𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 .𝟏

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| 𝗕𝗔𝗗 𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠 |

º¹º

El pasillo se escuchaban los gritos desesperados de una niña. Sollozos salían de su habitación.

Los doctores de batas blancas corrían a su auxilio. Nadie podía abrir la puerta.

Un par de hombres caminaban con tranquilidad sin compartir la inquietud de los doctores. Sin decir nada, abrieron la puerta a la fuerza. La habitación estaba hecha un desastre, las pocas cosas que tenía estaban destrozadas y las paredes agrietadas.

Los doctores entraron después. La niña, delgada, rubia y rapada estaba sudando y muy alterada, un par de doctores lograron despertarla, la chica llevaba un hilo de sangre en la nariz y ojos rojos.

Uno de los hombres. Ese que tenía uniforme se acercó a la cama donde estaba la niña.

—¿Que fue eso?— Preguntó en su idioma, hizo una señal para que los doctores se fueran y lo dejaran con la niña no más de 12 años.
—Te pregunté algo Diez...—

La niña no contestaba, sólo se limitaba en no desviar la mirada, eso le causaría problemas.

—Mal sueño— Respondió casi de un susurro, el hombre no dijo nada solo se mantuvo firme.
Sin más salió de la habitación no antes de darle un último vistazo a su compañero.

—Haz que diga la verdad— Pará después irse.

El que se quedó solo vio un momento a Diez, ella le devolvió la mirada asustada. El ritmo cardíaco estaba peor que hace un momento.

El hombre la llevaba casi arrastrando con un par de enfermeros detrás de él, la chica no lloraba o gritaba, solo trataba de detenerse, pero él era más grande y fuerte que ella.
Llegaron al lugar, donde estaba la camilla, el la recostó y los enfermeros amarraron sus muñecas y pies.
El hombre le dio un último vistazo.

—¿Que viste?— Preguntó. Diez sólo lo vio con ojos llorosos. El vio los enfermeros y asintió.

Uno le puso un trapo en la boca y el otro preparo las pequeñas pinzas en sus sienes dando una descarga. El grito ahogado se escucho en toda la habitación.

—¿Que viste?— Preguntó quitándole el trapo de la boca.
Diez quería decir algo, ella realmente quería decir lo que vio, se le trababa la lengua, y no podía decir nada. El trapo volvió a su boca y las pinzas a sus sienes residiendo otra descarga.

Otra vez preguntó lo mismo. Diez estaba formulando lo que quería decir en su mente para no trabarse y antes de que las pinzas llegaran a sus sienes ella pudo gritar:

—"¡MONSTRUO!"— Grito. El hombre impidió que el enfermero le diera otra descarga. Le quito el trapo y se acerco. Diez lloraba.

El hombre salió y tomó una radio y puso con agracibidad en la mesa de metal asustando no sólo a Diez, sino también a los enfermeros.

—Haz que se escuche— Ordenó.

Diez lo vio y después a la radio. Poco a poco, se escucho un ruido extraño de un animal, y las pisadas en el agua de alguien. Parecía que la criatura comía. Después de el microsegundo de tranquilidad, se escucho el rugido de la criatura y el grito de una niña, de ahí se corto el sonido y estática era lo único que se escuchaba.
El la vio. La sangre de su nariz cubría la que estaba seca, se veía cansada pero seguía sollozando.

— Mal sueño— Dijo ella. Los enfermeros que estaban ahí socorrieron su recuperación. Más doctores y el hombre uniformado entró. Había escuchado todo lo que había pasado.

𝙎𝙏𝙍𝘼𝙉𝙂𝙀𝙍 𝙏𝙃𝙄𝙉𝙂𝙎 | 010 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora