Mi Corazón Latiente || My Beating Heart ||

El Arte de la Observación

When you fall like a statue I'm gon' be there to catch you.
Put you on your feet, you on your feet And if your well is empty. 
Not a thing will prevent me. 
Tell me what you need, what do you need.

I surrender honestly, You've always done the same for me

So I would do it for you

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[Cuando caigas como una estatua.
Yo estaré ahí para atraparte.
Ponerte de pie, ponerte de pie.

Y si tu pozo está vacío.

Ninguna cosa me detendrá.

Dime que es lo que necesitas, que es lo que necesitas.

Me rindo honestamente.
Tú siempre has hecho lo mismo por mi.

Así que lo haré por ti.]

-Phillip Phillips. Gone, Gone, Gone


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En realidad no hay ninguna frase de apertura lo bastante buena para esta historia.

No hay primeras palabras cautivadoras, ni "llamadas de atención"...

Pero sigue siendo una historia importante para mí. Es esencial para cada parte de mí de lo que soy hoy. Esta es la historia de cómo mi vida se volvió rápidamente tan inevitablemente entrelazada con

la vida del amigo más cercano que he tenido.

Y esto puede sonar ridículo...

Pero esta es la historia de cómo le ofrecí mi corazón latiente a Jean Kirschtein.


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No puedo decir que el principio fue realmente tan espectacular, tampoco. Yo era un estudiante de primer año en la Universidad de Trost, apenas capaz de encontrar el camino de una clase a otra. No conocía a nadie. Así es- no conocía absolutamente a nadie. Ni siquiera tenía un compañero de cuarto- el que me habían asignado habían sido trasladado a una residencia diferente el día de la mudanza.

Así que ahí estaba yo, perdiendo el tiempo, junto con un mapa del campus en una mano, mi horario de clases en la otra, y mis ojos estaban fijos en el mapa cuando algo duro se estrelló contra mi hombro, haciéndome dar una vuelta.

"¡Mierda!" Dijo entre dientes, y me encontré mirando a un joven delgado, rubio, un ceño venenoso cruzándose por sus facciones mientras me miraba. "¡Ten más cuidado!" se quejó, frotándose el hombro con la mano libre, la otra sostenía una taza humeante de Starbucks. El chico parecía que no era alguien que con el que querías meterte antes de su consumo de cafeína (más tarde resultó ser cierto), y no soy el tipo de persona para instigar una pelea, así que me aparté y murmuré una disculpa. Pude haber sido un par de centímetros más alto que él, pero yo estaba bastante seguro de que me podía tirar al suelo sin esfuerzo.

Murmuró un "lo que sea ", y siguió su camino, y eso fue todo. Me aseguré de tener más cuidado y prestar atención a dónde iba a partir de entonces.

El resto de la semana pasó sin problemas. Y por "sin ningún problema", quiero decir aparte de los problemas habituales de primer año de universidad. Me costó encontrar el camino a mis clases, e incluso llegué tarde a algunas. Todavía no me habían asignado un compañero de cuarto, y para ser honesto, a menos que alguien que había sido asignado un edificio diferente decidiera transferirse a Sina, no iba a conseguir uno. La mayoría de la gente mataría por tener su propio espacio para sí mismos y sin compañero para compartirlo, pero para mí, era muy solitario. Eso significaba que tenía toda la televisión de pantalla plana que mis padres habían comprado y montado en la pared para mí solo. Lo que no era tan malo, supongo... pero aún así estaba solo. Y cada vez que iba a comer, era por mi cuenta. Me sentía muy nostálgico durante las comidas. Pero aparte de eso, las cosas iban viento en popa.