𝐋𝐈𝐍𝐃𝐀 𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍━━━━ c. de vil [REESCRIBIENDO]

Capitulo 8 - Ansiedad

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Lxs ama, Mac<3 

Auradon Prep...

La rubia se encontraba viéndose en el espejo detenidamente, sentía algo raro. Pero no sabía que.

Simplemente no se sentía ella misma.

Hizo un repaso mental de todo lo que estaba pasando desde la llegada de los villanos.

Su vida había dado una vuelta de 180 grados.

Pero lo que le extrañaba es que no podía quitar a Carlos de Vil de su cabeza.

Una sonrisa boba se reflejo en su rostro al pensar en aquel peliblanco.

La cual borro de inmediato al darse cuenta de la existencia de esta.

- ¿Que me está pasando? - Murmuró a su reflejo.

Tal vez era porque, después de mucho tiempo, tenía a alguien cercano a lo que sería tener una familia.

No veía a sus padres desde los 10 años, cuando prometieron que irían a verla siempre en los días de la familia.

Pero, desde ese año no regresaron a Auradon.

Solo tenía a su abuelo, Zeus, el cual intentaba justificar la repentina ausencia de sus padres.

Pero para ella solo eran dos personas las cuales no llamaron ni le escribieron en todo ese tiempo.

Una pequeña lagrima cayó por su mejilla, pero ella se lo limpio rápidamente.

Aunque Mal y Evie habían salido hace rato no se arriesgaría a que alguien la vea llorar.

Precisamente porque estaba sola, ella se protegía por su cuenta.

Tiro un largo suspiro e intentó sonreír frente al espejo.

Pero sólo le salió una pequeña mueca.

- Soy un fracaso

Finalmente, se rindió ante sus sentimientos y diversas lágrimas salieron, sin su consentimiento, de sus ojos azules.

- ¿De qué me sirve ser hermosa si nadie me va a amar por cómo soy? Soy horrible, no me merezco esta cara ni este cuerpo.

La joven empezó a jalarse desesperadamente sus cabellos.

Camino en círculos por su habitación, y por cada paso que daba votaba las cosas que estaban en su alrededor.

- ¡Soy un asco!

Soltó un grito desgarrador.

La puerta de la habitación se abrió de golpe, dejando ver a cuatro jóvenes sorprendidos con la escena.

El cuarto estaba hecho un desastre. Habían vidrios en el suelo, cuadros rotos e inclusive perfumes derramados en el piso.

La rubia no se veía nada bien. Sus cabellos estaban hecho un desastre, el poco maquillaje que llevaba estaba desparramados en su rostro por las lagrimas que había soltado. Estaba irreconocible.