~Bajo La Máscara~ [Inosuke Hashibira x Lectora]

Capítulo III.

Adjunto imagen de cómo ve nuestra Protagonista, recuerden que también tiene daltonismo.

—¡Nadie me habló de ésto!, ¡Me niego a seguir con esta prueba!—Gritaba un chico que, con grandes zancadas y expresión de pánico, paso justo a su izquierda yendo al punto inicial del examen.

—¿Que dijo...?— Se pregunto la Fujimoto con curiosidad al no ser capaz de escuchar del todo sus quejas, siendo el miedo en su voz lo único que distinguió. Curiosa detuvo sus piernas y concentró por completo su visión del aura, en busca de aquello que aterrorizó al candidato al punto de hacerlo abandonar el examen.

Contuvo un jadeo tras distinguir tan abominable creación a varios metros de distancia, portaba un aura putrefacta y su tamaño resultaba descomunal, ¿Que clase de demonio era ese?

Por mero instinto, sus piernas retrocedieron casi con intenciones de huir siguiendo al joven de antes, sabía que su nivel no estaba a la altura de una bestia de ese calibre, ni siquiera había enfrentando a tan amplia cantidad de demonios como para poseer la confianza de lidiar con él. Había escuchado de demonios capaces de utilizar técnicas especiales gracias a la sangre en sus venas, sin embargo, en su escaso tiempo enfrentándolos, el cual no era mayor a 72 horas, ninguno había presentado grandes habilidades. 

Si de algo estaba segura, ese demonio utiliza alguna técnica para asesinar personas.

Tan concentrada en su pánico y dudas internas que, la única forma de sacarla de su mundo fue el empujón que recibió por parte de un joven que gritaba despavorido.

—¡Que se lo coma a él!, ¡No es mi culpa su muerte!— Exclamaba eufórico, como si quisiera convencer a alguien de sus palabras, o quizá convencerse a sí mismo. Tetsura le sostuvo de la ropa con fuerza y le obligó a detenerse.

—Explícate fuerte y claro— Ordenó.

—¡Ese idiota se metió!, ¡Yo no le pedí ayuda!, ¡No es mi culpa si muere!— Sus movimientos ajetreados la obligaron a liberarlo para después salir huyendo. Tetsura optó por dejarle ir, ahora entendía un poco mejor la situación y su visión desarrollada le permitió distinguir el aura más brillante de todas las que jamás había visto, estaba asombrada y preocupada.

Claramente alguien que se metió en problemas por sus actitudes heroicas.

Frunció el ceño e intento mover sus piernas en la dirección del peligro, sin embargo, su sistema no reaccionó y quedó plantada en el mismo sitio.

—Muevete...— Mascullo a sí misma. Odiaba admitirlo, pero el solo hecho de distinguir aquella aura maligna fue suficiente para aterrarla por completo, aún si sus palabras clamaban por ser la heroína de aquella aura pura y brillante, su cuerpo me negaba a avanzar hacía el peligro.