Esta historia se desarrolla entorno a dos jóvenes niños, una niña hermosa y tranquila llamada Ochaco y un niño travieso y berrinchudo con el nombre de Katsuki.
¿Qué sucederá con el pasar de los años? 💛🎶
Ya era lunes por la mañana, exactamente las 7:50 am. Un pequeño niño rubio ya estaba listo para ir a su escuela, su madre ya sostenía la mochila de su hijo y se dispuso a recomendarle cosas para el primer día de clases de su pequeña "bendición" xd.
–Cariño, debes portarte bien ¿si? Has amigos... Y me cunetas que tal te va con tus amigos y... Amigas 7u7... Y por favor no utilices tu quirk, aún estás aprendiendo a usarlo y no quiero que causes problemas en el primer día de clases– exclamaba con un tono de autoridad la señora Mitsuki Bakugo, tomó de la mano a su hijo y procedió a despedirse de su esposo para luego salir por la puerta principal en compañía del pequeño Katsuki.
...>|Mientras tanto en otra casita pintorezca|<...
–
¡Mami ya estoy lista!– decía la pequeña y adorable Ochaco mientras hacía flotar su mochila gracias a su quirk, estaba emocionada por su primer día de clases y hacer nuevos amigos ya que su único amigo era ese niño rubio cenizo gracioso que había conocido el día anterior pero ella no sabía cuando lo volvería a ver...
–Esta bien hijita, ven y no juegues así con tu quirk podrías herir a alguien :'v– exclamaba la mamá de la castaña con angustia, vio como Ochaco se despedía del Sr. Uraraka con un abrazo y corría hacia ella, para disponerse a salir e ir a su escuela juntas,
... >|En las puertas de la pequeña escuela|<...
Cómo era costumbre, habían muchos niños pequeños llorando y aferrándose a sus progenitores para que ellos no sean abandonados durante horas en ese lugar desconocido, lloraban y hacían berrinche pero igualmente los padres los mandaban (a la ver.. Okno xd) a sus respectivos salones. Katsuki y su madre divisaban esa escena causandoles un poco de gracia a ambos y despidiendose lo más breve posible.
–Bueno, me voy mamá, no te olvides recogerme >:v– decía Katsuki despidiendose de su madre y caminando hacia su salón con algo de desinterés pero oyó una voz familiar justo antes de entrar completamente a su aula, volteó y vio a la castaña despidiendose de su madre con un fuerte abrazo, el rubio estaba confundido y sorprendido a la vez ¿enserio? ¿Ella estaba en la misma escuela que él?.
–Tsk, ojalá no me hable en el receso, no quiero que me vean hablando con una niña– susurraba para si mismo el pequeño rubio mientras ingresaba completamente a su aula y tomaba asiento. ... .
.. .. –Adiós mamá te quiero mucho– se despidió Ochaco de su progenitora y corrió hacia el mismo salón del rubio, tras entrar a dicha aula posó su mirada en aquel chico rubio que había conocido el anterior día, esbozó una sonrisa y se dirigió hacia él con un pensamiento muy positivo ya que era su único amigo y por suerte estudiarian en la misma escuela y en el mismo salón ¡Que maravillosa coincidencia!. Pero antes de llegar al sitio donde estaba sentado el rubio, fue detenida por una pequeña mano posada en su hombro, volteó y vio a una niña con tez rosada, ojos grandes y cabello alborotado.
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