SeokJin siempre ha sido la clase de persona que se enamora de la idea del amor.
Quiere vivir un romance con una chispa inigualable y ha rechazado a muchas personas para conseguirlo, ahora a sus 29 años empieza a creer que tal vez esperar a su media...
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Yoongi.
Llevaba días tratando de pasar el menor tiempo posible en casa, SeokJin y Namjoon habían llegado bien a Milán, nos habían enviado fotos de su vista en el hotel y se encargaron de ponernos a Hoseok y a mí a cargo de los chicos.
YeonJun había tomado un rol muy parecido al que yo debía de haber hecho. Se ha levantado muy temprano a preparar desayunos para todos e incluso almuerzos para que ellos pudieran llevar a la escuela y nosotros al trabajo.
Justamente estaba acabando mi emparedado cuando decidí que era hora de salir por un café, llevaba en mi estudio desde muy temprano en la mañana y pensaba quedarme en el hasta que estuviera seguro que todos en casa ya estuvieran dormidos.
Hoy no había tomado los supresores e inhibidores, así que mantenerme alejado de Jimin era mi principal objetivo del día.
Tomé mi billetera y mi chaqueta antes de empezar a caminar calle abajo, hacia la pequeña cafetería que había en la avenida.
Una vez dentro, tomé un número y cuando llego mi turno pedí mi café para llevar, ya que había mucha gente dentro.
Estaba tranquilamente mirando la decoración del lugar cuando una bala se instaló en mi nariz, recorriendo mi pecho, calentando todo en el proceso.
Jimin.
Su aroma sobresalía, incluso si no podía verlo. Instintivamente comencé a buscarlo por toda la habitación, pero había tantas personas que me fue difícil hallarlo.
Alguien dijo mi número y me acerqué a tomar mi orden cuando pude por fin encontrarlo.
Estaba saliendo por la entrada y un chico estaba a su lado, trate de convencerme de que no me importaba y que debía regresar a trabajar, pero mis piernas parecían no funcionar con mis instrucciones.
Así que los seguí.
Caminaban algo lento debido a la charla que estaban teniendo, Jimin parecía cómodo junto a esa persona y me hizo sentir algo en el pecho cuando pude ver como lo hacían reír. Yo nunca he podido acercarme lo suficiente como para entablar ese tipo de conversaciones con él.
Llegaron a un complejo departamental que estaba frente a un parque y entraron al edificio.
Ahí fue cuando me detuve, sería un delincuente si irrumpía en propiedad privada y no podía quedarme a esperar al chiquillo hasta que esté saliera de ahí.
