Capítulo 19. Invitados.

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Kikyo: Te lo iba a explicar más detalladamente cuando llegara a casa… perdóname Bankotsu…

Bankotsu: No te preocupes, el sujeto ya declaro. También dijo que los había visto entrar a habitaciones separadas pero que eso no le servía para chantajearte… la próxima vez se sincera conmigo por favor.

Kikyo: ¿Eso quiere decir que me perdonas?

Bankotsu: Si preciosa *le da un beso en los labios* Aome, necesito que vengas conmigo a declarar.

Aome: Claro, nos vemos luego Inuyasha *lo besa*

Inuyasha: Adiós preciosa, te veo más tarde, yo tengo que ir a hacer unos arreglos con Naraku por lo de la gira.

Bankotsu llevó a las hermosas damas a la policía para que declararan en contra de Kouga, el chico moreno parecía tranquilo, como si siguiera planeando algo, estaba demasiado relajado y eso preocupaba a Bankotsu, luego de declarar, el veredicto fueron seis meses en prisión y una multa de una gran suma de dinero. Las chicas se quedaron más tranquilas y prosiguieron con su vida. Una semana después Inuyasha se encontraba preparando para su gira de seis meses y Aome para su nueva película, esta vez interpretaría a una muchacha de clase media que se enamoraba de un poeta sin futuro. La película parecía interesante, pero por obvias razones iban a tener que estar separados durante mucho tiempo. Unos días antes de que Inuyasha partiera hacia otro continente hizo una llamada.

Inuyasha: ¿Hola, Sesshomaru?

Sesshomaru: ¿Qué quieres inútil? Parece que solo te acuerdas de mí si necesitas un favor.

Inuyasha: En realidad quería hablar con Rin… pero no tengo su número.

Sasshomaru: Eres un malagradecido… Rin, Inuyasha quiere hablar contigo. *Le da el celular*

Rin: ¿Hola cuñadito? Tengo mucho tiempo de no saber de ti… excepto por que sales en revistas y periódicos cada dos días *divertida*

Inuyasha: Quiero pedirte un favor… saldré de gira por seis meses y Aome esta vez no puede acompañarme por su nuevo proyecto, pero tampoco quisiera dejarla sola… ¿Será que puedes venirte con el idiota de Sesshomaru a hacerle compañía durante ese tiempo? Tiene mucho tiempo de no verlos y sé que su compañía le agradará.

Rin: Estamos al otro lado del país… pero le preguntaré a Sesshi y te llamo más tarde.

Inuyasha: De acuerdo, hasta pronto.

Al día siguiente por la mañana y sin avisar, Sesshomaru, Rin y su pequeña hija Tamara de dos años de edad, estaban en la puerta de la casa del cabellos de plata. Bajaron sus maletas y Myoga los llevó a sus habitaciones, Inuyasha no se encontraba en casa, solo Aome quien se acababa de despertar y se estaba arreglando para recibirlos.

Aome: ¡Pero que gusto tenerlos aquí! Hola pequeña Tamara, ¿Cómo estas bebé?

Rin: Inuyasha nos llamó ayer para que te hiciéramos compañía mientras él se va de gira… es un gusto verte Aome, te extrañaba muchísimo.

Aome: Igualmente, que alegría tenerlos por aquí *Con la bebé en brazos* No sabía que Inuyasha se había tomado la delicadeza de invitarlos… Y tu Sesshomaru, ¿Cómo has estado?

Sesshomaru: Muy bien, gracias por preguntar.

Aome: ¿Y cómo van los negocios?

Sesshomaru: Pues hemos progresado bastante, por ahora tuve que dejar a cargo a Jaken de ellos ya que me ausentaré por estos meses… pero de vez en cuando he programado ir a supervisar…

Rin: Es muy perezoso, no quiere manejar cinco horas para llegar al otro lado de la ciudad…

Sesshomaru: Para ti es fácil decirlo ya que te encargas solo de cuidar a Tamara y vas cómodamente en el asiento de al lado.

Rin: ¡No es tan fácil como crees, recuerda que hace dos horas me vomitó encima porque conduces como loco!

Sesshomaru: ¡Es culpa tuya por ir jugando con ella cuando no se debe!

