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Con las piernas sobre una almohada de dibujos de animales, abrazando un oso de peluche rosado, con los ojos cerrados y la respiración tranquila, se encontraba Jeon Jungkook. Por toda la enorme habitación se oía el ronquido del alto. Las sábanas que anteriormente estaban perfectamente acomodadas se encontraban en el suelo.

Toda la habitación estaba en un completo silencio, a excepción de los ronquidos de Jungkook. Las ventanas estaban abiertas dejando entrar un fresco aire y la luz del mediodía.

La puerta se abrió de golpe, en ello entró un hombre vestido casualmente dispuesto a despertar al más alto.

-¡Jeongguk, despierta, maldito desgraciado! -gritó fuertemente sabiendo que esa era la única manera de despertar a su mejor amigo.

Se removió y soltó un quejido.

-Mamá es temprano...

El rubio respiró profundamente intentando calmarse pero no funcionó porque se encontraba demasiado cabreado para hacer algo "bueno".

-¡JEONGGUK! -volvió a gritar y al ver que el alto ni caso le hacía salió de la habitación.

Jungkook siguió roncando tranquilamente hasta que el rubio volvió, no con un vaso de agua, sino con una jarra completa de agua.

Y para aumentar su maldad tenía hielo.

-Con esto despertarás -habló con tranquilidad y sin piedad le tiró el agua casi congelada.

-Pero qué... -dijo rápidamente y se levantó de golpe. Su espalda estaba mojada y congelada. Miró alrededor hasta que se dió con alguien que lo miraba-. ¡Ah mierda!

-¿Despierto o quieres otro baño?

-¿Yoongi? -se llevó la mano al pecho-. No te había visto.

-Es que estás más blanco de lo normal que la luz no me deja verte bien -casi recibe un golpe de parte del pálido pero rápidamente retrocedió-. Oye, tranquilo viejo. Era un broma.

-Más te vale.

Jeongguk hizo una mueca al sentir un pequeño dolor en la cabeza y luego miró al pálido confundido. - ¿Qué haces en mi casa y cómo entraste?

Yoongi se cruzó de brazos y alzó las dos cejas.

-Ya entendí -murmuró.

A veces odiaba haberle enseñado a abrir las puertas sin necesidad de una llave.

-Ahora -respiró profundamente y cambió su mirada a una triste, el alto lo miró perplejo-, estoy mal, Jungkook.

Dios, qué miedo da ser su amigo Pensó para sí mismo.

-Y... ¿ahora qué te pasó? -preguntó lentamente.

-Es algo horrible y me da dolor pensarlo -se sentó en la cama y revolvió su cabello rubio.

-Me estás asustando.

Mientras su amigo murmuraba cosas insignificantes aprovechó para quitarse su camisa mojada y ponerse una remera de mangas largas negra. Bostezó y se dedicó a mirar la desgracia de su amigo.

Había llegado casi a la seis de la mañana después de estar en una fiesta y lo primero que hizo fue acostarse a dormir. Hasta que cierta persona arruinó sus preciadas horas de dormir.

Algún día le haría lo mismo para que vea qué se siente.

-¿Me vas a decir o puedo volver a dormir? -apuntó su cama.

¡Yo me opongo! ; ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora