Otra marca en el camino

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Daban las 6 de la mañana, debía levantarme de la cama. Caminé lento hacia el baño, y me vi al espejo, tenía unas enormes ojeras, pero, ya me lo suponía. Procedí a darme un baño, para ver si se me quitaba el sueño que me estaba dando. Al salir, ya tenía un mensaje de buenos días de Alejandra en el celular, sonreí, y decidí llamarle, necesitaba contarle el sueño lo antes posible.

-Hola, buenos días mi amor, recibí tu mensaje, pero, quería escuchar tu voz mejor

Aún no despertaba ella del todo, se le notaba en la voz, después de todo, apenas eran las 6:15 y entrabamos a las 9 al trabajo

-Buenos días, ¿Cómo dormiste mi corazón?

-No muy bien, ¿y tu?

-Como un bebé, la verdad, ¿Por qué no dormiste bien?

-Tuve otro sueño, esta vez mas explicito

-Cuéntame todo.

Para esta ultima frase, pareció que despertó de golpe. Le conté todo del sueño, ella escuchó con mucha atención, y solo preguntaba ocasionalmente sobre detalles del sueño, contarle me hizo darme cuenta de una cosa, si estas cosas, en cierto punto eran verdaderas, no era el único marcado con un pecado en la clavicula. Después de pensar eso, me di cuenta de lo ridiculo que era, ¿Cómo iba a ser cierto eso? Era solo un sueño y no debía poner tanta mente al asunto, aunque, aun me dolía mi marca de nacimiento

-Justo cuando desperté, me empezó a doler mi marca de nacimiento, como si de verdad me hubieran puesto un hierro al rojo vivo

-Enserio, no entiendo tus sueños amor, y créeme que trato de ver si hay algún significado, incluso anoche antes de dormir busque en mis libros pero, no hay nada. A final de cuentas, es solo un sueño, no le pongas mucha mente, el sábado si quieres vamos al doctor para que te revisen tu marca de nacimiento y te digan si hay algún problema ahí y el porque te duele. Por lo pronto, arréglate y enfócate, recuerda que es día de entrevistas y tienes 7 prospectos para el área de sistemas, así que vamos a entrevistarlos juntos en la oficina.

-Esta bien corazón, te veo en la oficina, te amo.

-Yo también te amo, mi pedazo de cielo. Te veo en la oficina, ni se te ocurra llegar tarde.

-No te preocupes, llegaré a tiempo, te veo al rato.

Colgó después de escuchar eso, y me senté en la cama. Es cierto, tenía cosas mas importantes en la que enfocarme que en el sueño. Me vestí bastante decente, un pantalón negro de vestir, una camisa color azul claro de manga larga, y decidí no ponerme corbata. Después de todo, nunca se ve en el departamento de sistemas a alguien tan formal como que traiga una corbata. Me puse los mejores zapatos que encontré en el armario y salí hacia la cocina para desayunar algo rápido. No tenía mucha hambre, pero, igual no quería desmayarme en la oficina, y menos frente a un prospecto de ayudante. El departamento cada vez tenía mas responsabilidades, entre mas aumenta la tecnología, mas cuidado necesita, y yo no puedo estar en todos lados al mismo tiempo. Pensé en contratar entonces otras dos personas, sobre todo para mandarlas cuando tenga que hacer reportes a la gerencia o a las oficinas centrales de la empresa.

Salí de casa faltando 40 minutos para entrar a trabajar, si no había mucho, podría llegar 20 minutos antes, y en dado caso, hasta pasar por un café. Dicho y hecho, 25 minutos después, estaba en la entrada de la oficina, con dos cafés en la mano. Entré a la oficina, y ya estaba esperándome ella ahí, tan hermosa y radiante como siempre, y ya trabajando, también como siempre, en la computadora, levantó la vista, y corrió a abrazarme, a lo que yo respondí con un beso largo y lento, como todos los días. Esos pequeños instantes, siempre estoy deseando que ojalá fueran eternos

Sin retorno desde el infiernoWhere stories live. Discover now