CAPÍTULO 1

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Hace poco me tuve que mudar a otra casa porque el local donde mis padres trabajaban estaba en Kingston, así que vieron algunas casas que pudiesen alquilar, o mejor, comprar.

Encontraron varias que les gustaron, pero hubo una que les llamó la atención.

Aquella casa era enorme, aunque un poco vieja a la vez. El color de la fachada era granate y por dentro, cada habitacón era de un color diferente.

A mis padres les impresionó el precio, ya que era bajísimo, se ve que los propietarios querían vender la casa lo antes posible, aunque yo pienso que era razonable una vez vista la casa por fuera y por dentro.

Mis padres no se lo pensaron dos veces cuando vieron el precio, así que firmaron el contrato y nos fuimos a hacer las maletas.

A mí no me gustaba mucho esa casa pero tampoco iba a discutir con mis padres, porque ya sabía que no me harían mucho caso y seguirían con su decisión.

Mientras hacía mi maleta me di cuenta de que mi habitación estaba cada vez más vacía y me sentí aún más triste al pensar que tenía que irme a vivir a otra casa.

Intentaba tardar mucho tiempo en hacer mi maleta para no irnos tan pronto, pero como mis padres querían irse lo más rápido posible, no tuve más remedio que ir súper rápido (sin que se me olvidara nada, claro).

Al salir por la puerta no pude contener las lágrimas al ver toda mi casa vacía y todos los muebles en el camión que estaba esperando en la puerta.

Nada más llegar a mi nueva casa ayudé a mis padres a entrar todos los muebles, maletas, etc.

Cuando ya había terminado de ayudarles a entrarlo todo, me subí a mi habitación (la casa tenía dos plantas).

Limpié y organicé toda mi habitación. Una vez ya estaba todo en su sitio me senté en la cama para estar con el ordenador.

De repente levanté la mirada y ví toda mi habitación; algo no estaba en su sitio.

Ví un cuadro grande colgado en la pared (no estaba muy alto, es más, estaba a pocos centímetros del suelo, pero colgado).

Ese cuadro ya estaba en mi habitación y no lo quité porque, al fin y al cabo era un cuadro más y no me importaba tenerlo ahí.

No me gustaba mucho el sitio en el que estaba ya que estaba cerca de la ventana y lo iba a ver bastantes veces (me gusta observar el paisaje que se ve desde mi ventana).

Me levanté y quité el cuadro.

De repente ví un símbolo muy extraño en la pared que no había visto antes.

Aquel símbolo era como una especie de espiral rodeada de líneas y en el centro había dibujado un ojo.

Investigé en Internet, pero no encontré nada. Pensé que serían imaginaciones mías, así que intenté olvidarme de ese símbolo o dibujo en la pared.

Pocos días después, fui a la biblioteca de mi casa (como la casa era tan grande ya tenía una biblioteca y no quisimos desperdiciarla).

Tuve que subir por una escalera para coger un libro que había en una estantería muy alta. Cogí el libro que quería, pero también tiré uno al suelo de lo pequeño que era. Dejé el libro que quería coger en la estantería y cogí el del suelo.

De repente ví el mismo símbolo que había en la pared de mi habitación.

Me quedé algo sorprendida, pero a la vez intrigada. ¿Qué significaría ese símbolo? ¿Por qué estaba en mi habitación?.

Me llevé el libro a mi habitación sin que nadie se diera cuenta y lo escondí, nadie debía saber nada de ese símbolo y ese libro salvo yo.

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