Rin: ¡Y tu deberías conducir con mas cálma!

Sesshomaru: ¡Yo no fui el que venía insistiendo para llegar tan rápido como fuera posible, si no tú!

Rin: Pues debes manejar rápido pero con precausión…

Aome: JAJAJAJAJA toda una pareja de esposos, me alegro mucho que sean tan felices viviendo como toda una familia. *Alegre*

Inuyasha entró por la puerta principal un poco molesto con unos papeles en las manos, pasó volando muy enojado a su despacho sin percatarse de que sus invitados ya estaban en su casa. Aome se disculpó con ellos, devolvió a Tamara a los brazos de Rin, les dijo que se pusieran cómodos en su habitación previamente preparada por Myoga y fue al despacho a ver lo que sucedía con Inuyasha.

Aome: Que falta de respeto con tus invitados…

Inuyasha: No sabía que ya estaban aquí, ni si quiera me lo habían confirmado…

Aome: ¿Por qué estás molesto, pasó algo?

Inuyasha: Naraku me dio a última hora estos papeles, mi vuelo sale mañana temprano y Miroku no me contesta las llamadas para que me ayude a revisarlos.

Aome: ¿Qué son?

Inuyasha: Contratos, algunos son acuerdos con los países donde daré mis conciertos, tengo que revisarlos todos por si alguno exige algo que no pueda o quiera cumplir.

Aome: Ya vuelvo.

Aome salió de la habitación y fue a buscar a Sesshomaru, estaba en el jardín con su familia haciendo reír a Tamara, realmente era una hermosa escena familiar. Era lamentable que la azabaches la interrumpiera.

Sesshomaru: Así que el inútil quiere que lo ayude con sus papeles…

Aome: La que está pidiendo tu ayuda soy yo… Miroku no aparece por ningún lado e Inuyasha tiene que terminar ese papeleo hoy, su vuelo sale mañana temprano, por favor, ayúdalo.

Sesshomaru: Qué pereza… creí que me iba a relajar… pero está bien. Ayudaré al inútil.

Aome: Muchas gracias.

Los platinados se encerraron en el despacho a arreglar, leer y revisar todos los papeles, Inuyasha estaba muy agradecido aunque no lo parecía y Sesshomaru siempre con su semblante frío pasaba cada hoja rápidamente pero leyendo con cuidado, era una de sus muchas habilidades. Mientras, afuera las mujeres compartían momento de calidad juntas y se ponían al tanto de lo que se habían perdido de estar separadas, al mismo tiempo que jugaban con la pequeña.

Al llegar la cena, los hombres habían terminado su labor y se disponían a devorar todo lo de su plato, y todos juntos platicaban amenamente sobre cosas triviales y anécdotas divertidas. Inuyasha no podía desvelarse por que mañana empezaba su gira, así que se retiró a dormir dejando todo listo mientras los demás se quedaban hasta altas horas de la noche charlando. En la madrugada Aome subió a la habitación de Inuyasha para dormir unas horas.

Aome: Buenas noches precioso *le da un beso en los labios*

Inuyasha: mmmmm… ¿Aome? *Adormitado*

Aome: Continúa durmiendo Inu…

Inuyasha: Te amo… te extrañaré mucho…

Aome: Yo también mi amor…

Se quedaron dormidos y en la mañana Inuyasha se despidió de todos y salió para el aeropuerto. Aome ya estaba un poco acostumbrada a esta rutina de quedarse sola, pero hoy tenía amigos en casa con quien disfrutar. Ahora se percataba de que no había hablado con Sango desde la rueda de prensa… Todos se encontraban desayunando tranquilamente en la casa, mientras que en el aeropuerto un hombre cabellos de plata llamaba insistentemente a su mejor amigo y éste no respondía…

¿?: AOMEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

La azabache, quien se encontraba en el comedor salió corriendo hacia la entrada luego de escuchar ese grito espeluznante que había dejado asustados a todos.

Aome: ¿SANGO? ¿QUÉ PASA, POR QUE LUCES TAN DESESPERADA?

Sango: *Desarreglada y con su hijo en brazos* ¡ES MIROKU! MIROKU ESTA… ESTÁ EN EL HOSPITAL!

Frente a las camaras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora