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MinHo se sentía observado, pero no ese tipo de observación normal, él realmente podía incluso sentir una especie de cuchilla que se clavaba directamente en su estómago y daba giros en el mismo lugar. Demasiado raro.

Habían pasado aproximadamente dos semanas, un día y dieciséis horas de haber acordado con JiSung sobre no volver a hablar del tema—aca beso salvaje—, sin embargo, su mejor amigo andaba más anormal de lo normal. Por ejemplo, él jamás permitiría que MinHo se viese el nuevo capítulo de Nanatsu No Taizai solo, mas cuando le llamó para que lo vieran en su casa, JiSung negó espantado. Y le dio como excusa algo muy tonto a su parecer: “Lo siento, Hyung… He dejado el anime, son cosas del diablo.“

¡Tremendo sacrilegio!

En otra ocasión, MinHo tenía unas tremendas ganas de ir a ver The Avengers: Infinity War y al intentar invitar al menor, su llamada fue colgada ni bien empezando los cinco segundos. Super extraño.

Y para rematar, ya ni en clases podían hablar, pues al teñido oxigenado—también conocido como Han JiSung—le había dado la locura por sentarse lo más lejos del mayor, empezando de la nada una estrecha y muy dulce amistad con Kim SeungMin. Bonito Kim Sonrisa perfecta SeungMin. Ese chico le caía del asco a MinHo, nadie era tan “brillante” en la tierra como aquel peligris. Algo oscuro debía de estar ocultando.

—Min, ¿y Han?

Los nervios del menor se crisparon, SoMi confundida miraba cómo el estado de ánimo de su novio decaía, tan bajo que hasta nubes negras se formaron a su alrededor. ¿Había dicho algo malo?

—JiSung—empezó a hablar el castaño, empuñando sus manos con fuerza—. JiSung me odia, SoMi.

—¿Qué?

—So…

—¡Lee MinHo, deja los chistes!

—Lo siento—Cayendo como plasta de excremento al suelo, MinHo alzó la mirada y puchereó, pequeñas lagrimitas asomándose por las esquinas de sus ojos rasgados. Odiaba ser incapaz de hablar con su casi hermano, mejor amigo y otaku favorito.

Lo extrañaba tanto.

—Me preocupas—La pelinegra se cuclilló cerca del ser raro en el piso, masajeando con delicadeza su cabeza. Ah, tan triste y gracioso era verlo de esa manera, parecía una escena de anime cómico.

Lovely Complex le quedaba corto.

—SoMiiiiiiii—alargó el nombre de la muchacha, pataleando en una especie de berrinche. ¡Quería a su Ardillita ahí y ahora!—. ¡JiSung me odia mucho! ¡¿Es porque soy mejor en todo que él?!

SoMi lo observó incrédula.

—No, Min.

—¡¿Acaso soy culpable de haber nacido tan perfecto en todo?!

—Pues… ¿Te falta modestia?

—¡Dime, Dios!—Lee se levantó de un salto, corriendo hacia la ventana de su habitación, moviendo los brazos frenéticamente—. ¡¿Por qué me mandaste tan bueno en todo?! ¡Tan bello, tan humilde, tan inteligente, tan buen cantante, tan sexy!

SoMi rodó los ojos, bufando. —MinHo, no seas tan dramático. ¿No has pensado en ir a hablar con JiSung?

—SoMi, lo he intentado—Girando para enfrentar a su pareja, el castaño se jaló las greñas—. No quiere hablarme y lo peor es que no tengo la más mínima idea del porqué de su actitud.

—¿No pelearon?

—No que yo sepa.

—Hum…

❝Los amigos no hacen eso❞ 『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora