¡Yo me opongo! ; ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

O4

—¿No eres claustrofóbico, verdad?

—No, idiota.

Habían pasado cinco minutos desde que se habían quedado atrapados en el ascensor. Mientras que Jungkook estaba tranquilo, con la espalda sobre la pared y los brazos cruzados, el chico estaba casi loco mientras presionaba el botón de emergencias.

El alto sabía que no tardaría mucho, estaba seguro. Sin embargo eso no significaba que debía decírselo al chico, podía ser divertido jugar con él.

—Lo vas a dañar —afirmó, el chico lo miró de reojo y sonrió.

—Me importa una mierda, sólo quiero salir de este puto lugar y no volver a verte jamás en mi vida —contestó y luego suspiró con pesadez—. ¿Por qué todo a mí?

—Porque la vida nos quiere juntos, bebé.

Le guiñó el ojo y el otro rodó los ojos.

—¡¿Hola?! ¡¿Alguien puede oírme?! —gritó con desespero, quería salir lo más pronto posible—. ¡Estamos atrapados!

Mientras éste gritaba el alto sonreía mientras observaba su redondo trasero. Ni estaba nada mal el chico, pero por alguna razón se sentía diferente a otros. Los chicos con los que anteriormente había salido le aburrían fácilmente.

El más bajo se volteó hecho furia y lo apuntó.

—¡Deja de mirarme el trasero, pervertido!

—No lo pongas en mi vista —se burló y el chico bufó, poniendo sus manos en sus caderas—. ¿Por qué tantas ganas de salir?

—A nadie le gusta estar encerrado en un ascensor —dijo—. Mucho menos con un pervertido.

—Me llamas mucho pervertido que al final terminaré creyendo y no será nada bueno.

El chico resopló y se volvió para seguir gritando.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el más alto.

—No te lo diré.

—¿Por qué no? —ladeó la cabeza.

—Porque no quiero —se volvió y lo miró con el ceño fruncido—. No quiero imaginar lo que harías con mi nombre si te lo dijese.

—Vaya, eres un chico listo —sonrió—. Hace que me gustes mucho más.

—Jódete.

—Jódeme.

—¿Puedes dejar de ser tan idiota? —habló y el alto se movió un poco haciendo que el chico saltara de su lugar—. ¡Ni se te ocurra acercarte!

—¿Tengo algo en la cara? ¿soy feo o qué?

No le respondió y sonrió de lado.

Sabía que aunque el chico lo negase lo veía atractivo, lo sabía por la veces que lo miraba de reojo y se mordía el labio inferior. Casi podía jurar que sentía lo mismo que él, con la diferencia que lo intentaba negar.

Jeongguk desde pequeño había sido directo, lo que sentía lo decía con facilidad. Si no quería jugar con su hermano se los hacía saber a sus padres, si quería un helado se los hacía saber. Y cuando quería algo lo conseguía.

—No pagué dinero para quedarme atascado en un puto ascensor, ¿qué clase de lugar es éste? Debería denunciarlos y agh, estoy tan molesto —murmuraba el chico mientras sus pies golpeaban el piso impacientemente.

—Suelen durar largos minutos, incluso horas —mintió. Las pocas veces que había quedado en la misma situación se reparaba en minutos.

—Lo dices como si ya hubieses estado así antes, debería volver a mudarme.