¡Yo me opongo! ; ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

O5

Jeongguk estuvo media hora contándole a su amigo lo que había sucedido usando las palabras más suaves y dulces que pudo porque no quería que el rubio le golpeara.

Una vez lo hizo y quedó en el hospital. Juntarse con Hoseok le había hecho mal, muy mal.

El pálido escuchó atento tratándose las ganas de gritarle que era un traidor y que no merecía su amistad, pero recordó las veces en que le había ocultado cosas a Jeongguk y que hasta ese momento no le había dicho pero que al parecer ya no tenía importancia decírselo.

—Entonces... —dijo finalmente después de estar como unos cinco minutos en shock—. Estás saliendo con ese tipo.

—No exactamente pero a eso voy —respondió con tranquilidad pero internamente estaba cagado de miedo—. ¿No te molesta, verdad?

El rubio miró a otro lado y ladeó la cabeza.

—Tu mayor preocupación deberían ser tus padres y no yo. Si se enteran querrán hacerte la vida imposible y a él también. ¿Sabes la guerra que tendrán al enterarse? —comentó con preocupación y el alto hizo una mueca.

—Sí, pensé lo mismo. Pero no me importa.

—¿El idi... —pausó y respiró hondo—. Jimin, él está de acuerdo?

—Hablaré con él.

Unos minutos de silencio inundaron la habitación. Yoongi por una parte se sentía herido porque el alto no le había dicho nada, pero después pensaba que si hubiese estado en el mismo lugar hubiera hecho lo mismo. Tendría algo de miedo.

De pronto Jeongguk recordó su "cita" y se levantó de golpe. Su amigo lo observó confundido mientras fruncía el ceño.

—Voy a salir con Jimin.

—Ah —asintió—. Bueno, ve. Pero ve a cambiarte que pareces un vagabundo.

Soltó una carcajada y le lanzó una almohada que esquivó fácilmente. Le tranquilizaba que Yoongi haya aceptado, cuando le hizo la pregunta se quedó helado y no supo qué contestar pero sabía que tenía que decirle la verdad. Tarde o temprano tenía que suceder.

Se dio una ducha rápido y se cambió por algo entre formal y casual. Mientras se miraba en el espejo suspiró.

¿Cómo había terminando en eso? Hasta no hace mucho vivía de fiesta en fiesta y salía con muchas personas en una semana. Pero ahora en una sola semana estaba intentando conquistar a un solo chico que poco a poco se daba cuenta de lo valioso que era.

Antes de salir se despidió de Yoongi que le gritó "No te olvides de los condones" pero que no le hizo caso porque no era necesario. Respiró profundamente antes de tocar el timbre y esperar. Al ver que no salía frunció el ceño. Volvió a tocar y en dos minutos abrió.

Cuando lo miró Jimin parpadeó.

—Me tomaste desprevenido —comentó mientras que con una mano sostenía una toalla. Su cabello estaba húmedo y varias gotas caían por su cuello—. Entra.

Le hizo caso y tomó asiento en un sofá rojo vino.

—La decoración es muy bonita —comentó.

—Sí, lo hice yo mismo —comentó orgulloso—. Si lo hice yo entonces sí o sí tenía que quedar bien.

—Qué autoestima tan alta, señor Park —alzó una ceja y el pequeño soltó una risa.

—¿Quiere algo de tomar, señor Jeon?

—No gracias, así estoy bien.

Jimin frunció el ceño y lo apuntó.

—Es extraño.