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Jimin

¿Que responder cuando no sabes que responder?, se sentía perdido y estúpido.. 

Seguía en casa de Jungkook, solo que este lo dejo solo para que pudiese pensar, no sabia que cosa pensar no era necesario todo lo que Jungkook le estaba dando, Este por un momento pensó que no le gustaba pero en realidad amaba su regalo, solo que. No lo conocía y se sentía aprovechado al aceptar la habitación pero Jungkook no le dio la opción de negarse.

Estaba caminando alrededor de su habitación, tenia miedo de tocar las cosas y romperlas pero su curiosidad no lo dejaba tranquilo, todo en aquel lugar era hermoso y aunque se prometió no ver, comenzó a tocar.

Veía un pequeño buro, donde posaba una lampara tan hermosa que era imposible no detallar cada cosa que poseía, el cuarto en si era impresionante. Las paredes rosa, cobertores rosa en la gran cama, todo ahí era rosa y Jimin no podía amarlo mas. Se acerco al armario igualmente rosa pero de un tono mas claro, dentro de esta habían varias bolsas repletas de ropa con colores claros, habían pequeñas medias que no paso desapercibido por Jimin, pensando que quizás serian de su talla. Todo en esas bolsas era tan hermoso, que por un momento se imagino vestido con estas. Cerrando esta se volteo a observar detalladamente otra vez, Lo mas lindo que había en ese lugar era la mecedora blanca que le daba el toque a la habitación, al lado de esta posaba una estantería y arriba de ella un gran televisor, Todo era perfecto..

Unos golpes en la puerta resonaron en la habitación alarmando a Jimin, segundos después entra un guapo castaño con una bandeja, por inercia Jimin le sonrió ayudando con la carga, se dispusieron a comer sentados en la suave alfombra, Jimin miraba fijamente al castaño mientras este comía de su sandwich se veía adorable con sus mejillas abultadas, aquel hombre que le dio su primer beso, tan inocente como el menor.. El mayor al sentir la mirada de Jimin alzo la mirada para ver al pequeño que lo veía con adoración, tan perfecto como siempre..

-Usted es perfecto-. Dijo de la nada el menor, sorprendiendo al mayor, gateando lentamente jimin se posiciono en el frente del castaño, poniéndolo por primera vez nervioso con la cercanía.- Es.. Muy guapo señor-. Dijo posicionando sus pequeñas manos en las mejillas del mayor, haciendo círculos con sus dedos.

-Tu eres el guapo, dulzura-.Dijo después de un momento el castaño poniendo su manos en las caderas del mas pequeño-. ¿Jimin?..

-¿Si señor?-.Susurro el pequeño viendo los brillantes ojos del mayor, acariciando lentamente su cabello largo.

-Me gustas mucho, mi niño-. Dijo después de un rato, Jimin había perdido la cuanta de las veces que su corazón golpeaba fuertemente su pecho al estar con Jungkook, esa no seria la excepción.- Haria cualquier cosa por ti mi bebé, te lo juro..-Susurro Jungkook llevando sus manos a los mofletes de Jimin, atraiéndolo a si mismo.- Quédate siempre conmigo pequeño, no me dejes-. Dijo inaudible, posando sus labios en la frente de Jimin.

Luego de unos segundos recostado en el pecho de Jungkook, escucho el inaudible hipido de Jungkook, Estaba llorando.. No sabia que mal había hecho, pero no lo quería ver llorar.

-¿Hyung? ¿Por que llora?-. Pregunto Jimin nuevamente posando sus manos en la cara de este.

-Estoy feliz Jimin, por fin estas conmigo amor-. Jimin estaba confundido pero de alguna manera lo hacia feliz escuchar eso, quizás la vida quería que estuvieran juntos.- Te quiero mucho Jimin.-Dijo Jungkook viendo fijamente los ojos marrones de Jimin, que solo transmitían confianza y cariño.

-Yo también le quiero mucho, Señor-. Dijo Jimin acercando sus labios a los del castaño, tenia pena pero creía que era lo mejor que podía hacer para que Jungkook dejase de llorar,  cosa que logro, Jungkook dejo de llorar y tomo las riendas del beso que comenzó inocente y ahora la lengua de su acompañante pedía la entrada a su boca.

Sin negarse, abrió su boca al intruso dándole rienda suelta a Jungkook, que comenzó a conocer cada rincón de su boca con animo, se sentía tan bien que sus manos por si solas fueron a esos cabellos azabaches que tanto amaba, tironeando en ocasiones. Solo eran ellos dos, nadie importaba solo ellos, eran un completo desastre. La habitación estaba llena de gemidos y comenzaba a tornarse caliente,  Con la poca cordura con la que contaba se separo de su pequeño, no pudo evitar sonreír con la imagen que este le regalaba, se veía tan ardiente y excitado, por un momento iba a regresar a sus labios pero debía esperar.

Parándose lentamente del suelo, le tendió la mano a su pequeño chico este sin reproches tomo su mano, Era la cosa mas hermosa que había visto en su vida. Lo condujo a la cama dejándolo por un corto momento en donde se acerco al armario y saco una pequeña cajita de terciopelo, acercándose nuevamente a su pequeño le entrego la caja.

-Felicidades por tu examen, amor-. Dijo el castaño metiendo sus manos en sus pantalones chándal esperando alguna reacción, no tuvo que esperar mucho para escuchar esa adorable voz.

-Ooh, ¡es hermoso Señor!, digo Jungkookie, ¡graciaaaass!-. El castaño se dispuso a tomar la pulsera de plata para proceder a ponerla en la muñeca del rubio, desde que la había visto no dudo en pensar en su pequeño niño y tomando la ocasión decidió regalársela.

-Jimin, ¿Quieres ser mi Bebé, pequeño?-. El rubio rió por la pregunta-. Es enserio cariño-. dijo haciéndole cosquillas al pequeño que yacía en la cama.

-Esta bien Señor Jungkookiee, Acepto ser su bebe-.Dijo el rubio poniéndose de rodillas en la cama.- Solo si yo le puedo llamar Daddy.- Dijo en la oreja del castaño con una pequeña sonrisa.

-Bebe yo vivo para cumplir tus gustos, tu llámame como tu quieras-. Dijo de la misma manera el castaño tomando entre sus brazos las caderas del menor al mismo tiempo que repartía besos por todo su cuello.

-Entonces, aahg, ¿Puedo llamarle viejito?-. Dijo el menor con su sonrisa tierna.

-Okey te pasaste, te voy a castigar.- Dijo el mayor separándose del cuello del menor, separándose incluso de su pequeño cuerpo, haciendo que el menor hiciera un mohin. 

-Yaaaaa po, Daddy.- Dijo el menor bajándose de la cama yendo a donde estaba el castaño-. ¡Perdona a Jiminnieeeeee!-. Imploro posando sus manos en el pecho del mayor.

-Te perdono Jiminnie.- Dijo tomando entre sus brazos a su bebe, el cual lo hacia tan feliz..

Esperaba ser el que siempre causara su tierna sonrisa en su carita, aunque se llegue a enterar de lo que fue capaz de hacer, deseaba con su vida poder encontrar el perdón de su pequeño si descubría lo que hizo por el, por el momento disfrutaría cada segundo de su presencia y hundiría a los que le hiciesen daño, lo juraba por su vida sin importar moría en el intento.

Solo quería que su bebé fuese feliz.

                                                                                     

💫

D'Cardian Off

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Daddy Issues 孤独Donde viven las historias. Descúbrelo ahora