-¿Que?- Mi boca está abierta.
-Como lo oye señorita Carson, está embarazada-
-¿Pero como?- El médico levanta una ceja y me doy un golpe mental por la estúpida pregunta. - Digo...- Me quedo en silencio tratando de procesar todo esto, no puede ser
-Iré a cambiarme- El médico asiente y me doy la vuelta para entrar al pequeño baño donde está mi ropa.
Respiro hondo y me siento un momento en el bater. No puede ser. Me digo una y mil veces, eso quiere decir que estoy embarazada de mi mejor amigo. Tapó mi boca y ahogó un grito.
¡Estoy embarazada de mi mejor amigo!
Cambio mi ropa y salgo, el médico me espera y me da unas recomendaciones sobre mi estado. Solo me quedo en silencio y asiento en todo lo que me dice y salgo de su consultorio aunque en estado de shock.
Decido caminar por un rato antes de sentarme en una banca para poder pensar todo lo que me está pasando. ¡Dios! ¿Ahora qué voy a hacer? Instintivamente llevo mis manos en mi estómago, aunque no he sentido ningún síntoma, ni siquiera me siento diferente ¿Y si le pasa algo al bebé? Me levanto de golpe y decido llamar a mi ginecóloga y pedir una cita, de inmediato me dice que está dispuesta en este momento y no pierdo mi tiempo para ir a la clínica.
Salgo de la consulta con un peso menos sobre mi hombro. Mi doctora me hizo los exámenes confirmando que estoy embarazada, me recetó las vitaminas y cosas que debo tomar en esos meses y salí con una sonrisa en mi rostro.
A medida que han pasado las horas, cada vez la idea de estar embarazada de Gabriel me pone feliz. Sé que hemos pasado por muchas cosas, pero siento que lo necesito más que nunca y algo dentro de mi despertó después de haberme acostado con él.
He tratado de negarme a ese sentimiento, pero no puedo seguirlo haciendo y es hora de enfrentar las cosas, por esa razón he decidido ir a decirle la verdad a Gaby de mis sentimientos y que estoy loca por el, claro también que vamos a ser padres.
La ansiedad crece a medida que me acerco a su residencia. Miro el reloj y ya son las 1 de la tarde, me sorprendo porque no me ha llamado Gabriel, ya a esta hora tendríamos que salir hacia la clínica de fertilización.
Saludo al portero con asentimiento de cabeza, entro al ascensor pulsando el botón para que me lleve al piso de mi amigo. A medida que sube mi ansiedad crece, en ese momento siento mi estómago revuelto y por primera vez tengo ganas de vomitar.
No ahora no. Cierro los ojos tratando de relajar mi cuerpo para no vomitar. El timbre suena anunciando mi llegada y decido salir antes de hacer algún desastre.Con mis manos temblorosas busco las llaves de su departamento y abro la puerta.
La imagen que me recibe me deja en estado de shock. Gabriel y su ex novia se están besando, trato de controlar mis emociones y solo logro carraspear para llamar su atención, de inmediato la pareja se separa y me mira. Gaby abre sus ojos como si hubiera visto un fantasma y su ex. Bueno, ella me mira con una sonrisa.
-Me alegro que hayas venido- Dice acercándose y me abraza y yo me quedo como que... ¿WTF?
-Hola- Finjo una sonrisa y ella sigue con esa estúpida sonrisa que quiero borrar.
-Imagino que has venido a celebrar- Dice soltándome y se acerca a mi amigo quien se ha quedado en el mismo sitio con la boca abierta.
¿Qué van a celebrar? ¿Qué volvieron?- Susurro tratando de no lucir nerviosa.
-No solo eso, nos vamos a casar- dice ella besando la familia de Gabriel.
-¿Que?- Digo alarmada.
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Un bello secreto
KurzgeschichtenTienes veintiocho años, estás aburrida de las relaciones de los hombres que siempre terminan jugando con tus sentimientos. Estoy cansada de todo esto, pero con deseos de ser madre hace que tomes una difícil decisión. Ser madre soltera ¿Cómo hacerlo...