A pesar de ser un tio muy raro decidí ser una persona maja por una vez y le ayudé a Nick a ubicarse en el comedor. Copió todos mis movimientos, donde coger el pan, los cubiertos y la bandeja y me puse a la cola. De primero había puré de verduras, que no parecía puré de lo mal batido que estaba, de segundo un filete que parecía estar seco y de postre yogur. Vi que Nick ponía cara de disgusto.
— Lo sé, la comida es una mierda, pero al final te acostumbrarás a comer comida que no sabe a nada — le dije. Le guié hasta la mesa donde estaban mis amigos y se los presenté a todos. Rafa, Jesus y Javy eran mis amigos de toda la vida. Los tres eran altos y tenían el pelo negro y rizado. Eran mellizos. También estaban Eva y Anne. Eva era mi novia desde hace un par de meses y Anne era su mejor amiga. Durante la cena, cada vez que Nick hablaba mis amigos me miraban entre risas. Cuando me levanté a dejar la bandeja escuché un golpe a mi espalda.
— Ups lo siento —dijo Jesús sin sentirlo. Nick tenía la camiseta llena de comida y su bandeja estaba en el suelo. El encargado del comedor fue hacia Nick y se lo llevó para limpiarlo. Todos mis amigos estaban en un corrillo hablando y riéndose entre ellos. Yo decidí ignorar toda la situación. Había intentado ayudarle y no se había integrado lo más mínimo si no le había caído bien a nadie por algo sería.
Estaba yéndome a la cama cuando Nick entró por la puerta, le brillaban los ojos, los tenía completamente rojos, me imaginé que sería por el incidente había tenido en el comedor, hice como si no me había dado cuenta de ese detalle y le di las buenas noches.
El primer día de clase fue extremadamente aburrido, todos los profesores presentaron el programa de su asignatura y nos repitieron una y otra vez lo difícil que iba a ser todo, lo mucho que había por estudiar y lo importante que era este curso. Yo mientras tanto miraba a Eva y le hacía gestos con los dedos simulando una pistola y que me pegaba un tiro en la cabeza, ella reía y abría la boca simulando un bostezo.
— Y recordad, no os quedéis dormidos en los laureles, este es un curso muy importante — repetía la profesora de geografía por décima vez en lo que llevábamos de clase, se llamaba Mamen y era la más joven de los profesores, bajita, tenía una figura muy atlética, su pelo era castaño y liso, sus ojos eran de color miel y tenía una expresión seria en el rostro — Podéis iros. Hugo, ¿Puedes venir un segundo, por favor?
—El año pasado estuviste a punto de repetir, si no te pones las pilas este año no podré ayudarte. — me dijo en un tono serio. — Anda, vete.
Cuando me dirigía a mi cuarto escuché unos gritos procedentes del baño masculino, me acerqué para ver lo que ocurría, cuanto más me acercaba más nítidas eran las voces, gritos y risas. Los gritos eran de Nick y las voces de las risas de Javy y Rafa, mientras Jesús llamaba maricón, empollón y monstruo a Nick. Al entrar al baño Rafa tiró de mí para que viera la escena con ellos. Jesús estaba metiendo la cabeza de Nick en el váter mientras tiraba de la cadena y le soltaba una retahíla de insultos. Nick, estaba intentando zafarse del abusón sin mucho éxito. Poco después Jesús con aparente aburrimiento dejó a Nick y me invitó a irme a jugar al fútbol con ellos a lo que yo respondí que iría más tarde. Ya estaban fuera de la vista cuando le pregunté a mi compañero de cuarto:
—¿Qué ha pasado?
—Pues... — dijo con la voz entrecortada — estaban vacilando a un chico de clase y al intentar defenderlo han venido a por mi.
—¿Dónde está ese chico?
—Se ha ido — respondió tiritando del frío, estaba completamente empapado.
Menudo cobarde pensé
—No te metas en medio, te irá mejor — dije mientras abría el grifo del lavabo para mojarme la cara
—Me da igual, lo volvería a hacer, no soporto las injusticias.
Me giré para responderle pero ya se estaba yendo, no entendía como ese chico podía sacar la cara por alguien que no era capaz de hacer lo mismo por él.
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Las marcas del destino
RomanceEste es un fanfic de una historia de amor sobre Nick y Hugo.