjame ver el reporte… ah, si, su apellido es Nagano.

Sango: ¿QUÉEEEE?

Bankotsu: … ¿Hay algo de malo de que tenga ese apellido?

Sango: Tengo que verte ahora mismo, ¿Estás en la oficina central?

Bankotsu: Si… ¿Por qué, qué pasa? No entiendo nada…

Sango: Solo prométeme que lo que te diga cuando te vea sea un secreto total que solo tú y yo sabremos…

Bankotsu: De acuerdo, lo prometo.

Con Aome.

Una mañana ella despertó y tenía nauseas, corrió al baño y vomitó, se sentía bastante cansada y de pronto se percató de algo… hace varios días que no le venía su periodo. Empezó a asustarse, si ella estaba embarazada… eso la haría muy feliz obviamente, Kouga no había logrado abusar de ella todo este tiempo, el hijo por razones obvias, era de su amado Inuyasha. Pero… Kouga se iba a molestar muchísimo por eso y podía llegar a maltratarla a tal punto de perder a su bebe. Los siguientes días fue cautelosa, había logrado tomarle confianza a uno de los secuaces del moreno, ya que era bastante compasivo al ver a Aome tan indefensa y había tratado de calmar a Kouga varias veces que intentaba propasarse con ella, después de todo, él hacia eso solo por ganar dinero para su familia, pero no era mala persona; su nombre era Ginta. Aome le dio indicaciones de evadir a Kouga una mañana e ir a comprarle en secreto una prueba de embarazo, el susodicho completó la misión con éxito y guardó el secreto. Aome, aprovechando que Kouga había salido de la casa a hacer quien sabe qué, se metió al baño y se hizo la prueba, luego de dos minutos y con lágrimas en los ojos leyó el resultado… POSITIVO.

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