The Beginning of your starlight

I

El fin del mundo finalmente llegó a la Tierra, realmente nunca se pudo contener, desde los inicios de los fenómenos climáticos que se empezaron a dar varios miles de años en el pasado, fracasando miserablemente; se intentó de todo, pero no fuimos capaces de corregir lo que tantos años de contaminación y desinformación afectó en nuestro planeta. Siempre estuvimos advertidos del peligro latente en el que la Tierra se encontraba, pero jamás habríamos estado preparados para lo que vendría.

Si no recuerdo mal, este año sería el 4061 en la Tierra, ha pasado mucho desde lo ocurrido, realmente no lo recuerdo muy bien, aquí arriba el tiempo es distinto y por alguna razón envejecemos increíblemente lento a partir de cierta edad...

Regresando a la punta del iceberg, el momento preciso en el que el cosmos decidió que la Tierra ya no debía albergar a los humanos ni un segundo más, el punto de quiebre entre la vida "pacífica" que teníamos en la Tierra y la decisión del universo; la cual fue elegida como castigo, dado que nosotros éramos lo que lentamente, tras miles de millones de años enfermó al planeta azul.

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Mi época en la Tierra era bastante avanzada, corría el año 2100 las tecnologías ya habían evolucionado hasta un punto que ni los genios tanto antiguos como modernos habrían sido capaces de imaginar; finalmente estábamos creciendo como raza inteligente, pero algunos grupos minoritarios de científicos e investigadores rebeldes nos rehusábamos al control de las élites y los gobiernos de todo el mundo, los cuales buscaban a todos los intelectuales de distintas disciplinas científicas para poder desarrollar una especie de sometimiento mental sobre la población, dado que para las personas que conformaban la cúspide de la pirámide de nuestra sociedad, la población es solo un medio para poder desarrollar sus cometidos, y a la vez un estorbo...

Si regreso a esos momentos y pienso en el odioso "¿qué hubiera pasado si...?", pues, nuestros avances tecnológicos eran notables, para el año 2194 estimábamos el poder jactarnos de haber alcanzado la comunicación verídica con seres ajenos a nuestro mundo e intercambiar importantísimos conocimientos, durante mi época en la Tierra sí pudimos escuchar algunas cosas, recibir "señales" del cosmos en el cielo, pero nunca habíamos sido capaces de verlos... y creo fervientemente que si no hubiera pasado nada en la Tierra, lo habríamos logrado, aunque el desenlace habría sido el mismo posiblemente.

Por cierto, mi nombre es Drystan, era uno de los líderes de los científicos rebeldes de los que hablé anteriormente, debes de estarte preguntando ¿en qué lugar me encuentro? o ¿por qué hablo en pasado? ¿Qué me sucedió?, es bastante complejo el explicar, pero resumiendo estoy en una estrella, sé que debes estar pensando "¿este hombre acaso se golpeó la cabeza demasiado fuerte y está alucinando con estrellas y naves?" pues no, verás, en el año 2100, estaba con mis colegas en nuestro gran laboratorio clandestino dentro de una de las islas rebeldes al sur de Japón, donde estábamos realizando una investigación secreta sobre el control mental impuesto por las élites de la fuerza roja a varias personas, rescatamos algunos sometidos y conseguimos regresarlos a su estado normal después de múltiples pruebas, teniendo así certeza de que la élite estaba convirtiendo a la población en zombies que solo obedecían.

Un colega cobarde cegado por el miedo y por la recompensa que se ofrecía por nuestras cabezas nos entregó, la fuerza roja entró a nuestra base, estratégicamente se posicionaron en todo el edificio, nos rodearon y fuimos apresados, nuestra base destruida, y la información censurada; estábamos perdidos, nos usarían de ejemplo, por retar a la élite, una nueva muestra del miedo para la población, me resigné después de ver al mismísimo líder de la fuerza roja, sin embargo, cuando estaban por controlar nuestra mente igual que a las demás personas en todo el globo, apareció una luz gigante, blanca y cegadora. Luz que nos dio algo de esperanza de alguna manera, aunque el presagio era todo lo contrario, bastante oscuro.