El día de clase había terminado así que me dirigí hacia el aparcamiento. Me quería ir de ahí, estaba muy enfadada con nuestra nota en un trabajo sobre el que trabajamos durante un mes entero. Llegué al aparcamiento y mientras me ponía el casco me fijé en la moto de al lado que aun seguía ahí, ¿quien se había comprado esa moto tan cara? No me quedé mucho tiempo pensándolo pues empezó a llover, por lo que me puse el casco antes de que se me mojara todo el pelo. Arranqué y me fui de ahí sin darme cuenta que Gabriel me estaba llamando. Salí a la carretera y aceleré. Me encantaba ese camino pues atravesaba el bosque y con la lluvia se convertía en un lugar mágico para los conductores.
Llevaba conduciendo unos cinco minutos cuando de repente sentí una ráfaga de aire que casi me tira de la moto, alguien me había adelantado.
- Pero ¿qué cojones? - grité en respuesta y aceleré, no iba a dejarlo así. Empece a pitar hasta que pareció escucharme y desaceleró , aparcando en un saliente de la carretera, al lado del bosque.
Aparqué detrás, me quité el casco y fui hacia esa moto de color cereza que me pareció muy familiar.
- Oye pero ¿qué crees que haces? Podías haberme tirado de la moto! - grité todavía con la adrenalina del susto de hacía unos segundos - Oye que te estoy hablando - dije dándole un leve empujón en el hombro. Lo siguiente que sentí era que me tiraban al suelo, mi cara estampada contra la acera mojada y una rodilla sobre mi espalda. Sentí movimiento encima y vi como depositaban el casco en el suelo al lado de mi cara.
- Pero que...-fui interrumpida cuando alguien me dio la vuelta y por fin pude ver a la persona que casi me tira de la moto. - ¿Profesora?
- ¿Elena verdad? - sonrió enseñando sus dientes blancos - Vamos a ahorrarnos las preguntas tontas, dime, ¿ qué eres? No consigo descifrar tu olor.
- ¿Qué soy? ¿Esta usted loca? ¿Por qué apesta a metal? - eso ultimo lo pregunté inconscientemente.
- ¿Hueles el metal? - sonrió más todavía - Entonces no estoy equivocada, no me tomes por tonta, estas hablando con un demonio pedazo de escoria.
Un momento ¿qué?, ¿un demonio? - No se de que me está hablando - tartamudeé pero terminé la frase como pude, me estaba empezando a poner nerviosa de verdad. Estaba delante de una persona tan tarada que se pensaba que era un demonio. Puta psicópata.
Me miró durante unos segundos que me parecieron eternos, analizándome. Sentí como me agarraba de cuello y me clavaba la uña hasta hacerme sangrar. Grité de dolor pero ella parecía estar ausente a mis gritos, simplemente llevó su dedo con mi sangre a su boca. Me quedé sin aire viendo aquella escena sin creerme lo que estaba viendo.
- Increíble - dijo soltando una carcajada
- Oye tú, déjala en paz - Escuche una voz detrás de Elisabeth. Conocía esa voz.
- Anda, estabas tardando en aparecer brujo, estaba a punto de devorar a tu amiguita que por cierto es tan tonta que ni sabe lo que es.
- ¿Gabriel? - ¿Qué estaba pasando aquí?
- Esta bajo nuestra protección, no puedes tocarla demonio - contestó Gabriel obviando mi asombro.
- Cuidado Gabriel, a lo mejor te suspendo en biología - dejo Elisabeth riendo y mirándome de reojo.
- Será mejor que te vayas Elisabeth.
- Muy bien muy bien tu mandas, nos vemos en clase queridos alumnos - dijo en forma de despedida para acto seguido agacharse a mi lado y coger su casco - Ya tendremos más momentos a solas dulce Elena - no pude respirar hasta que vi como montaba en su moto y se alejaba de nosotros.
- ¿Estas bien Elena? - me preguntó Gabriel ahora si, muy alterado
- Gabriel, ¿qué acaba de pasar?
- Mejor te llevo a casa y te lo explico, no es seguro estar aquí - miraba de reojo a todas partes mientras subíamos en mi moto y nos íbamos de aquel lugar a toda leche.
Mi carretera favorita acababa de transformarse en mi peor pesadilla.
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Ojos Color Fuego
De Todo[ACTUALIZACIONES LENTAS] *Contenido adulto* Todos los personajes son +18 Un día,se encuentran en la misma clase, un demonio y una bruja se miran a los ojos y todo cambia,todo,absolutamente todo. Prohibida toda copia o adaptación de esta historia.