Trabajando desde casa

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- ¿Que hora es? - con mucha fuerza de voluntad abrió los ojos para encontrarse con la cara de su amigo, se levanto un poco recargandose en sus codos y alcanzo su celular de a un lado. La vista la tenía borrosa, como todo veintiañero que no quiere levantarse temprano en un sábado y mucho menos para trabajar. Cerro los ojos con suavidad y sin apretarlos mucho para después abrirlos lentamente haciendo que su vista se mejorará. Vio bien la hora del celular y de un brinco salto de la cama golpeandose con la cabezera de esta, dado un quejido acompañado de un maullido de frustración que dio el felino por ser tirado de la cama tan bruscamente a medio sueño - Tengo media hora para alistarme - al pasarle el leve dolor de cabeza por el golpe se levantó.

Entro a darse un rápido baño sin importarle si el agua aún estaba fría pues eso lo despertaria más rápido. Tomo unos pantalones de traje no muy elegantes pero tampoco muy informales, una camisa de cuadros roja con blanco y un sueter cafe, todo esta planchado pues había mandado absolutamente todo a la tintorería hace unos días. Al terminar de vestirse y calzarse notó que solo le quedaban 15 minutos, la casi caída en el baño le quito al menos 5 minutos, tanta prisa le hizo olvidarse de que no traía la prótesis y si no fuera por las agarraderas que colocó en el baño por cualquier caida o de soporte, ubiera sido un día largo de dolor. Su computador quedaba en una habitación que era exclusivamente para su trabajo, dejo el desayuno de lado, el cabello se le veía bien y sólo paso el peine para ordenar sus mechones castaños que aun goteaban. 5 minutos para que empezara la conferencia, prendió el computador e ingreso a la videollamada, notó que varios ya estaban conectados y al parecer el era el último.

- Bien señores ya estamos todos, empecemos. Señor Smith, por favor proceda.

- Gracias señor Grimborn, como ya están enterados la pasarela en Milán fue cancelada, sin embargo, los diseños de vestuarios y publicitarios ya habían sido comprados por Vogue. El contrato terminaba después de la pasarela en Milán, por obvias razones esto no podrá ser completado. Asi que  Drager selskap  y VOGUE han acordado alargar el contrato hasta que se pueda realizar la pasarela. Nuestro equipo de modelos ha sido renovado con jóvenes con talento y aunque la mayoría se ha quedado en Milán, tengo algunos jóvenes que siguen interesados en la propuesta de modelar para Vogue que viven en Narvik.

- Gracias, joven Haddock - llamó al castaño que había puesto la mayor atención a la reunión y su mente volo al oir que tenían que alargar el contrato, así que no ollo cuando le mencionaron.

Su amigo Patapez estaba en la junta, notó a su desubicado amigo y le mando un mensaje rápido, la cara del castaño era vista por todos pues fue puesta en primera pantalla. Las risas bajas no se hicieron esperar. Al sentir la vibración en su pierna, Hiccup salio de su trance y miro el mensaje "te han hablado".

- Ah si, aqui estoy jefe.

Otra vibración lo hizo mirar el movil, otro mensaje de su amigo "tienes la camisa mal puesta, medio cuello esta debajo del sueter" el castaño rápido se lo acomodó y miro al frente con las mejillas coloradas.

- Hiccup, Vogue quiere mas diseños para que la pasarela en Milán sea lo más hablado en la moda al acabar esto. ¿Podemos contar contigo?

- Señor Smith, primero debe de explicarle al joven como va a trabajar,  vamos Hiccup pregunta lo que desees.

- Ah yo... 

- Joven, creo que primero debo presentarle a nuestros modelos.

- Eso seria lo mayor apropiado señor Smith. ¿Hiccup estas de acuerdo?

-  Si, claro que si. Primero debo saber la anatomía de los modelos.

- De acuerdo joven Haddock. Señorita Astrid, puede presentarse.

Todos en la conferencia se quedaron callados esperando a que la señorita se presentara. Pasaron dos, luego cinco y después diez minutos. Astrid no se presentaba. Hiccup se empezo a desesperar.

- Buenos días, soy Astrid Hofferson.

- Hasta que al fin se digna a aparecer - Hiccup lo dijo bajo pero fue escuchado por la rubia quien solamente lo maldijo en su interior.

- Ella es Astrid Hofferson, a sus 21 años Vogue la ha contratado como modelo para ropa juvenil, la pasarela en Milán iba a ser su prueba para contratarla definitivamente, sin embargo. Al igual que con usted joven Haddock, el contrato se alargara y ella sera su modelo principal.

- Disculpe señor Smith.

- ¿Que pasa Astrid?

- ¿Quien es el joven Haddock? Bueno es mi primera vez que modelo para esta empresa diseñadora y quisiera conocer al personal.

- Ah claro señorita. Por favor joven Haddock presentese a la señorita.

Hiccup no le caia que esa niñata fuera a ser su modelo principal. Literalmente, desde que su imagen apareció en la pantalla le empezo a sacar defectos de todo tipo. Aunque solo se viera de su pecho a la cabeza, a Astrid, según Hiccup, le faltaba demasiado para ser una modelo digna de Vogue.  Pero con desgano se presento a su sufrimiento mismo.

- Soy Hiccup Haddock, encargado del departamento de diseño de publicidad y ahora su diseñador de moda - eso último lo dijo casi como una amenaza.

- ¿¡QUE?!

Su pequeño pero sonoro grito de Astrid la hizo el centro de atención de todos en la conferencia.

- ¿Algún problema señorita Hofferson? - hablo Viggo para cerrar dudas.

Astrid reaccionó a su vergonzosa impresión, se aclaro la garganta y busco las palabras adecuadas.

- No no, estoy bien, solo me sorprende que el joven sea jefe en diseño de moda.

- Oh no se preocupe señorita - una leve risilla se escapó de los labios de Hiccup - le aseguro que mis diseños son los mas cotizados de todo Noruega y New York - esto último lo dijo con superioridad, no se iba a dejar menospreciar por una modelito de tercera.

- Pero...

- Astrid - la llamo Viggo - no hay nada de que preocuparse, el joven Hiccup es todo un prodigio y es bastante bueno en lo que hace, le aseguro que no le fallaremos y haremos que ambos salten a la fama. ¿O tiene algún otro problema?

- No, estoy bien. Gracias.

Pero claro que Astrid tenía problemas. Muchos problemas, en primer lugar el zoquete que dio a relucir su retraso era su diseñador, y era un joven de su edad. Por favor, el que iba a saber de moda. Siempre se imagino que sería la modelo favorito de una diseñadora de edad pero encantadora. No de un adolescente con aires de superioridad.

No, no señor. Si alguien iba a ganar esa batalla, era Astrid. O al menos eso pensaba ella.

Dejo de poner atención al resto de la conferencia y sin más se despidió al terminar está.

Continuara...

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