Capítulo 2

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La cena estuvo increíble , comimos pizza casera, hecha por Agatha, la verdad que esta pizza es muy distinta a la que se acostumbra en Estados Unidos.

-Tu primer día de clases será el Lunes.- Me comenta Clemens mientras se tomaba su copa de vino- Creo que cinco días son suficientes para acomodarte, que piensas?

-Sí, me parece genial-

-Me alegro, cualquier inconveniente me avisas- Tragó de un solo sorbo el vino que restaba en su copa, y se levantó de la mesa.- Si me disculpan, voy a la cama, mañana tengo que trabajar- Con un ademán se despide de la familia.

-Annie, si quieres ya puedes levantarte, son cerca de las 3 de la mañana y en realidad me sorprende que aún puedas mantener los ojos abiertos- dice Agatha.

-Si, estoy bastante cansada, aunque primero... puedo tomarme una ducha?- Pregunto avergonzada.

-Por supuesto! Esas cosas no se preguntan!, supongo que Hanna ya que te explicó donde debes bañarte por esta noche. Es una lástima que hoy no hayas podido conocer a Blaz ni a Nikolas.

La verdad, que no me apenaba demasiado, viviré en esta casa durante un año, así que tarde o temprano me los cruzaré por algún rincón.

Asentí, no sabía que responder, así que sonreí y me marché.

La casa era muy grande, pero no era difícil llegar a mi habitación, debía subir dos escaleras y luego ir hacia el fondo, solo había 2 puertas y una sala de estar.

Entre a mi cuarto y busqué en la sala de baño una toalla, era rosa y olía a jazmín. Tomé mi pijama de donuts, sí lo sé super serio, y me encaminé al baño de la habitación de al lado. De quién había dicho Hanna que pertenecía?- mmm- hice un intento por recordarlo pero después de unos segundos decidí que me daba igual.

La habitación estaba a oscuras, y al desconocer el lugar no sabía donde podría estar el interruptor. Hice un par de pruebas a ciegas y después de varios intentos desistí, pero gracias a la luz de la luna que entraba por las ventanas pude distinguir una puerta a un lado,  por suerte llevaba mi celular conmigo así que alumbré el camino hacia la puerta del baño. Bah, supongo que sería la puerta del baño.

Un perfume a masculinidad me envolvió, que maldita droga es aquel olor.
*Pss, concéntrate Annie* maldije a mis adentros.

Entré al cuarto de baño y cerré la puerta tras mí. Puse el seguro, pues... costumbre.

Me desvisto y noto que estaba bien sudada. Diablos.

Cuando me saqué el sueter, arranqué sin querer con el mi brazalete, el cual quedo bajo el mueble del lavabo.

-Allí estas!- Y... adivina adivinador.. que es eso? Algo había llamado mi atención.

-Fuck- Exclamó en el mismo instante que tiro aquello al suelo. Una caja de condones!

*Qué mojigata eres* pensé. Acabó de aventar una caja de condones como si tuviera 5 años. Ni que fueran a meterse dentro de mi con tan solo tocarlos. Reí para mi.
El impacto de la caja con el suelo, hizo que esta caja se abra y salieran los condones de dentro, y esto llamó mi atención... por que??? Porque solo habia dos malditos condones, y la caja tenia 50!.

Los guarde nuevamente y los deje donde estaban. Debe de ser todo un fuck-boy, este niño.

Terminé de desnudarme y me adentré a la tan deseada ducha, el agua estaba casi hirviendo, como a mí me gusta. Pueden hacer 200 grados pero yo me seguiré bañando con el agua ardiendo.

No asimilaba todavía todo lo que estaba ocurriendo. Tenía la sensación de que en cualquier momento despertaría de esta extraño sueño. Hablando de eso, estaba que me dormía parada así que decidí salir de una vez.

Generalmente me baño con música, canto y bailo, me tomo cerca de una hora dentro, entre que me baño y preparo. Pero por hoy ya había tenido suficiente.

*Rayos, olvidé la ropa interior*, pensé. *Bueno, anyways, supongo que puedo ir dos metros desde este cuarto al mio con la toalla*.

Tomé todas mis cosas con una mano, y con la otra tomaba la toalla.

Apagó la luz del baño y me consume la oscuridad del cuart...

-AAAAA!!- Grité muy muy fuerte cuando choqué con el cuerpo de alguien

-Que, qu.. quien rayos eres?- Dije muy exaltada.

La figura con la que había estrellado pasa su brazo por encima de mi cabeza y prende la luz del baño.

Por fin veo su cara, supongo que era uno de los hermanos.

-Bueno, lo mismo me pregunto yo- ríe galán.

-Emm- Lo miro nerviosa, el aire parecía no querer entrar por mis pulmones. Estaba paralizada, no me lo esperaba ni de coña.

-Bromeo... sé quien eres, despúes de todo estas aquí por mi causa- guiña el ojo. -Pensaba darte la mano pero creo que esa situación te comprometeria demasiado- Y me regala una mirada de abajo hacia arriba bastante intensa. No me daba cuenta a que se referia hasta que hice lo mismo que él.

Con el susto había soltado tanto la ropa que tenía en una mano como el agarré que tenía sobre la toalla. Practicamente mi toalla se habia soltado y estaba desnuda frente a el!!!!!!!!.

Lo único que prevenía que este me viera desnuda era que su cuerpo estaba pegado al mío. Aunque quisiese gracias a tan cerca contacto no podría ver más allá de mis clavículas.

Pude sentir la sangre subirme a las mejillas, y el calor de la vergüenza apoderarse de todo mi ser. Que hermosa forma de empezar... estúpida!!

Ahora puedo decir que sí bien fueron unos escasos segundos, en ese momento todo parecía eterno.

Mis pechos estaban pegados a su pecho, sus manos a los costado de su cabeza, como quien dice "vengo en son de paz", y su mirada recorriendome de forma inquietante.

-Oh fuck!- Exclamo por lo bajo.

Este misterioso chico clava la mirada sobre mí. Me llevaba como una cabeza, tenia la tez dorada y unos ojos color amarillo que impresionaban. Creo que nunca antes habia visto un contraste tan perfecto entre colores, su cabello castaño oscuro con algunos rulos. Debo admitirlo, me distraje.

Sonríe.-Descuída, yo me taparé los ojos, tú te agachas, tomas la toalla, y me presento, vale? -Dijo mientras tapaba tiernamente sus ojos con una mano.

Hago rapidamente lo que propuso, y con mucha pena murmuro -Ya está- esbolzo una mueca de verguenza.

-Encantado, soy Blaz Pertensson.- Dice coqueto.

No puedo seguir mirandolo a los ojos, me sentía muy avergonzada.

-Annie-

-Un gusto...y lamento asustarte, no pensé que serías tú.

-Lo siento, emm, Hanna me había dicho que no estarías aquí,emm, hasta mañana.

El fuck-boy, quien ahora tenia nombre, solo sonrió. Y ahí la patética tratando de actuar seria, mire hacia atrás y luego hacia adelante para no querer regresar nunca más la cabeza.

Entre a mi habitacion, cerré la puerta y detras de ella me quedé... tratando de dijerir lo que acababa de pasar.

Maldita sea! Como haré para mirarlo a la cara de aca en adelante.
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Si te gusto no te vayas sin hacérmelo saber!!!❤️🧡💛
Subiré muy pronto una nueva actualización😌

Dímelo en alemánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora