capítulo 3

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Tomo mi móvil y le escribo a Gabriel.

̈En dos semanas es la inseminación ̈ Le escribo feliz. Hace unos momentos me programaron la cita y no puedo dejar de sonreír.

̈Me alegra pequeña, iré en unas horas ̈, responde.

¨Ok¨ Dejo mi móvil sobre la mesa de noche y empiezo a buscar en mi portátil todo sobre embarazo. Estoy ansiosa y no veo la hora de tener a mi bebé a mi lado.

Gabriel llega tres horas después, al llegar a la cocina me sorprendo verlo con varias bolsas. De inmediato me acerco y empiezo a husmear.

En unas tiene lo que son todo tipo de mecato, niego mirándolo y sigo buscando. En otra hay dulces y pasa bocas y en otra botellas de licor.

— ¿Qué?—Pregunta irritado y yo lo miro levantando una ceja.

— ¿Qué sucede?— Cruzo mis brazos, desde que llego su comportamiento es diferente y lo conozco muy bien para saber que algo le sucede.

—Terminé con Vanessa—Dice y me tomo un momento para reaccionar.

— ¿En serio?—Asiente y mira el reloj de su muñeca.

—Solo tienes dos minutos—Dice contabilizando el tiempo y yo me levanto y empiezo a gritar, aplaudir y a bailar como si celebrara —Termino el tiempo— Dice mi amigo y hago un mohin dejando de celebrar.

— ¿Cómo te sientes?—Pregunto sentándome a su lado y observo que empieza a sacar las botellas de licor y las organiza, hace lo mismo con las demás cosas

—Bien. Supongo — Encoge sus hombros y entra a la cocina y lo observo desde el mesón.

—Puedes dejar de hacer eso— Digo irritada, Gabriel tiene una horrible obsesión por la limpieza y el control, ahora lo tengo lavando los platos sucios que deje del almuerzo.

— ¿Y tú puedes dejar de ser tan desordenada?— Dice mirando sobre su hombro.

—Gaby — Lo llamo y él se da la vuelta — ¿Pregúntame si me importa?—Rueda los ojos y empieza a limpiar la cocina y yo le muestro el dedo del medio antes de salir e ir hasta la sala. Mi amigo termina de organizar y se acerca con dos copas y una botella de vino.

—Señorita—Sirve la copa y me la entrega y se sirve una para él.

—Vamos a celebrar tu libertad—Digo chocando la copa con la suya.

—Y a aprovechar que pronto no podrás beber—Ruedo los ojos y sonrío con solo imaginarme embarazada —Vaya, sí que estás emocionada—Dice y lo miro. Gabriel me conoce y sabe que mis ojos brillan con solo pensarlo.

—Así es—Digo y él empieza a buscar canciones en su celular para poner en el equipo de sonido.

Gabriel y yo empezamos a reír por las anécdotas, la verdad es que siempre teníamos tema de conversación y cuando no teníamos, solo hablábamos del pasado.

Con la segunda botella decidimos empezar hacer estúpidos juegos, siempre era lo mismo. Le sugerí hacer bailes, de eso que sale en TikTok, pasos iguales en pareja y lo único que hacíamos era reír por lo ridículos que nos veíamos. Después mi amigo sugirió jugar Twister, pero este juego se activaba el tablero con la voz y era para que dos personas pudieran jugar sin estar moviendo la flecha y ella nos decía que hacer, un momento a otro el movimiento era cada vez más difícil e incómodo y sin poder sostenerme más terminamos rodando a un lado de la alfombra.

Todo pasó muy rápido, con el trago hasta la cabeza no dejamos de reír y yo estaba encima del cuerpo de Gaby, de un momento a otro quedamos en silencio y nos miramos y al otro ya nos estábamos besando.

Un  bello secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora