SeokJin siempre ha sido la clase de persona que se enamora de la idea del amor.
Quiere vivir un romance con una chispa inigualable y ha rechazado a muchas personas para conseguirlo, ahora a sus 29 años empieza a creer que tal vez esperar a su media...
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Cap. 2
El tesoro que duerme dentro del corazón de alguien más.
Kim Namjoon.
Aún recuerdo mi primer día en la ciudad como si fuera hace unos meses, no casi 13 años.
Tenía 14 en ese entonces, había escapado de casa con mis hermanos menores, Jimin apenas tenía 7 y YeonJun acababa de cumplir 5.
Crie a mis hermanos lo mejor que pude, tenía dinero que mamá me había dejado tras su muerte y que papá no tenía derecho a tocar. Pero debía usarlo sabiamente así que me puse a trabajar para poder atender las necesidades de mis hermanos.
Primero de mesero donde gracias al cielo varios de los trabajadores eran japoneses y chinos por lo que se comunicaban en inglés, lo que me venía de maravilla para practicar el mío además de aprender lo básico en los otros dos.
Aún recuerdo la primera pequeña fiesta que organice para Jimin con mi adelanto de bono por navidad, decore la casa con imágenes de Cars que había impreso, fue la primera vez que me sentí orgulloso de mi mismo.
Después de trabajar en ese restaurante invertí el dinero de mamá en unos condominios de renta en las afueras, estaba arriesgándome mucho porque las casas en la zona no estaban muy lindas que digamos, a algún Dios o fantasmas o alguien allá arriba debo haberle caído bien esa temporada, ya que un año después se construyó una plaza comercial por los alrededores y los precios empezaron a dispararse.
Ahorre mucho para la universidad de mis hermanos y poco más para comprar otro edificio de 5 pisos en la zona de playa y restaurantes costeros.
Ahora 15 años después, poco apoco he visto las ganancias de eso, de no tener nada a tener un futuro para mis hermanos.
Solo, sin ayuda de nadie pude tener a esta familia tan maravillosa, me pueden encontrar culpable de muchas cosas, pero nunca de ser un mal hermano, incluso YeonJun y yo pecamos de sobreprotectores cuando de Jimin se trata, pero nunca atentaría en contra de su felicidad. Solo lo queremos demasiado.
Después de la pelea, por respeto se dieron unos días para que las familias de los participantes heridos pudieran sanar cuerpos y mentes antes de realizar una reunión de la asamblea local para otorgarle premios a la familia del ganador.
Este año esa familia es la mía, tan pronto como llegamos a casa el día de la victoria llame a Hoseok para pedirle revisar a Jimin, tenía algunas heridas que a mi criterio debían ser tratadas, aunque él insistiera en que estaba bien.
Esa tarde Hoseok había traído regalos para nosotros, fueron los primeros que recibíamos por el evento. Aunque para mi tenían un sentimiento más íntimo debido a que no tuvimos muchos amigos mientras crecíamos fuera de Busan, Hoseok se convirtió en una de las pocas personas a las que podía llamar amigo de verdad.
